Se termina la cuarta temporada de The Walking Dead y queremos dejar nuestras impresiones.
Basada en el comic de Robert Kirkman y dibujada por Tony Moore,
reemplazado por Charlie Adlard a partir del número 7. Esta serie ya
es un fenómeno de la televisión, y ha dejado en vilo a los
espectadores esperando la quinta temporada.
Esta cuarta temporada de The Walking Dead se divide en pos partes,
por una parte después del ataque al pueblo del Gobernador donde
muchos se han aliado con la gente de la Cárcel, pero un brote de
gripe y un ataque del Gobernador con tanque incluido hacen que el
grupo de Rick se disperse y cada uno vaya por su lado. Ahí comienza
la segunda parte de la serie, los protagonistas en pequeños grupos
deben sobrevivir como puedan, una luz de esperanza asoma por el
horizonte al ver carteles de una estación de tren donde dan la
bienvenida a todos supervivientes que pululan por ahí.
Crítica de la cuarte temporada de The Walking Dead: La serie
siempre sigue el mismo patrón, te deja con ganas de más, el final
es un ejemplo perfecto para ello, ¡nunca habrá final feliz! cuando
salen una se meten en otra peor. Cada vez que se acercaban a la
terminal nos temíamos lo peor, y los peores augurios se cumplen.
Demostrando que son perores los humanos y sus malas intenciones que
los zombies, que solo quieren saciar su hambre.
Esta temporada ha pasado por muchos capítulos de transición, nuevos personajes que aparecen solo para morir, tanto en la cárcel como más tarde en el exterior.
Como comentábamos lo bueno que tiene en la serie es que se abren incógnitas que no se han resuelto y queremos ver más, que llegue ya la nueva temporada para ver donde están Beth, Carol o Tyreese con el bebé. Y sobre todo que les pasará en la terminal de tren a Rick, Glenn, Carl, Daryl o Michonne.





