Steven Spielberg no ha utilizado nunca a los extraterrestres como simple adorno visual. Desde el inicio de su carrera, cada vez que ha recurrido a la ciencia ficción lo ha hecho para plantear una pregunta incómoda: qué ocurre cuando la humanidad descubre que no controla el universo. A veces esa revelación llega en forma de luces en el cielo, otras como una criatura perdida en un suburbio y, en los casos más oscuros, como una invasión que arrasa con todo. Pero el patrón siempre es el mismo: los extraterrestres aparecen para poner a prueba a las personas, no para protagonizar el relato.
Ahora que Spielberg vuelve al género con Disclosure Day, resulta evidente que no se trata de un regreso puntual ni de una moda tardía. Es la continuación lógica de una obsesión que lleva más de cinco décadas desarrollándose y que ha definido algunas de las películas de ciencia ficción más influyentes de la historia del cine. Para entenderla de verdad, hay que recorrerla paso a paso.
Encuentros en la tercera fase (1977): cuando el contacto se convierte en una obsesión
Encuentros en la Tercera Fase (1977)
Encuentros en la tercera fase es el verdadero punto de partida de todo. Steven Spielberg escribe y dirige una película que rompe con el modelo clásico de la ciencia ficción de la época. En lugar de invasiones bélicas o amenazas explícitas, la historia se centra en el impacto psicológico del contacto.
Roy Neary, interpretado por Richard Dreyfuss, es un hombre corriente que vive una experiencia inexplicable al cruzarse con un objeto volador no identificado. No es secuestrado ni atacado, pero ese breve encuentro altera su percepción del mundo. A partir de ese momento, Roy empieza a obsesionarse con una forma geométrica que no puede quitarse de la cabeza, una imagen que se repite de forma compulsiva y que lo empuja a abandonar su vida familiar y laboral.
Spielberg utiliza a los extraterrestres como una llamada interior, casi espiritual. El contacto no es violento, pero sí profundamente destructivo a nivel personal. La familia de Roy se rompe, su entorno deja de entenderlo y su vida se desmorona mientras él siente que se acerca a una verdad mayor.
Los extraterrestres apenas aparecen hasta el final, pero su presencia se siente constantemente. Aquí nace una de las grandes obsesiones de Spielberg: el extraterrestre como revelación, como algo que no llega para destruirnos, sino para demostrarnos que nuestra realidad es mucho más pequeña de lo que creemos.
E.T. El extraterrestre (1982): el alien como vínculo emocional
E.T., el extraterrestre
Si Encuentros en la tercera fase exploraba la obsesión adulta, E.T. El extraterrestre cambia completamente el punto de vista. Spielberg dirige y produce una historia que se centra en Elliott, un niño que encuentra a un pequeño extraterrestre abandonado en la Tierra. Aquí no hay gobiernos ni científicos: hay un niño solo y una criatura que también lo está.
E.T. es vulnerable, torpe y asustado. No viene a conquistar ni a observar, sino que se ha quedado atrás por accidente. La relación que se establece entre Elliott y el extraterrestre es profundamente íntima, casi simbiótica. Ambos sienten el dolor del otro, comparten emociones y crean un vínculo que va más allá de la lógica.
Spielberg utiliza la ciencia ficción para hablar de familias rotas, infancia y pérdida. En el fondo, E.T. no es solo un alienígena, sino la representación de aquello que falta en la vida de Elliott: atención, comprensión y afecto. El extraterrestre funciona como un refugio emocional en un mundo adulto que no escucha.
Con esta película, Spielberg consolida otra vertiente de su obsesión: el alien no siempre es una amenaza; a veces es un espejo de nuestra propia fragilidad.
Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008): el conocimiento que no deberíamos poseer
Aunque suele quedar fuera de los análisis habituales, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal es una pieza importante dentro del mapa extraterrestre de Spielberg. El director introduce la idea de entidades no humanas vinculadas a calaveras de origen alienígena, relacionadas con el conocimiento y con dimensiones superiores.
La historia sigue a Indiana Jones enfrentándose a una conspiración ambientada en plena Guerra Fría, donde el deseo de acceder a ese conocimiento alienígena conduce a la locura. Spielberg no presenta a los extraterrestres como seres físicos que interactúan con los humanos, sino como fuentes de saber inabarcable, capaces de destruir a quien intenta comprenderlas.
El mensaje es claro y conecta con su obsesión de fondo: la humanidad no está preparada para entenderlo todo. El extraterrestre vuelve a ser una frontera que no deberíamos cruzar. No hay invasión, pero sí consecuencias devastadoras para quienes se acercan demasiado.
La guerra de los mundos (2005): el extraterrestre como miedo primario
Con La guerra de los mundos, Spielberg ofrece su visión más aterradora del fenómeno extraterrestre. Basada en la novela de H. G. Wells, la película muestra una invasión repentina y brutal. Los tripods emergen del suelo y arrasan ciudades enteras sin previo aviso.
