La trama que ha envuelto a Patience Lee con el uniforme de Kick-Ass llega a su final. No ha tenido fácil erguirse con el poder de las mafias para destruirlas desde dentro. Ahora Panini Comics le pone una última traba en su complicado camino, nada menos que a Hit-Girl.
Amigos para siempre
La relación de Mindy McCready con Dave Lizewski está muy por encima de lo que podríamos considerar una amistad normal. La vida les llevó a compartir algo más que juergas y diversión, desamores o pequeños dramas de juventud. No, Mindy y Dave han desparramado cadáveres juntos, han visto morir al padre de ella de un disparo en la cabeza tras ser torturado. Mindy y Dave son hermanos de sangre, aunque sea ajena y corra por ríos que ellos mismos han generado. Lo que han hecho el uno por el otro les sitúa en un status especial, aquel en el que nadie puede pretender ensuciar el nombre del otro sin tener que pagar por ello.
Así que cuando Hit-Girl se entera de las actividades de esa nueva Kick-Ass, que lidera los bajos fondos de Albuquerque, no puede permitir que se relacione la figura del héroe creado por Dave para pasar a formar parte de una banda criminal, tendrá que ser por encima de su cadáver y eso ya sabemos que no es nada sencillo. Cuando nos referimos a Hit-Girl estamos hablando de palabras mayores, una asesina sin escrúpulos entrenada desde niña para ser la mejor en lo que hace… y no pinta ni colorea, corta cabezas y deja cuerpos convertidos en coladores de balas, le da igual el calibre de la munición.
El enemigo de mi enemigo tampoco me cae bien
Intentar explicar a Mindy que las actividades de Patience son honorables a pesar de las apariencias no sirve de nada. Su punto de vista no es ese ni lo va a ver bien por muy bonito que se le pinte. En un momento determinado puede tener un objetivo en común pero para ella Kick-Ass no puede representar ese papel y hará lo que sea necesario para cobrarse venganza contra la persona que ahora ostenta el traje. Por lo tanto una vez desarticulada toda la sociedad criminal de la ciudad solo queda llegar al enfrentamiento final con la impostora, aunque tenga que poner toda la carne en el asador.
La labor realizada por Steve Niles (también creador y guionista de The October Faction) y de Marcelo Fruisin (al que descubrimos en Hellblazer, en las etapas de Warren Ellis, Mike Carey o Brian Azzarello) ha sido de lo más destacada desde que recogieron el testigo, en el segundo tomo, de las manos de los propios creadores del personaje de Kick-Ass, Mark Millar y John Romita Jr. Ambos nos han mostrado la capacidad de Patience para lidiar con situaciones extremas gracias a su entrenamiento y experiencia militar, así como la determinación de erradicar el crimen organizado de su ciudad.
El futuro no está escrito pero esto no es el final
Cuando llegamos a la última página de esta recopilación de los cinco números, que en USA se publicaron como serie limitada independiente bajo el título Kick-Ass vs. Hit-Girl, nos damos cuenta de que la historia queda abierta a una futura continuación, por lo que de momento lo que parece quedar claro es que el recorrido de las aventuras de Patience si queda más que cerrado pero las andanzas de Kick-Ass continuarán en un futuro. Y parece que será incierto pues las pistas que nos dejan los autores son más bien escasas.
En general y resumiendo, la trama que hemos podido seguir en los cuatro volúmenes de La Chica Nueva nos han dejado con un buen sabor de boca y un desenlace totalmente repleto de acción y frenetismo, como no podíamos dejar de esperar estando Hit-Girl de por medio. Nos quedamos por tanto con esa despedida tan cinematográfica de… determinado personaje “will return”. En castellano puro y duro… KICK-ASS VOLVERÁ.
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