En el género de ciencia ficción existen muchas películas que no han tenido el reconocimiento que merecen, así que si te gustan el terror espacial aquí tienes una buena recomendación.
En 1997, el cine de ciencia ficción y terror recibió una dosis de oscuridad y locura que no fue del todo comprendida en su momento, pero que con el paso del tiempo ha madurado y es hora de que la consideremos un clásico de culto. Estoy hablando de Event Horizon (Horizonte Final). Dirigida por Paul W.S. Anderson y protagonizada por Laurence Fishburne y Sam Neill, esta película nos lleva a un viaje alucinante a las profundidades del espacio y de la mente humana, una experiencia que merece ser redescubierta y revalorizada en la actualidad.
Esta historia de ciencia ficción nos sumerge en la nave espacial Event Horizon, que desapareció misteriosamente durante su viaje inaugural y reaparece siete años después en la órbita de Neptuno. Una misión de rescate es enviada para investigar, liderada por el capitán Miller (Fishburne) y acompañada por el creador de la nave, el Dr. Weir (Neill). Lo que encuentran a bordo es un horror inimaginable que desafía las leyes de la física y la cordura.
Una atmósfera que te atrapa desde el principio.
Event Horizon se destaca por su atmósfera intensa y su diseño de producción meticuloso. Las escenas de la nave, con sus corredores góticos y maquinaria infernal, crean un escenario de ciencia ficción que es tanto una maravilla visual como un laberinto de terror. La película abre con una promesa de aventuras de ciencia ficción, pero rápidamente se sumerge en un ejercicio de estilo sobre sustancia, donde los efectos llamativos y el gore gratuito no logran ocultar su dependencia de los clichés del horror.
Sin embargo, es precisamente este enfoque estilístico lo que hace que Event Horizon sea digna de una segunda oportunidad. En una época donde el cine se ha vuelto predecible y formulaico, esta película ofrece una experiencia que es genuinamente perturbadora y desconcertante. La nave misma, con su motor de gravedad que crea agujeros negros, es una metáfora de la curiosidad humana y las profundidades oscuras a las que puede llevarnos.
La actuación es otro punto fuerte de esta película de ciencia ficción. Fishburne y Neill entregan interpretaciones convincentes que anclan la película en una realidad emocional, incluso cuando la trama se adentra en lo sobrenatural. La dinámica entre los personajes y la tensión que se construye a medida que se revelan los secretos de la nave, mantienen al espectador en el filo de la incertidumbre.
Una película que dividió a la crítica.
La crítica en su momento fue mixta, con algunos elogiando su intensidad visual y otros atacandola por su guion débil y su excesiva inclinación hacia el horror sin sentido. Además fracasó en taquilla recaudando unos 41 millones con un presupuesto de 60 millones de dólares. Pero con el paso del tiempo, Event Horizon ha ganado un seguimiento de culto, con aficionados que aprecian su audacia y su capacidad para provocar una reacción visceral.
En retrospectiva, Event Horizon es una película ciencia ficción que estaba adelantada a su tiempo. Su exploración de temas como el aislamiento, la locura y el enfrentamiento con lo desconocido resuena con las audiencias modernas, que ahora están más abiertas a narrativas complejas y experiencias cinematográficas que desafían las expectativas.