El protagonista, interpretado por Tom Cruise, es un padre divorciado que intenta proteger a sus hijos en medio del caos. Spielberg evita el enfoque épico y se centra en la experiencia a ras de suelo: huidas desesperadas, multitudes aterradas y una sensación constante de indefensión.
Aquí, los extraterrestres no tienen rostro ni motivaciones comprensibles. Son una fuerza imparable que reduce a la humanidad a su mínima expresión. Spielberg utiliza la ciencia ficción para explorar el colapso social, el miedo colectivo y la fragilidad de la civilización moderna.
Es la otra cara de su obsesión: cuando el contacto no trae asombro ni ternura, sino la certeza de que no somos los dueños del planeta.
Men in Black (1997): extraterrestres como secreto incómodo
Men in black will smith
Como productor, Spielberg también ha explorado la presencia extraterrestre desde el humor. Men in Black plantea una idea tan sencilla como inquietante: los extraterrestres ya viven entre nosotros, camuflados, y una agencia secreta se encarga de que nadie lo sepa.
La película sigue a dos agentes encargados de gestionar conflictos alienígenas sin que la población sea consciente de ello. Aquí, el extraterrestre deja de ser una revelación o una amenaza y se convierte en un problema administrativo, algo que se gestiona en la sombra.
Esta visión encaja perfectamente en la obsesión de Spielberg: la verdad es demasiado incómoda para ser asumida por la sociedad. El alien no destruye ciudades, pero sí cuestiona la normalidad. Por eso debe permanecer oculto.
Transformers (2007): la guerra alienígena y humanidad secundaria
Optimus Prime en Transformers
Con Transformers, Spielberg actúa como productor ejecutivo en una saga donde los extraterrestres son máquinas procedentes de otro planeta que trasladan su guerra a la Tierra. Autobots y Decepticons convierten el planeta en un campo de batalla que no le pertenece.
Aunque el tono es claramente blockbuster, el esquema se repite. Los humanos son espectadores y víctimas colaterales de un conflicto que no entienden. Spielberg adapta su obsesión extraterrestre al cine de gran consumo, pero mantiene el núcleo temático: la humanidad como actor secundario frente a fuerzas superiores.
Cowboys & Aliens (2011): la invasión que demuestra que el miedo es universal
En Cowboys & Aliens, Steven Spielberg figura como productor ejecutivo en un proyecto que, sobre el papel, parecía una excentricidad: mezclar el western clásico con una invasión extraterrestre. Sin embargo, la película encaja sorprendentemente bien dentro de su obsesión temática. Ambientada en el Lejano Oeste, la historia presenta a un grupo de vaqueros y forajidos que deben enfrentarse a una amenaza alienígena con medios rudimentarios y sin comprender del todo a qué se enfrentan.
El protagonista, interpretado por Daniel Craig, es un hombre sin memoria que se ve arrastrado a un conflicto mayor del que puede comprender. Los extraterrestres no llegan como figuras casi místicas ni como amigos entrañables, sino como depredadores tecnológicos que secuestran humanos para experimentar con ellos. Spielberg, desde la producción, respalda una idea clara: da igual la época o el nivel tecnológico, el contacto extraterrestre siempre coloca a la humanidad en una posición de inferioridad.
La película refuerza una constante en su obra: cuando lo desconocido aparece, las diferencias internas desaparecen. Humanos enfrentados entre sí deben cooperar para sobrevivir. El extraterrestre vuelve a ser el catalizador que desnuda la condición humana.
Super 8 (2011): la herencia directa del Spielberg de los 80
Super 8 es, probablemente, el proyecto más abiertamente influenciado por el propio Spielberg, aunque no lo dirija. Como productor, impulsa una historia centrada en un grupo de niños que, mientras ruedan una película amateur, presencian un accidente ferroviario que libera a una criatura extraterrestre.
El argumento se desarrolla desde el punto de vista infantil, algo muy característico del Spielberg de los años 80. El extraterrestre es inicialmente percibido como una amenaza, pero poco a poco se revela como una criatura incomprendida, capturada y maltratada por el gobierno. La ciencia ficción se convierte en una excusa para hablar de duelo, pérdida y crecimiento personal.
Spielberg vuelve a insistir en una idea que atraviesa su filmografía: el miedo al extraterrestre nace de la incomprensión, no de la maldad inherente. El alien refleja, una vez más, los errores humanos.
Taken (2002): abducciones, conspiraciones y el trauma que se hereda
Con la miniserie Taken, producida por Spielberg, la obsesión extraterrestre se desplaza hacia un terreno mucho más oscuro y adulto. La serie narra varias décadas de abducciones alienígenas y conspiraciones gubernamentales, siguiendo a distintas familias marcadas por el contacto extraterrestre a lo largo del tiempo.
