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Las mejores películas de Pixar

Las 10 mejores películas de Pixar según la crítica y un repaso a toda su filmografía

De Toy Story a Elio, repasamos las 10 mejores películas de Pixar y su legado eterno en la animación. 🎬✨
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Las mejores películas de Pixar

Pixar es ese estudio capaz de colarte una risa en mitad de un nudo en la garganta y, segundos después, recordarte por qué amabas el cine cuando eras crío. Tecnología de vanguardia, corazón a borbotones y una puntería emocional que rara vez falla. Con Inside Out 2 refrescando el tablero y Elio abriendo nueva etapa espacial, te traemos un ranking con las 10 mejores películas de Pixar según impacto, legado y recepción crítica, y un repaso a su filmografía completa para que no te pierdas ningún viaje.

Nota Cinemascomics: Nos apoyamos en el consenso crítico (Rotten Tomatoes) y en la huella cultural de cada título. El orden puede doler… y eso es parte de la diversión.

10. Ratatouille (2007): un chef diminuto con apetito de grandeza

ratatouille pixar 2007

Ratatouille

En una París iluminada por olas de luz y aroma a mantequilla, Remy sueña con cocinar en un mundo que le niega los fogones por ser… una rata. La idea parece imposible hasta que encuentra a Linguini, pinche desorientado con el que comparte el “volante” culinario. Brad Bird firma una carta de amor a la creatividad, al oficio y a esa voz interior que te pide apostar por lo que amas, aunque el resto te mire raro. La animación de los alimentos —salsas, texturas, humos— es puro fetiche visual, y el clímax con Anton Ego es una clase magistral de cómo una simple cucharada puede activar la memoria más tierna.

Por qué está aquí: convirtió la alta cocina en cine popular sin perder un gramo de sofisticación. Y dejó una frase tatuada en el ADN cinéfilo: “No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier lado”.

9. Toy Story 4 (2019): el adiós que no sabías que necesitabas

toy story 4

Cuando Toy Story 3 parecía haber puesto el broche definitivo, llegó una cuarta entrega que no repetía, evolucionaba. La irrupción de Forky, un juguete improvisado con ansiedad existencial, es una genialidad sobre identidad y propósito. Y Bo Peep regresa como navegante libre, marcando un giro hacia la autonomía y el cierre vital de Woody. El viaje por la feria, los guiños de terror suave y la sensibilidad de su desenlace convierten a esta “epílogo-secuela” en un canto a elegir tu propio camino.

Por qué está aquí: pocos blockbusters se atreven a hablar de reinventarse cuando tu misión de siempre deja de ser tu misión. Y lo hacen sin perder la chispa.

8. Los Increíbles (2004): superhéroes con colada por tender

los increíbles

Antes de que el boom superheroico lo invadiera todo, Brad Bird plantó una familia con poderes… y problemas domésticos. Los Increíbles es acción estilizada, jazz visual y diálogo afilado, con set pieces que aún hoy siguen siendo referencia (esa persecución de Dash por la jungla es dinamita). Pero lo que la hace perdurar no son los gadgets: es la química familiar, el comentario sobre aspiraciones y mediocridad, y el reconocimiento de que los superpoderes no te libran de hablar con tus hijos.

Por qué está aquí: porque Edna Moda debería tener su propia saga y porque demuestra que Pixar también sabe coreografiar la épica.

7. Coco (2017): la música que atraviesa el más allá

coco

“Recuérdame” no es solo una canción; es el hilo rojo que une generaciones. Lee Unkrich orquesta una celebración del Día de Muertos respetuosa y colorista, con un diseño de producción despampanante (ese puente de cempasúchil es pura poesía). Coco habla de memoria y legado, de perdonar y ser recordado. Es una de esas experiencias que crecen con el espectador: a un niño le deslumbra; a un adulto le parte dulce.

Por qué está aquí: por su representación cultural cuidada, su emoción honesta y una recta final que no falla jamás.

6. Up (2009): la casa que vuela y el amor que aterriza

up inaugurará el festival de cine de cannes

UP

En diez minutos, Up te cuenta una vida entera. Ese prólogo —ya sabes cuál— es un clásico moderno. Después, aventura pulp con perros parlantes, dirigibles imposibles y la amistad improbable de Carl y Russell. Pero lo más valiente es su mensaje: soltar el peso de la nostalgia para abrir hueco a nuevas aventuras. La música de Michael Giacchino y el diseño de color hacen el resto.

