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X-23

Reseña MARVEL X-23: Blanco-X. La confirmación del potencial de Laura Kinney

X-23 regresaba para protagonizar su segunda serie limitada bajo los auspicios de sus creadores Craig Kyle y Christopher Yost y con el espectacular dibujo de Mike Choi. Laura se refugiaba con su tía Sarah y su prima Megan pero el pasado todavía la perseguía.  
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Tras una primera aparición en los comics en el tercer número de cinco de una miniserie titulada NYX, proveniente de la serie de dibujos animados X-Men Evolution, y con el pequeño bagaje de Inocencia pérdida contando su origen, Panini Comics nos ofrece la continuación de la historia de X-23 en Blanco-X.

Antes de Lobezna… X-23

Craig Kyle y Christopher Yost fueron los artífices de la creación del personaje, un clon de Lobezno cuyo recorrido ha sido muy largo y de mucha categoría. Aunque los autores solo perdieron de vista a su creación durante un breve lapso en sus inicios. Joe Quesada la llevó a las páginas de los comics en NYX y la hizo llegar a una adolescencia quizás anticipada. Desde luego supieron retomar el mando para seguir contándonos las aventuras de Laura. Una chica cuya historia es dramática de por sí, ya que al poco de conocer la identidad de su madre se vio forzada a matarla por culpa del desencadenante que la obliga a matar a aquellos que quedan marcados por él.

Kyle y Yost hicieron aquel viaje por el nacimiento y posterior desarrollo de X-23 junto a los lápices de Billy Tan pero para la segunda miniserie el artista elegido iba a ser el fotorrealista Mike Choi. Un dibujo que sienta de maravilla al personaje. Así como acompaña una narrativa soberbia que va compaginando el interrogatorio al que se ve sometida Laura, por parte del Capitán América/Steve Rogers junto a Matthew Murdock en su papel de abogado defensor, acerca de hechos que ya han sucedido. De ese modo tenemos una historia contada a base de largos flashbacks mientras Rogers y Murdock tratan de discernir la verdad tras lo que sucedió al reencontrarse con la otra parte de su familia, su tía Sarah.

La causalidad entre la responsabilidad y no poder ser culpado

Son muchas las acciones sobre las que Laura debería responder. Demasiadas muertes violentas a sus espaldas, algunas incluso con mutilaciones de por medio, de lo más macabras, verdaderas masacres al alcance de un asesino sin escrúpulos. Pero esa es X-23, la asesina, la que emplea sus garras forradas de adamantium para dar rienda suelta al caos mediante la sustancia desencadenante, algún tipo de feromona que le hace tener deseos de acabar con la vida de aquel o aquella que queda marcado por ese líquido.

Laura no mata porque quiere, al menos no de forma indiscriminada, mata porque no lo puede evitar o porque lo necesita para huir de sus creadores, aquellos que aún quieren mantener el control del arma en la que le convirtieron. Y la trama de esta serie limitada tiene mucho de todo, mucha acción, emoción y también drama, mucho drama. Lidiar con semejante contratiempo no es sencillo y conlleva un elevado ejercicio de madurez por parte de una adolescente que ha visto pasar cosas horribles a lo largo de su todavía corta vida, al menos en lo que a publicaciones se refería en ese momento.

Potencial ilimitado

Lo que Kyle y Yost si iban dejando claro es el enorme espectro que podían alcanzar las aventuras de Laura Kinney. No solo por la vinculación que el personaje tiene por ser un clon de Lobezno, tener poderes curativos aumentados y estar integrada dentro de la franquicia mutante. X-23 tenía entidad propia más allá de llegar algún día a ser la versión femenina de Wolverine, que lo fue durante el tiempo en el que Logan visitó el más allá. Su personalidad es de por sí abrumadora, sincera, abierta, sin pelos en la lengua, capaz de hacer frente no solo a un ejército fuertemente armado sino dialécticamente mostrarse íntegra ante todo un Capitán América.

Blanco-X es digna sucesora de Inocencia perdida, una continuación que amplía no solo la historia sino que da forma a un personaje complejo, capaz de superarse ante circunstancias adversas y dotado de una fortaleza que nos lleva a empatizar con una joven cuyo resorte violento no supera su voluntad por abrazar su aspecto de heroína, aunque su carácter deba mucho a parte de los genes que la trajeron a este mundo, los de un pequeño cascarrabias que es el mejor en su trabajo… aunque este no le guste.

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jesús salvador gómez

Jesús Salvador Gómez

ISNI: 0000 0005 2809 9492 Destetado en unos recreativos jugando al Ghost N’ Goblins y criado bajo el prisma del comic nacional de Ibañez, Escobar, Vázquez… y los clásicos Don Miki de Disney, su vida cambió el día que cayó en sus manos el número 45 de Spider-Man de Comics Forum. Desde entonces Marvel entró en su vida para no abandonarla jamás, al igual que lo han hecho los videojuegos. Amante de las etapas míticas de Claremont, Byrne, Miller, Stern o Simonson, confiesa sin pudor que su mujer es una parte culpable de que cumplida la cuarentena siga embebido por unas aficiones que no le abandonarán jamás.

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