Un mundo helado lleno de túneles y tecnologías que parecen magia, monstruos mecánicos y un imperio opresor. Aposimz, lo nuevo de Tsutomu Nihei continúa su alucinante viaje a toda velocidad
En la tercera entrega de Aposimz, Etherow busca su venganza y el destino ha decidido que sea antes de lo esperado. Pero eliminar el arma utilizada no es vengarse del que la ha empuñado. El futuro alienígena invernal de Tsutomu Nihei reflexiona sobre las decisiones que tomamos y lo que decidimos ser, si ayudamos a los demás o solo seguimos nuestros deseos. Acción desenfrenada, tecnología casi mágica y batallas en medio de la nada destacan en este manga de Panini.
La nueva saga de Nihei entra en una nueva etapa, ¿puede la venganza convertirse en justicia? Porque los humanos que aún se esconden del Emperador necesitan esperanza y los palingenos rebeldes pueden ser esos caballeros blancos que hagan del mundo un lugar mejor. Pero los desconocidos poderes del enemigo juegan en su contra, cada nueva batalla significa arriesgar recursos que pueden necesitar.
En este tomo la amenaza que llegara se intuye en algo cercano, la desesperación puede llevar a los hombres a hacer cosas muy peligrosas. El manga ha acelerado un poco, no era una obra pausada pero el mangaka tiene un ritmo muy propio que genera tensión e interés, necesitamos más que las batallas para crear un mundo.
Sólo llevamos tres tomos lo que hace que sea difícil ver hasta donde puede llegar la batalla. Hemos tenido varias y cada una ha sido única, pero de repente algunas parecen demasiado fáciles, ¿es una trampa? EL personaje escondido detrás de los mortales palingenos superiores está cerca, y el temor que despierta se sustenta en algo oscuro y seguramente que nadie espera.
A nivel gráfico Nihei sigue estando notable. El uso del espacio vacío y el blanco como lienzo hacen que todo sea frío y debería ser estático. No es así. Es totalmente al contrario, hay dinamismo, pocas líneas cinéticas pero todo esta en movimiento, activo, y sin negros o sombras hay texturas, el mangaka está a un nivel sobresaliente. Aceptar un desafío de tales características es un reto enorme, imponerse uno mismo es ya buscar la excelencia.
Apomsiz sigue a su ritmo, creando su mundo, desarrollando a sus personajes y dejando páginas de gran belleza. Todavía estamos empezando el camino, y ya es brillante, como el reflejo de la luz en la nieve recién caída.
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