El momento ha llegado: ya no hablamos de “la peli nueva de DC” suelta por ahí. Hablamos del Universo DC de James Gunn. Un proyecto con fases, canon, series, monstruos imposibles, kaijus, Superman volando otra vez con esperanza… y un director que ha pasado de incómodo invitado a capitán del barco.
Lo curioso es que todo esto arrancó por unos tuits desafortunados que provocaron su despido de Marvel Studios. Ese giro del destino acabó convirtiendo a Gunn en el nuevo timonel de DC Studios, con una hoja de ruta clara que arranca con El Escuadrón Suicida, continúa con El Pacificador, se retuerce con Comando Monster y termina, de momento, con Superman inaugurando la fase “Dioses y Monstruos”.
En el vídeo que acompaña a este artículo repasamos este nuevo canon de arriba abajo, pero si prefieres leer la chapa friki con calma, ponte cómodo, que vamos a viajar por el Universo DC de James Gunn.
El Escuadrón Suicida: la carta de presentación salvaje
La primera toma de contacto de James Gunn con DC fue, inevitablemente, una comparación directa con el pasado. Escuadrón Suicida de David Ayer perseguía el tono de Guardianes de la Galaxia sin terminar de encontrar su propia voz, y en medio de ese caos creativo apareció Gunn, recién caído de Marvel, para jugar con los mismos juguetes… pero a su manera.
Cuando se estrenó El Escuadrón Suicida, DC Films era una auténtica Hydra descontrolada: la Liga de la Justicia de Zack Snyder por un lado, Wonder Woman y Aquaman a su bola, Black Adam intentando abrirse hueco, Shazam! sorprendiendo contra todo pronóstico, Blue Beetle entrando de puntillas y The Flash firmando prácticamente el final de una era. En ese mar de direcciones cruzadas, Gunn y Peter Safran empezaron a hacerse con el timón.
La película se convirtió en una de las obras más sólidas y con más personalidad del catálogo reciente de DC. Gunn no se limita a copiar su fórmula Marvel: abraza la etapa clásica del grupo en los cómics, se inspira sin pudor en John Ostrander y se lanza de cabeza a la parte más absurda, estrafalaria y maravillosa del Universo DC. Y de paso le roba a la Liga de la Justicia un villano mítico como Starro el Conquistador para demostrar que aquí puede pasar cualquier cosa.
El Escuadrón que plantea Gunn está lleno de marginados, frikis y juguetes rotos que ni siquiera dentro del género de superhéroes encajan del todo. Gente horrible con la que, contra todo pronóstico, acabas empatizando. Ese es el truco: la película te hace reír con una masacre delirante desde la primera secuencia, pero debajo del chiste siempre late el drama humano. Cada secundario tiene su pequeño momento de gloria y, cuando menos te lo esperas, estás sufriendo por un tipo con casco de retrete o por una chica que controla ratas.
Entre tanto humor negro, poderes ridículos y crítica al poder, Gunn define lo que será su sello dentro de DC Studios: historias locas, violencia desatada, corazón a prueba de bombas y un respeto total por la quintaesencia del cómic. El Escuadrón Suicida no es solo una película gamberra: es la primera piedra del nuevo Universo DC de James Gunn.
El Pacificador: la serie que confirmó que Gunn iba en serio

El siguiente paso fue El Pacificador, donde Gunn tuvo algo que en cine siempre falta: tiempo. Tiempo para desarrollar personajes, para afinar su humor negro y para demostrar que podía construir un universo desde la serie más inesperada. Porque ¿quién habría apostado por una ficción centrada en un fascista obsesionado con la paz interpretado por John Cena?
El personaje, nacido en Charlton Comics en los 60 y refinado después en DC, siempre fue una bomba andante de ideología absurda y trauma mal gestionado. Gunn recoge todo ese legado y lo arrastra al siglo XXI, manteniendo la sátira política, el pulp y la exploración del lado más ridículo de la masculinidad tóxica… pero sin olvidarse de que, en el fondo, está contando una historia de redención.
La serie nos deja ver qué pasa cuando se baja el telón de una gran película de superhéroes. Volvemos a encontrarnos con Amanda Waller moviendo los hilos, con el equipo que trabajaba en las sombras en El Escuadrón Suicida y con nuevos personajes que parecen sacados de una convención de raros adorables. Entre conspiraciones a lo La invasión de los ultracuerpos, kaijus gigantes y chistes pasados de rosca, la serie construye uno de los grupos más carismáticos del nuevo DCU.
La primera temporada ya fue un regalo, pero es en la segunda, completamente integrada dentro del nuevo DC Studios, cuando termina de explotar su importancia. Gunn juega abiertamente con la continuidad del nuevo universo, mete en la ecuación a Lex Luthor y a personajes procedentes directamente de la película de Superman, coquetea con Tierras alternativas, desajustes dimensionales y conceptos como Checkmate. De repente, El Pacificador deja de ser la serie “pequeña” para situarse en el centro del tablero.
Ver al Pacificador cruzarse con Superman no es solo un guiño: es la prueba de que Gunn está construyendo el DCU de abajo arriba, desde los marginados hasta los iconos. Y, de paso, convierte la serie en una “serie comfort” perfecta, de esas que acabas y piensas: “Vale, ¿cuándo volvemos a ver a esta panda de tarados?”.
