El actor que dio vida a Wolverine en las películas de X-Men, Hugh Jackman, ha explicado cómo uso al personaje de Marvel para no ser deportado.
La estrella de la franquicia cinematográfica de X-Men en el pasado, Hugh Jackman, ha revelado que estuvo a punto de perder la oportunidad de interpretar su legendario rol como Wolverine por culpa de una deportación. Más concretamente, estuvo a punto de ser deportado justo al comienzo de la filmación de la primera película. De eso ha llovido muchísimo, como todos sabemos. La última vez que lo vimos fue en 2017, en la inolvidable Logan. Una película que no sólo fue un éxito taquillero en todo el mundo, también fue aclamada por la crítica. De hecho, obtuvo la sorprendente nominación a los Oscars. Lamentablemente, no ganó en la categoría de Mejor Guion Adaptado con esta gran cinta de Marvel.
La historia de la «casi» deportación del aclamado actor australiano
Durante una aparición en el show de Jimmy Kimmel, Hugh Jackman ha contado cómo una vez lo detuvieron en el aeropuerto, rumbo a Canadá. Estaba a punto de comenzar la filmación de la película original de X-Men. El actor, quien daba a vida a Wolverine por primera vez, recibió la visa de trabajo requerida para el oficio. Sin embargo, como él mismo ha rememorado, la experiencia que vivió no fue precisamente positiva. Así ha recordado el incidente en el programa televisivo del humorista estadounidense:
«Me rompí. Fue patético. Me dijeron: ‘Ve allí’. Era el tipo de habitación que te imaginas, una en la que nunca querrías entrar. Esperé allí una hora y media. Después, hice una llamada telefónica. El tipo me dijo que colgara el teléfono inmediatamente. ‘¡Esto es serio! ¡Aquí no tienes derechos! ¡No se te permite llamar por teléfono!’ Me quedé allí sentado, pensando: ‘Muy bien… He perdido la oportunidad más grande de mi vida. Voy a ir a la cárcel. No sé qué hacer’. Finalmente, alguien apareció y me dijo: ‘Mira, probablemente te vamos a enviar de vuelto a tu país en avión’«.
Y continuó rememorando Hugh Jackman, el actor de Wolverine: «Yo les dije que tenía un asunto pendiente y ellos no sabían cuál era el problema. Les expliqué que iba a rodar X-Men, una película de cómics. El tipo me contestó: ‘¿Qué? Te refieres a los X-Men de animación?’ Le dije que sí y él me preguntó que para qué personaje había hecho el casting. ‘Wolverine’, le dije. El tío alucinó. Literalmente, me miró y luego comenzó a gritar a sus compañeros: ‘¡Oigan, es Wolverine! ¡Este tío es Wolverine!» La verdad es que salí de allí con escolta policial. Aquel tipo me hizo firmar autógrafos a todo el mundo. Eran un fan loco de X-Men. Esa fue la única razón por la que terminé consiguiendo el papel«.
