Se acabó el Superior Spiderman Peter Parker es de nuevo Spiderman. Pero le va a tocar lidiar con todo lo que Octopus dejó en su vida.
El regreso de Peter Parker como Spiderman al protagonismo de su serie fue un hito para el trepamuros, que comenzaba una nueva etapa. Dan Slott se mantenía al timón, y la estabilidad de la serie permitía grandes sagas, subtramas y la creación de nuevos personajes. Y en este regreso, Parker volvió con la única otra víctima del mordisco de una araña radioactiva, la que conocemos ahora como Seda.
Tras la oscura etapa del Spiderman Superior, la serie buscaba de nuevo la luz en un panorama que había sufrido demasiados dramas, cambios y tragedias. Spiderman volvía a ser Peter Parker, el joven más alegre del mundo, el héroe que siempre tiene un chiste, pero la época “Otto Octavius” había dejado bastantes asuntos que arreglar. Una novia, una empresa, un montón de trabajo totalmente desconocido para Parker, y recuperar la confianza de amigos y aliados.
Slott se aparta de las sombras de su propia saga para volver a llevar a Spiderman a sus días de gloria, con luz y emociones, con optimismo y una pelea constante con los malos que servía de ejemplo para todos. Pero antes de volver a la normalidad, el guionista lo hace pasar por las situaciones más embarazosas que se le ocurren. Desde pasar exámenes físicos, mágicos etc por parte de sus aliados de la comunidad heroica, a enfrentarse a la novia de Octopus, la suya «técnicamente» y descubrir que es propietario de una empresa tecnológica basada en conocimientos de Octavius y que no posee. Comedia consciente de sí misma, porque si Parker no está en líos que nos hacen sonreír, no es Spiderman.
Superior Spiderman
Pero no solo a reparar y reconstruir el status quo de Spiderman se dedica Slott, también construye nuevas tramas y presenta personajes. El más importante, uno que dejaba en entredicho la singularidad de Peter, Seda, la mujer que recibió sus mismos poderes en un accidente igual al suyo. Dan Slott sabe que lo mejor para contar la reconstrucción de un personaje, es ponerlo al lado de otro que se está construyendo. La relación mentor-alumno siempre añade mucho a los personajes.
Y si el regreso tenía que ser brillante, tenía que ser Humberto Ramos, un viejo conocido del trepamuros quien lo ilustrara. Con un estilo luminosos, vibrante y emocionante, como sólo sabe hacer el mexicano con su estilo que une el manga, el cartoon y el dibujo superheroico más clásico, trae una nueva a etapa a la vida.
Un nuevo comienzo para Spiderman, que sufrió grandes cambios, y que aquí no desaparecen, sino que tienen que ser enfrentados por el clásico, dando lugar a una serie que volvía a las raíces del personaje, pero en un mundo nuevo.
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