Repasamos lo que está haciendo Disney con sus películas clásicas.
Disney
anuncia que lanzará más versiones de acción real y ya
nadie se sorprende. El gigante empresarial ha entrado en un bucle
de auto complacencia y dinero fácil. (Más dinero fácil, quiero
decir) en el que de forma literal está tirando de nostalgia para
así llevar a la sala a gente que ya vio esas películas en el
pasado.
Sí, con un par de cambios (como en La bella y la bestia) que no siempre son para mejor, logrando tener productos que sin duda arrasan en taquilla pero cuya permanencia en el tiempo va a ser apenas ninguna. Claro está, para eso se hace, para estrenar, sacar todo lo posible, y a por otra cosa.
Hay que explotarlo bien mientras siga la moda y tengan material para ello. Pero en ocasiones se atreven más y hacen algo distinto. Como fue el caso de Maléfica, Al encuentro de Mr. Banks, o Peter y el dragón.
Las tres no dejan de ser revisiones en acción real de otros clásicos (vale, Mary Poppins siempre fue acción real, salvo algunas escenas), pero en estas han ido por otros caminos para intentar dar historias nuevas. Y si bien el resultado de Maléfica es bastante olvidable, las otras dos consiguieron crear su propia personalidad y funcionar de forma individual.
Pero claro, también es cierto que Peter y el dragón (que sale de Pedro y el dragón Elliot) pasó bastante desapercibida. Puede que por ser la original ya un producto de culto, otro tanto por no hacer Disney una gran promoción a su alrededor, y sin duda por la falta de nostalgia sobre la misma.
Ahora están por venir Aladdin y El rey león, entre otras, de las que seguro que oiré lo mismo que con La bella y la bestia, «es igual que la de dibujos». No, no lo es, no lo serán, y si lo fueran, ¿para qué querría verlas?
Crítica de Dumbo de Tim Burton