Por qué está aquí: por recordarnos que el duelo no se supera olvidando, sino volviendo a vivir.

5. Toy Story 3 (2010): crecer es soltar la cuerda

toy story 3

Toy Story 3

La trilogía se cerraba —en teoría— con una montaña rusa emocional. El tramo de la guardería Sunnyside juega con códigos carcelarios y comedia negra; el clímax de la incineradora es cine puro; y la despedida en el césped de Andy es el abrazo colectivo de una generación. Lee Unkrich logró lo imposible: unir aventura, humor y catarsis en un final que parecía insuperable.

Por qué está aquí: porque todos hemos tenido que decir adiós a algo que nos definía. Y Pixar lo convirtió en rito compartido.

4. Inside Out (2015): el mapa emocional que nos faltaba

crítica de inside out

Convertir las emociones en personajes es una idea brillante; convertirlas en drama familiar comprensible a cualquier edad es un milagro. Pete Docter y su equipo diseccionan la mente infantil con un lenguaje visual cristalino y un humor que nunca abarata el dolor. El arco de Tristeza es una declaración de principios: sentirse mal también está bien; negarlo te rompe por dentro.

Por qué está aquí: porque educó sin paternalismos a millones de espectadores. Y porque sigue creciendo con Inside Out 2, que añade la ansiedad adolescente al carrusel.

3. Buscando a Nemo (2003): la odisea bajo el mar

buscando a nemo

Buscando a Nemo

Un padre sobreprotector, un océano inmenso y Dory, ese torbellino de memoria corta y corazón largo. Andrew Stanton firmó una road movie acuática con set pieces memorables (la autopista de tortugas, la pecera “carcelaria”, la ballena…) y un mensaje que nunca caduca: dejar ir no es abandonar; es confiar. La paleta azul y el trabajo de iluminación fueron un salto técnico que sigue luciendo impecable.

Por qué está aquí: porque es aventura perfecta: ritmo, emoción y personajes que te acompañan años.

2. Toy Story (1995): el Big Bang de la animación digital

fotograma de toy story

La primera piedra. Sin Toy Story no se entiende el cine de animación moderno. Pero su grandeza no es solo tecnológica: es de caracteres, timing cómico y conflicto. Woody y Buzz pasan de rivales a hermanos en una buddy movie que enseñó a Hollywood que la informática también podía contar historias con alma. Los gags funcionan; la ternura, también.

Por qué está aquí: porque cambió la industria… y nuestras expectativas de lo que una “película para niños” podía ser.

1. Toy Story 2 (1999): la secuela que perfeccionó el juguete

toy story 2

Toy Story 2

Contra todo pronóstico, mejoró el original. Más ritmo, más universo, más emoción. La historia de Jessie —ese montaje con “When She Loved Me”— es un dardo directo a la nostalgia. Zurg, Al, la odisea en el aeropuerto, el guiño a Star Wars… Todo encaja con precisión de relojero. Es Pixar afinando su instrumento y regalando una secuela de manual.

Por qué está aquí: porque condensa todo lo que hace grande a Pixar: inventiva, humor inteligente y una verdad emocional que te desarma.

Pixar hoy: de Soul a Elio, cómo ha evolucionado su fórmula

Pixar nunca ha sido un estudio inmóvil. A lo largo de los años ha explorado estilos, voces y tonos distintos, pero siempre sin traicionar su sello emocional. Ahí está Soul, que se atrevió a hablar de metafísica para todos los públicos a ritmo de jazz, planteando la gran pregunta sobre qué significa realmente encontrar tu chispa en la vida. O Luca, que bajó la escala y nos llevó a un verano eterno en la Riviera italiana, envuelto en acuarela y con un canto sincero a la amistad y a la aceptación de la diferencia.

Después llegó Turning Red, un torbellino adolescente que mezclaba humor, caos y K-pop para representar con ternura y desparpajo el tsunami de emociones de los trece años, todo bajo la forma de un gigantesco panda rojo que se convirtió en metáfora universal.

