John Walker siempre ha sido un personaje de rasgos muy marcados, política y éticamente hablando. Panini Comics nos ofrece, en un tomo de tapa blanda, la miniserie de US Agente previa a su participación en Los Estados Unidos del Capitán América.
Una hermana perdida durante más de treinta años
Kate Walker fue presentada por primera vez en Captain America #380 USA. Desde entonces, fecha de portada de diciembre de 1990, no hemos vuelto a saber de ella hasta el primer episodio contenido en este volumen. Ha sido una larga travesía por el desierto para terminar entrando en escena derribando la puerta de una patada. Katie, como la llama cariñosamente su hermano, es una mujer de armas tomar que se ha hecho a sí misma. Ahora trabaja para el gobierno, lo que no la posiciona precisamente como una heroína al uso, pero sí comparte con John sus inclinaciones políticas, aunque mucho más polarizada todavía.
Un discurso marcado por el famoso “America First” (“América Primero”), que tan arraigado está últimamente al partido republicano, aunque como movimiento aislacionista también ha sido empleado en discursos demócratas en determinados momentos de la historia de EE.UU., desde principios del siglo XX. Todo ello envuelve una trama que se desarrolla en Virginia Occidental, en una ciudad cuya mayor actividad provenía de la minería del carbón hasta su quiebra, para verse sustituida por la actividad de un centro de distribución online de la empresa Virago, que poco ha aportado al pueblo.
La tapadera
Virago es tan solo una forma de encubrir un proyecto secreto en manos de S.H.I.E.L.D., que como tantas otras veces a lo largo de la era Marvel, está actualmente clausurada y sin actividad. Esto ha provocado que otras manos hayan querido intervenir allí para obtener su propio lucro. Finalmente, y fruto del azar más cachondo, esto hará que John Walker, que ha cedido su puesto como US Agente por imposición gubernamental, tenga que intervenir junto a su sustituto en el cargo y su propia hermana, ambos involucrados desde otro ámbito y con diferentes intenciones a las del bueno de John.
Christopher Priest plantea una trama de espionaje salpicada por la crónica social de un pueblo que no distingue a un Capitán América de otro pero al que sí le importa y mucho su bienestar y ser oídos, así como encontrarse con lo que creen una respuesta a su problema en forma del superhéroe por antonomasia de la nación. John Walker no es su elección, ni siquiera el más capacitado para la tarea que se va a llevar a cabo, pero es íntegro con los ciudadanos a los que defiende, aunque ya no ocupe el cargo de U.S. Agente y sus actuales escudos sean tan blandos como el papel de aluminio.
Checchetto de mi vida
Si alguien está on fire como dibujante ahora mismo ese es Marco Checchetto. Por fortuna le tenemos en este tomo de US Agente pero solamente en sus portadas. El artista que está cargando con la mayor parte del peso visual de la actual etapa de Daredevil es una delicia aunque se limite a apenas cinco ilustraciones. Pero el interior es otro cantar en manos de Georges Jeanty, que no tiene nada que ver con el italiano pero realiza una labor más que satisfactoria sin entrar a codearse con estrellas del medio.
Jeanty llega incluso a caricaturizar un tanto a los personajes en un estilo que recuerda en parte a Howard Chaykin sin alcanzar esa exageración de mentones. A veces parece que ciertas cabezas no acompañan del todo a sus cuerpos pero cuenta con un dinamismo impreso en cada figura, gran fluidez a la hora de representar cualquier gesto, por cotidiano que pueda ser, como responder a una llamada telefónica. Este Fanático Américano seguramente no sea un soplo de aire fresco pero ver a John Walker protagonizar una historia y que ésta revele parte de su pasado ya nos sirve de excusa para darle una oportunidad.
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