¡Avalancha de mallas en la pequeña pantalla! Las series de televisión de superhéroes siguen los pasos del género en el cine y están ocupando una gran parte de la parrilla. Así pues, analizamos este fenómeno a continuación.
En el último programa de Los tres amigos estuvimos charlando sobre series de televisión de superhéroes. Viajamos hasta el pasado para hablar un poco de los seriales cinematográficos (o intentarlo), de la maravillosa Batman que protagonizó Adam West (de la que os hablo en este libro) y poco a poco fuimos llegando hasta épocas más actuales.

Por supuesto paramos en la etapa de Lois y Clark y Flash, el relámpago humano, además de en Smallville que es en toda regla la antecesora de toda la ola actual en la que podemos meter Arrow, Agentes de S.H.I.E.L.D, Daredevil, Legion, The Flash…
Una lista que hace poco
empezaba a ser larga y que ahora mismo empieza a pasarse de madre,
al menos si intentamos ver todas. Hay que ser sincero, que haya
muchas series basadas en personajes de cómic (Riverdale estaría también en
este paquete) es bueno, pero decir que todas son buenas es
una mentira muy gorda.
Un ejemplo es The Flash, a la que estoy totalmente enganchado pero que no es más que un culebrón en el que en ocasiones se acuerdan que hay un villano y esas cosas. Pero es lo mejor, es precisamente su parte de telenovela la que logra que esté pendiente cual adolescente, claro está que decir que es una gran serie no es una verdad precisamente.
Las quejas sobre la
evolución de Arrow (que no veo, solo comento sobre lo que
me han dicho) están a la orden del día, al igual que con algunas de
las producciones de Netflix salvo la primera temporada de
Daredevil, en la que todo el mundo parece que coincidimos
al decir que es una joya de principio a fin.
Y es bueno que sea así, es estupendo que por fin los amantes del cómic podamos elegir entre una serie u otra. Antes no era posible, solo un sueño, ya que si no veías Smallville, ¿qué otra opción tenías? Ahora es justo lo contrario, hay tal número de ellas que podemos elegir, ver unas, no otras, seguirlas, dejarlas y la temporada que viene descubrir otras tantas producciones.

Mi yo niño ahora mismo lo fliparía cosa mala.




