Matthew Murdock no está pasando por una buena época. Ha dejado atrás sus andanzas como Daredevil y ejerce como agente de libertad condicional. Panini Comics continúa con la publicación de esta sorprendente etapa con Chip Zdarsky como nuestro guía.
La colección de Daredevil se ha caracterizado históricamente por brillar en los momentos más oscuros del personaje. Las bajadas a los infiernos de un practicante católico como Matt Murdock no ha hecho sino hacerle creer aun más en Dios. Desde el final de la etapa de Charles Soule ya hemos visto a un Daredevil limitado físicamente y ahora, apartado de su traje por voluntad propia, estamos asistiendo a un ejercicio de exploración que utiliza mucho la crítica al sistema político, así como la introspección hacia los caminos de una fe que está puesta en duda.
Desde el inicio de la etapa de Chip Zdarsky hemos podido ver las visitas periódicas a la iglesia, en las que Matt intercambia opiniones con el padre Simons y con la hermana Elizabeth. Con el cura trata más de la metafísica de la religión mientras con la monja podemos apreciar un trasfondo mucho más mundano y cercano a la gente, a las sensaciones que se nos presentan y nos hacen tomar diferentes caminos. Murdock parece apreciar más las charlas que mantiene con esta última, encuentra más motivación para encontrar las respuestas que busca.
Al mismo tiempo el antiguo abogado y ex alcalde de la ciudad de Nueva York ha empezado a conocer a la dependienta de una tienda de libros, Mindy Libris, que le ha terminado por invitar a cenar. Resulta que pertenece a una de las familias que controla los hilos de los bajos fondos. La cena es del todo edificante en cuanto a la crítica dura que se hace al sistema. Zdarsky se abre en canal mientras despelleja a los poderosos que controlan la vida de los más humildes, mientras que los Libris se pretenden situar como una solución que carece de total justificación por sus actividades delictivas. Son un método regulador pero al mismo tiempo son un cáncer a extirpar, como el de los que están del lado de las grandes fortunas de capital.
La presencia de Lalit Kumar Sharma en la parte gráfica de la historia dota de un ambiente más intimista, alejado de las peleas y tiroteos, de la acción pura y dura. Le favorece sobremanera a lo que Zdarsky pretende contar. Es un dibujo limpio que pone el foco en los personajes y se aleja de los superhéroes. Le viene como anillo al dedo a una trama que cada vez busca más lo personal y tocar nuestra fibra sensible. Que pretende devolvernos al mundo real, con problemas reales de la gente de a pie de calle, situando el punto de mira en los que miran a otro lado, sin preocupaciones vitales.
Pero no son los únicos frentes abiertos en estos capítulos 3 y 4 de la historia titulada “No hay demonios, solo Dios”. El Buho sigue moviendo sus piezas por el tablero para lograr una mayor cuota de poder ahora que Wilson Fisk ha visto que tiene mucho más que ganar desde su posición en la política. Y además el detective Cole North se encuentra cada vez más acorralado por la corrupción de un Cuerpo de Policía donde ya no encuentra el respaldo que esperaba para poder realizar su trabajo como hombre íntegro que es.
Daredevil es a día de hoy la serie de Marvel más intimista y veraz de cuantas pueblan las estanterías de las librerías de comics. Nos habla de la lucha que mantenemos con nosotros mismos, cada día, por entender lo que nos rodea y como prepararnos de la mejor manera para afrontar cualquier reto, aunque sea pequeño.
Sinopsis Oficial
Con Daredevil todavía desaparecido, su sombra se extiende por La Cocina del Infierno. Los ciudadanos convencionales están empezando a sentir su ausencia. El Detective Cole North puede haber detenido a Daredevil, pero su mayor problema está por venir.