No fue solo decepcionante. Fue una oportunidad perdida de las que duelen. Marvel Studios nos vendió para Ant-man 3 una historia emocionante, íntima y personal sobre Scott Lang y su hija Cassie. Pero lo que recibimos en Quantumania fue otra cosa. Dos años después, seguimos lamentando no haber visto la secuela que todos pensábamos que llegaría.
Y no es solo nostalgia: es una lección de cómo Marvel sacrificó lo importante por la grandilocuencia. El resultado fue una película que pudo ser algo especial… pero eligió ser ruido.
Así iba a empezar una nueva era para Ant-Man
El comienzo de la Fase 5 del UCM venía con una promesa clara: Ant-Man y la avispa: Quantumania iba a marcar un antes y un después. No solo por introducir a Kang el Conquistador, el próximo gran villano del multiverso, sino porque sería la película más ambiciosa de Scott Lang hasta la fecha.
Y sí, en apariencia lo fue. Viajamos al Reino Cuántico, vimos civilizaciones alienígenas y conocimos a una nueva variante de Kang. Pero entre tanto espectáculo, se perdió lo que realmente importaba. Porque esta no era solo una historia sobre multiversos y guerras temporales. Era, o debería haber sido, la historia de un padre que perdió cinco años de la vida de su hija… y que estaba dispuesto a recuperarlos.
El tráiler prometía una historia diferente
¿Lo recuerdas? En el tráiler, Kang le ofrecía a Scott Lang lo que más deseaba: tiempo. Un trato tentador. Una segunda oportunidad. Era perfecto. Después de estar atrapado en el Reino Cuántico durante cinco años —mientras Cassie crecía sin él—, Scott tenía una herida emocional muy concreta. El tiempo que se había perdido. El no haber estado ahí. La culpa. La tristeza. La necesidad de reparar. Pero esa historia nunca llegó.
En lugar de eso, obtuvimos un conflicto genérico con un villano que pedía ayuda para recuperar su núcleo de poder. Todo lo personal se desdibujó. Todo lo emotivo se dejó de lado. Kang ya no era un tentador oscuro con una oferta devastadora, sino simplemente el tipo malo que quiere escapar.
La historia que Marvel nos quitó
La idea de que Kang ofreciera a Scott una forma de recuperar el tiempo perdido con Cassie no era solo buena… era brillante. Hubiera convertido la película en un drama de ciencia ficción con corazón. Un relato sobre decisiones imposibles. ¿Aceptarías una ayuda de un villano para volver a ver a tu hija pequeña? ¿A qué precio?
Scott Lang, como personaje, ha sido siempre el más humano del UCM. No es un genio como Tony Stark, ni un dios como Thor. Es un tipo común, que comete errores, que ama a su hija por encima de todo. Es, justamente por eso, uno de los más queridos. Pero Quantumania no profundizó en eso. Se limitó a seguir la plantilla Marvel.
¿Por qué se desvió tanto el rumbo?
La explicación es sencilla y dolorosa: Marvel estaba en modo piloto automático. En 2023, el estudio atravesaba una crisis de identidad. Muchas producciones simultáneas. Muchos efectos especiales. Pocos guiones trabajados. La famosa “cantidad sobre calidad”. Y Quantumania fue uno de los mayores síntomas.
La película debía ser un gran trampolín hacia Vengadores: La dinastía de Kang… pero terminó siendo un aviso de lo que no funciona: tramas vacías, decisiones sin peso, personajes con poco desarrollo emocional.
Cassie merecía algo mejor
Otra gran promesa incumplida fue el debut de Cassie Lang como heroína. Su evolución hacia Stature, en los cómics, es parte esencial del legado de Ant-Man. Pero en Quantumania, su personaje fue apresurado, con poco trasfondo y diálogos superficiales. Lo más grave es que la relación padre-hija no fue el eje emocional que se nos prometió. Y eso, tratándose de Scott y Cassie, fue un desperdicio tremendo.
¿Qué viene ahora para Ant-Man?
Ant-Man 3
Paul Rudd volverá como Scott Lang en Vengadores: Doomsday (2026), pero su futuro más allá de eso es incierto. Michael Douglas y Evangeline Lilly han anunciado su semirretiro, y los rumores apuntan a que podrían ser eliminados en esa misma película, posiblemente a manos del Doctor Doom (Robert Downey Jr.).
Cassie podría continuar, sí, pero ¿tendrá el peso narrativo que merece? Una cosa está clara: la película que Quantumania prometió no llegó nunca. Pero su sombra sigue presente. Porque la idea era demasiado buena para olvidarla.
Dos años después, la herida sigue abierta
Quizá suene exagerado. Pero cuando te prometen una historia que toca lo más profundo —el amor de un padre por su hija, la posibilidad de corregir el pasado— y te entregan una aventura sin alma… duele. No es solo que Quantumania decepcionara. Es que pudo haber sido algo increíble. Pudo habernos hecho llorar. Pudo haber sido el corazón de la Fase 5. Pero prefirió ser otra entrada ruidosa en una saga que entonces comenzaba a tambalearse.
¿Y si aún hay redención?
Todo apunta a que Vengadores: Doomsday será un punto de inflexión. Si Marvel quiere recuperar el alma de sus personajes, Scott Lang es una gran oportunidad para hacerlo.
Porque aún puede sacrificarse por Cassie. Aún puede tener un momento de redención. Aún puede mirar atrás y decir: “He aprovechado el tiempo que me quedaba”. Y si eso ocurre, quizá podamos empezar a perdonar a Marvel por la historia que nunca nos dio.
¿Te habría gustado ver esa versión alternativa de Quantumania? ¿Crees que aún hay espacio para darle a Scott Lang el final que merece? Puedes ver la película si todavía no lo has hecho con tu suscripción a Disney +.




