El final ha llegado en Ángeles Caídos, y la batalla contra Apoth no solo marcará algo para los guerreros y asesinos mutantes, también es el punto final de esta serie.
La asesina, el soldado y la guerrera llegan al final de su camino en Ángeles Caídos, han aprendido, han cambiado, han descubierto que pueden ser más. Pero este no es su final, dar el paso, empezar a andar, ahora toca dar el siguiente.
Bryan Hill había planteado una buena historia que estaba tardando en desatollarse, nos dejó un villano extraño, aterrador, muy de la franquicia X, y tenía trazas de poder hacer algo muy interesante, pero su tiempo es limitado, y Ángeles Caídos ha sido el sacrificio que ha hecho para poder acabar el resto de sus proyectos.
Nos ha dejado unos personajes que tendrán continuación en otras series, pero que, en esta, han tomado un carácter intimista, casi zen, doloroso y trágico. A la vez que orgulloso y combativo.
Szymon Kudranski ha recibido muchas quejas por su trabajo en esta serie, que si repite dibujos, que si es estático, que su acción es floja. Pero ha dejado viñetas evocadoras, de hermosa precisión, y no ha dejado de embellecer sus composiciones para dejar que el mundo atrape el dibujo, y eso merece cuanto menos un pequeño aplauso.
No es una colección que vaya a nombrarse en los anales de los mutantes, pero su es el germen de buenas ideas para Kwanonn, Cable y Laura. Visitar sus necesidades, aquello para lo que fueron creados, ahora que viven en una época prospera, donde no debería ser necesario la existencia de una asesina, un soldado y una guerrera.