Creature Commandos: el lado monstruoso y animado del DCU
Creature Commandos
Tras el cierre del antiguo DC Films con The Flash, tocaba arrancar oficialmente el nuevo universo. Y, sorprendentemente, James Gunn decidió hacerlo mirando hacia la animación con Comando Monster, una serie que funciona como puente entre el pasado y el futuro y que deja claro que en DC Studios la animación no es segunda división.
Basada en los Creature Commandos que aparecieron en los cómics en los años 80, Comando Monster recupera la mezcla de terror, sátira y acción bélica, pero la adapta a los tiempos de Gunn: humor negrísimo, misiones encubiertas imposibles y un grupo tan peligroso como entrañable. Amanda Waller vuelve a tirar de expediente X gubernamental para mandar a un equipo de monstruos —La Novia de Frankenstein, Nina Mazursky, G.I. Robot, Rick Flag Sr., Comadreja…— a encargarse de todo aquello que un héroe clásico no podría ni tocar.
El resultado es un festival visual que solo podía existir en animación: criaturas imposibles, explosiones desatadas, guiños constantes a ARGUS, Checkmate, S.T.A.R. Labs y a esa tradición de monstruos que siempre ha estado en el ADN de DC. A nivel de tono, es una especie de secuela espiritual de El Escuadrón Suicida, pero todavía más rara, todavía más sucia y todavía más libre.
Comando Monster deja clarísimo cuál es la filosofía de Gunn: los parias, los rotos y los freaks también pueden sostener un universo. De hecho, son ellos los que le dan alma. Y mientras nos reímos con sus excentricidades, Gunn va sembrando pistas y conexiones que encajan con lo que veremos en imagen real. No es una anécdota: es canon puro y duro dentro del nuevo Universo DC Studios.
Superman: la prueba definitiva… y la victoria
Superman (2025) ha generado mucho dinero desde que dejó los cines
Y entonces llega Superman, la gran prueba de fuego. Por un lado, Gunn debía lidiar con la sombra alargada del Superman de Zack Snyder y Henry Cavill, una versión más oscura y brutal que llegó a influir incluso en los cómics. Por otro, tenía que firmar la película que marcara el tono del nuevo DCU: si fallaba aquí, todo el castillo de naipes se tambaleaba.
La sorpresa es que Superman se convierte en la menos “James Gunn” de sus obras… y, a la vez, en la más importante. El director entiende perfectamente que no está jugando con un personaje cualquiera. Superman es el icono absoluto, el superhéroe primordial, el mito fundacional del género. Así que en lugar de reinventar por reinventar, Gunn decide afinar lo que ha funcionado durante décadas y traerlo al presente con un enfoque luminoso, emocional y profundamente respetuoso.
La película no es perfecta: hay muchos personajes y, a ratos, el foco se dispersa. Pero cuando la cámara se queda con Clark y Lois, la cosa brilla de verdad. Lois Lane es coprotagonista absoluta, con carisma y nervio, equilibrando el idealismo de Superman. El Daily Planet, Jimmy Olsen y el entorno de Metrópolis se sienten sacados directamente de las mejores etapas del cómic. Y Lex Luthor vuelve a ser un villano fascinante, con un plan que mezcla ciencia ficción desatada e intriga política.
Entramos en plena batalla, casi in media res, y a partir de ahí la historia se abre paso hasta un final esperanzador que redefine quién es Superman para una nueva generación. Hay guiños a All-Star Superman, ecos de la era Bronce, destellos de la etapa de John Byrne y toques del Superman más moderno de Grant Morrison. No adapta una sola saga: construye un Superman que parece la suma de sus 85 años de historia.
Y sí, también hay espacio para Krypto, para un kaiju gigante marca de la casa y para todas esas semillas que irán germinando en el resto del DCU: tensiones políticas, amenazas cósmicas, personajes secundarios que claramente volverán. Superman vuelve a ser Superman, con esperanza, bondad y un corazón gigante… y en 2025 eso casi parece revolucionario.
El Universo DC de James Gunn: ¿el nuevo gran proyecto a seguir?
Supergirl
El Escuadrón Suicida, El Pacificador, Comando Monster y Superman no son solo cuatro títulos sueltos. Son el esqueleto de algo más grande: un Universo DC Studios que se construye de forma consciente, mirando a los cómics con respeto y sin miedo a abrazar lo raro, lo emotivo y lo disparatado. Gunn ha demostrado que entiende el legado, que sabe de dónde nace la magia de estos personajes y que no tiene miedo a mancharse las manos para darle un nuevo impulso.
Su apuesta es clara: universos llenos de cicatrices, de historia y de herencia, donde los dioses comparten plano con monstruos, villanos reformados y perdedores que buscan una segunda oportunidad. Donde la esperanza puede convivir con la casquería y el humor negro. Y donde, por encima de todo, los superhéroes significan algo más allá de los efectos especiales.
¿A ti qué te está pareciendo el Universo DC Studios de James Gunn? ¿Te ha convencido su Superman? ¿Sigues enganchado a El Pacificador? ¿Te ha volado la cabeza Comando Monster? Te leemos en comentarios… y si quieres más chapa friki como esta, ya sabes: síguenos también en Google News y no te pierdas ningún giro del nuevo DCU.




