No es una exageración. Lo que prepara la segunda temporada de Twisted Metal no solo puede superar a la primera entrega de Peacock: también promete incluir algo clave de los videojuegos. Y no lo digo solo por el regreso de personajes como Sweet Tooth o Quiet. Esta vez va mucho más allá.
¿La clave? Algo que se echó de menos en la primera temporada y que ahora viene con toda la furia del infierno sobre ruedas: el verdadero torneo Twisted Metal, con sus reglas letales, su presentador sádico y una promesa que lo cambia todo. Porque cuando Calypso concede un deseo… cuidado con lo que pides.
El torneo empieza en Twisted Metal y no hay marcha atrás
Tras el final explosivo de la primera temporada, John Doe (Anthony Mackie) no tiene ni idea de en qué se ha metido. Bueno, ahora sí lo sabe. Ha sido reclutado por Calypso (Anthony Carrigan) para participar en el torneo más retorcido y brutal del planeta. ¿El premio? Cualquier deseo. El que sea. Sin condiciones. O eso dice él…
Este nuevo arco narrativo respeta la esencia de los videojuegos originales de Twisted Metal, donde el combate no era solo cuestión de gasolina y fuego: cada conductor tenía una historia, un deseo imposible y una advertencia peligrosa. Y eso es exactamente lo que veremos en esta nueva tanda de episodios, con más violencia, más humor negro y más locura a toda velocidad.
Un regreso por todo lo alto
La temporada 2 de Twisted Metal arranca el 31 de julio con tres episodios disponibles desde el primer día. Luego habrá uno nuevo cada jueves en Peacock. Y sí, la acción sigue justo donde se quedó: con John y Quiet separados, con Sweet Tooth suelto y con un montón de nuevos personajes dispuestos a morir (o matar) por su deseo.
Twisted Metal
Entre los pilotos confirmados están:
- Sweet Tooth (Will Arnett / Joe Seanoa), que ya demostró que no tiene filtro ni freno.
- Quiet (Stephanie Beatriz), que vuelve al centro de la historia con más furia que nunca.
- Dollface, Vermin, Axel y otros nuevos personajes que darán que hablar.
Cada uno con su historia. Cada uno con un deseo. Y con Calypso jugando con todos como si fueran piezas de un juego que solo él entiende.
El alma del videojuego… por fin en pantalla
Si algo le faltó a la primera temporada de Twisted Metal fue precisamente esto: el torneo. La esencia del videojuego. Ese caos organizado donde no hay reglas salvo una: sobrevive.
En los juegos, el ganador siempre obtenía un deseo… pero casi nunca salía bien parado. Calypso retorcía las palabras, manipulaba las peticiones y lo convertía todo en una pesadilla. Ese humor oscuro, cínico y cruel es el corazón de Twisted Metal, y por fin se va a explotar al máximo en televisión.
La serie ha entendido que los combates con coches no son nada sin motivaciones personales, sin tragedias detrás del volante y sin finales inesperados. Y eso es justo lo que esta nueva temporada quiere ofrecernos.
Twisted Metal
Calypso: el dios del caos
El fichaje de Anthony Carrigan como Calypso es uno de los mayores aciertos de la serie. Después de brillar en Barry y Superman como Metamorfo, el actor se mete de lleno en un personaje que mezcla lo demoníaco con lo sarcástico. Porque Calypso no es un villano cualquiera: es una figura casi mística que juega con la realidad.
Es capaz de cumplir cualquier deseo… pero nunca como lo esperas. En los juegos, los finales de los ganadores eran pequeñas tragedias griegas con ruedas. Pedías fama, y acababas enterrado en vida. Pedías amor, y perdías lo que más querías. Pedías poder, y te convertías en monstruo.
Esa visión retorcida y peligrosa de los deseos humanos es el motor narrativo de la segunda temporada, y una de las razones por las que esta trama es tan potente.
Twisted Metal siempre jugó con esa premisa. Y ahora la serie lo lleva al siguiente nivel.
Ya no es solo una lucha de coches locos. Es un espejo deformado de nuestras ambiciones, una mezcla entre Mad Max y los cuentos más oscuros de los hermanos Grimm.
Y lo más impactante es que, con todo su humor y violencia absurda, Twisted Metal está contando algo muy serio: que a veces, lo que más queremos… puede ser lo que más nos destruye.
Mucho más que acción
Además del torneo, la temporada promete:
- Más desarrollo entre John y Quiet.
- Nuevas alianzas y traiciones dentro del torneo.
- Finales impredecibles al estilo “Cuidado con lo que deseas”.
- Un posible giro final que cambie el juego para la temporada 3.
Todo esto sin perder ese estilo irreverente, rápido y caótico que ha hecho que Twisted Metal se convierta en una de las series más sorprendentes de Peacock.
La segunda temporada de Twisted Metal no solo recupera el alma del videojuego: la potencia, el conflicto y la crudeza del torneo original. Lo eleva, lo moderniza y lo vuelve aún más oscuro, impredecible y humano.
Y si cumple lo que promete, puede que estemos ante la mejor historia jamás contada en una serie basada en un videojuego. Porque a veces, la gasolina no es lo que arde más fuerte. Es el deseo.




