Las chicas del autobús es una serie que tiene criticas mixtas. Esto depende del punto de vista al que te acerques a la serie. Si te quedas por el drama, los personajes, y las subtramas, es la serie perfecta: es entretenida, es fresca, es una maravilla.
Si te quedas por la parte de la política, creyendo que vas a ver un drama político, con altibajos y personajes complicados con muchos matices, y de moral gris, tal vez, esta no sea tu serie.
Las chicas del autobús muestra un punto de vista diferente sobre la política.
Desde el principio te aclara que es una serie que terminará con tensión. Los tres primeros minutos ya dan a entender que nuestra protagonista va a acabar detenida, pero ¿por qué? Ahí está la historia.
En Estados Unidos, la carrera a la presidencia no es para nada parecida a la que hay en España. Aquí los partidos eligen a un representante, y este compite con otros representantes en unas elecciones que duran semanas de campaña y se deciden en una noche. Allí, es una carrera a contrarreloj. Hay dos “corrientes”: conservadores y menos conservadores. Cada uno tiene como 5 o 6 posibles candidatos que se recorren el país, para que, en unas elecciones primarias, uno de cada lado resulte ganador. Tal vez no es el candidato que te guste, pero es el que toca.
Y de eso va la serie. Un grupo de periodistas de todos ámbitos y edades siguen a los candidatos del partido demócrata por todo el país en un autobús, de ahí el nombre de la serie. Este grupo tiene designado un candidato, y tendrán que hacer que gane popularidad a través de posts, artículos y reportajes. Porque la presidencia es el concurso definitivo de popularidad, porque la gente a veces se olvida de que la democracia es un sistema que ellos tienen gracias a años de luchas.
Las protagonistas no podrían ser más diferentes entre ellas.
Una de las mejores cosas que tiene la serie es su diversidad de personajes. No todas las personas conservadoras o progresistas comparten un único punto de vista, ni son ignorantes ante los problemas de las otras personas. Esto se muestra muy bien a lo largo de la serie.
Las leyes en Estados Unidos son un poco confusas. Lo que es legal en un estado, como la maría, no es legal en otro. Una medicina es legal en un estado, pero te metes en un lío si la llevas a otro… Por eso, a mitad de la serie, estas mujeres se unen para achacar un problema, de la forma que pueden, apoyando o ayudando, demostrando sororidad, y lo que verdaderamente significa una amistad. Se lanzan pullitas, pero siempre desde el respeto, y es un plus, porque enriquece a los personajes muchísimo.
Cada una con sus problemas, sus taras, sus traumas y sus vidas… Pero se unen para acabar con la desinformación y encontrar una verdad, ya que de eso va su trabajo.
Esta es una serie que va más allá de un viaje en autobús. Es un viaje interno que cada una de las protagonistas hace internamente. Además es entretenida, es corta, se puede maratonear perfectamente, y es fresca. Es lo que necesitas en estos días de subida de temperaturas. Además, te hace entender un poco más cómo funciona la política en Estados Unidos, y sobre todo, del trabajo de los periodistas, que muchas veces se ignora por completo, a pesar de que son ellos los que te influencian a la hora de decidir lo que te gusta, lo que votas, lo que compras o a dónde vas.
Todos los episodios están disponibles en HBO Max (Max, a partir del 21 de mayo). ¿La has visto? ¿Qué te ha parecido?