Con Elemental, Pixar volvió a arriesgar, transformando fuego y agua en protagonistas de una historia romántica que también hablaba de migración, raíces y convivencia. Y si Inside Out nos enseñó a entender las emociones de la infancia, su secuela, Inside Out 2, abrió el tablero de la adolescencia con nuevas emociones como la ansiedad, la envidia o la vergüenza, convirtiendo la mente de Riley en un parque temático emocional tan caótico como reconocible. Ahora, con Elio, el estudio mira directamente a las estrellas: un niño confundido con el embajador de la Tierra en una asamblea interplanetaria que mezcla descubrimiento, autoestima y ciencia ficción juguetona. Distintos mundos, distintos enfoques, pero siempre la misma brújula: contar historias que emocionen.

elemental

Elemental

Filmografía Pixar: el gran viaje (en orden libre y con brújula emocional)

Para entender por qué este estudio nos toca la fibra, conviene ver el bosque entero. Empezaron abriendo camino con la pareja que cambió todo (Toy Story y Toy Story 2), ampliaron criaturas y escalas con hormigas y monstruos (Bichos, Monstruos S.A.), y afianzaron el músculo narrativo con paternidades y heroísmos (Buscando a Nemo, Los Increíbles). Luego llegó la era dorada de los experimentos sentimentales: Cars reivindicó la nostalgia de la Ruta 66, Ratatouille elevó la gastronomía a arte, WALL-E nos hizo enamorarnos de un robot que apenas habla y denunció el abandono del planeta sin panfleto.

El dúo 2009-2010 (Up y Toy Story 3) demostró que Pixar podía hacerte reír mientras te preparaba para llorar con cortes limpios y precisos. La década continuó entre secuela con alma (Monstruos University), princesas rebeldes (Brave), dinoterapias que quizá no volaron tan alto (El viaje de Arlo), y retornos que sí (Buscando a Dory). El “revival super” (Incredibles 2) entró como un guante en plena fiebre superheroica.

La etapa streaming y post-streaming trajo apuestas más íntimas (Onward, Luca, Turning Red) y búsquedas conceptuales (Soul). En paralelo, se permitieron jugar con su propia mitología (Lightyear), un spin que dividió, pero dejó hallazgos visuales y un gato inolvidable. Con la vuelta a la sala a lo grande de Elemental y el fenómeno redoblado de Inside Out 2, Pixar demuestra resiliencia creativa. Y con Elio, abre ventana estelar a nuevas criaturas y diplomacias intergalácticas.

¿Y Cars 2? Está ahí, claro. No todo en Pixar es infalible. También de esos baches se aprende: afinan brújula, recalculan ruta y vuelven con algo que nos reconcilia.

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Cars

¿Y las que se quedaron a las puertas del top 10?

WALL-E podría haber estado —“ta-daaa”— por su poesía muda y su mirada ecológica; Monstruos S.A. por su arquitectura de gags y por Boo, uno de los personajes más queridos; Soul por su audacia adulta en formato familiar. En otro día, entran. Hoy, el podio se decidió por impacto conjunto: huella cultural, innovación y ese intangible que te abraza al recordar una escena.

¿Qué hace que una película “sea Pixar”?

No es solo el acabado técnico —aunque lo miman—. Es el cruce de brújula emocional y chiste visual, el secundario robaplanos con corazón (hola, Dug, Edna, Forky, Sox), la banda sonora que te acompaña y la metáfora clara que, sin sermón, te explica la vida: aprender a soltar (Toy Story 3), abrazar la tristeza (Inside Out), celebrar el origen (Coco), atreverte a crear (Ratatouille), confiar (Nemo), vivir de nuevo (Up). Ese cóctel, cuando funciona, te agarra en la butaca y te devuelve distinto.

¿Tu top 3 cuál es? Te leemos en comentarios. Y si te gusta este viaje por la animación con alma, síguenos en Google News para no perderte nuestras listas, retrocríticas y entrevistas. Recuerda que puedes disfrutar de todos los títulos de Pixar con tu suscripción a Disney +.

carlos gallego guzmán

Carlos Gallego Guzmán

Carlos Gallego Guzmán ISNI: 0000 0005 1791 9571 es fundador y director de Cinemascomics.com, medio líder en información de cine, series, cómics y cultura pop en español. Con más de una década de experiencia en el sector digital, ha desarrollado una línea editorial centrada en grandes franquicias como Marvel, DC, Star Wars, ciencia ficción y animación. Su trabajo ha sido referenciado por múltiples plataformas y bases de datos internacionales, consolidando su identidad digital a través de identificadores oficiales como Wikidata e IMDb.

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