Aquí, el extraterrestre no es un evento puntual ni una revelación aislada. Es una presencia constante que deja cicatrices profundas. Los protagonistas viven con la certeza de que algo ocurrió, aunque no siempre puedan explicarlo. Spielberg utiliza la ciencia ficción para explorar el trauma generacional, la herencia del miedo y la sensación de no pertenecer del todo a este mundo.
La serie conecta directamente con la vertiente más conspiranoica del fenómeno OVNI y refuerza otra obsesión del cineasta: el silencio institucional frente a lo incomprensible.
Falling Skies (2011–2015): sobrevivir cuando la invasión ya ha ocurrido
falling skies fotograma
En Falling Skies, Spielberg produce una serie que arranca después del desastre. Los extraterrestres ya han invadido la Tierra y la humanidad ha perdido. Las grandes ciudades están destruidas, las infraestructuras han colapsado y los supervivientes luchan por mantenerse con vida.
El eje de la historia es una familia y un grupo de resistencia que intenta reconstruir una mínima normalidad en un mundo que ya no les pertenece. Spielberg se aleja del impacto inicial del contacto para centrarse en las consecuencias a largo plazo: cómo se organiza la sociedad, cómo se educa a los niños y cómo se mantiene la esperanza.
Aquí, la obsesión extraterrestre adopta una forma madura y pesimista. No se trata de qué pasaría si llegaran, sino de qué somos capaces de hacer después.
Invasion America (1998): extraterrestres y supervivencia en clave animada
Invasion America es una serie de animación creada por Spielberg que aborda una invasión extraterrestre directa y sin matices. A través del formato animado, el cineasta explora una historia de supervivencia, resistencia y sacrificio.
Aunque el tono es distinto, el núcleo temático es el mismo. Los extraterrestres representan una amenaza absoluta que obliga a los humanos a unirse y adaptarse. Incluso en animación, Spielberg no renuncia a su obsesión: el contacto extraterrestre como prueba definitiva de la humanidad.
Halo (2022–2024): la guerra total entre humanos y alienígenas
Fotograma 2ª temporada de HALO
Como productor ejecutivo de Halo, Spielberg se asocia a una de las franquicias de ciencia ficción más importantes de las últimas décadas. La serie presenta un conflicto bélico a gran escala entre la humanidad y una alianza alienígena conocida como el Covenant.
Aquí, los extraterrestres ya no son misterio ni revelación. Son el enemigo. La guerra es abierta, prolongada y devastadora. Spielberg respalda una visión donde la ciencia ficción se convierte en reflexión sobre militarismo, sacrificio y supervivencia.
La obsesión alcanza su forma más explícita: el extraterrestre como antagonista definitivo, capaz de definir el destino de toda una especie.
Disclosure Day: el regreso al origen de todo
Con Disclosure Day, Spielberg vuelve de forma directa al territorio de los OVNIs y la revelación extraterrestre. El proyecto conecta claramente con Encuentros en la tercera fase, pero desde una perspectiva contemporánea marcada por la desinformación, la paranoia mediática y la desconfianza institucional.
Sin entrar en detalles de la trama, resulta evidente que Spielberg regresa al concepto de la revelación global: qué ocurriría si el mundo descubriera, de forma irrefutable, que no estamos solos. No es una idea nueva en su cine, pero sí una evolución natural de su obsesión.
El extraterrestre como espejo de la humanidad
A lo largo de todas estas películas y series, Steven Spielberg ha utilizado a los extraterrestres como un espejo. En ellos proyecta nuestros miedos, nuestras esperanzas y nuestras contradicciones. El alien puede ser amigo, enemigo, víctima o juez, pero siempre sirve para revelar algo sobre nosotros.
A diferencia de otros cineastas, Spielberg rara vez se interesa por la biología o la cultura alienígena. Su obsesión no está en cómo son ellos, sino en cómo reaccionamos nosotros.
Por qué Spielberg nunca ha dejado de mirar al cielo
La fascinación de Steven Spielberg por los extraterrestres no es una etapa ni un recurso narrativo puntual. Es el eje central de su relación con la ciencia ficción. Desde la maravilla hasta el terror, desde la infancia hasta la guerra, cada historia es una variación sobre la misma pregunta.
Mientras siga preguntándose qué pasaría si no estuviéramos solos, Spielberg seguirá contando historias sobre extraterrestres. Y mientras él mire al cielo, el público seguirá mirando con él.
Un legado extraterrestre que sigue creciendo
Más de cincuenta años después de su primera gran incursión en la ciencia ficción, Steven Spielberg continúa ampliando un legado que ha marcado la cultura popular. Sus películas de ciencia ficción con extraterrestres no solo han entretenido a generaciones, sino que han definido cómo entendemos el contacto con lo desconocido.
Ahora, con Disclosure Day en el horizonte, queda claro que la obsesión sigue viva. Spielberg no ha terminado de preguntarse qué hay ahí fuera.
¿Cuál de sus películas de ciencia ficción con extraterrestres te marcó más? Te leemos en comentarios y recuerda seguirnos en Google News para no perderte ninguna señal que llegue desde el cielo.
