Hay muchos momentos a destacar de Barbie pero para mí este es el mejor (y es doble)
Si no has visto Barbie no sigas leyendo, te comerás un gran destripe. Alerta de spoilers activada
Barbie es la película del momento y gran parte de ello viene por su potente campaña de marketing y por haber despertado el interés de un gran número de intérpretes para estar en la misma. Desde Helen Mirren como narradora a los cameos de Ncuti Gatwa y John Cena, entre otros muchos, la lista de participantes es realmente extensa y entre ellos está Rhea Perlman.
Un encuentro conmovedor
La actriz que en los años ochenta encontró a su más icónico personaje en Cheers, era la gruñona camarera Carla Tortelli participa en el filme y lo hace de una manera realmente especial: es Ruth Handler, la creadora de Barbie. En un primer momento Barbie y ella se encuentran cuando la muñeca está huyendo de los directivos de Mattel, entra en una habitación en la que extrañamente está el interior de una casa, un cocina con vistas a un jardín y ahí está ella. Una pequeña anciana con el cabello blanco que le ofrece un café y que los amantes de Barbie ya sabemos quién es antes de que diga su nombre, tan solo Ruth. Ella le ofrece un té, que Barbie no sabe beber, y hablan de forma muy breve. No hace falta explicar más, el ver a la creación y a la creadora compartiendo un momento tan entrañable y emotivo es más que suficiente para que las lágrimas broten.
Enseñando qué significa ser humano
Más tarde aparece de nuevo en el metraje en el tercio final, está en Barbielandia y el personaje de Will Ferrell explica quién es (de hecho indica que es un fantasma y que tiene su propio despacho, que es el que hemos visto antes). Entonces ella y su hija de plástico viajan hasta otro lugar de la imaginación, un vacío que está por llenar en el que Ruth le explica que ella no la controla, que ella puede ser quién quiera ser (que ha sido siempre el tema central de la línea de muñecas). Barbie le dice que quiere ser humana, Ruth coge sus manos y le enseña qué significa y conlleva esta elección. Y aquí las lágrimas ya brotan sin control alguno.