El cine de terror acaba de vivir un auténtico terremoto en la taquilla mundial. Expediente Warren: El último rito (The Conjuring: Last Rites) no solo ha cumplido las expectativas, sino que las ha pulverizado con un estreno de esos que marcan época. Con nada menos que 83 millones de dólares recaudados en su primer fin de semana en Estados Unidos y 187 millones en total, la saga protagonizada por los Warren demuestra que sigue más viva que nunca, y que los fans del miedo siguen respondiendo en masa cuando Ed y Lorraine aparecen en la cartelera.
Lo más sorprendente es que las previsiones iniciales eran bastante más modestas. Los analistas calculaban que el filme debutaría en torno a los 50 o 60 millones, pero el hambre de terror y el magnetismo de la franquicia han hecho saltar por los aires cualquier pronóstico. Expediente Warren: El último rito se ha convertido así en el mejor estreno de la saga, superando a la mismísima La monja de 2018, que hasta ahora tenía el récord con 53,8 millones.
Expediente Warren: El último rito es un fenómeno que desafía las críticas
Lo curioso es que, como suele pasar con el género de terror, las críticas han sido mixtas. A algunos les ha parecido un cierre digno de la historia, mientras que otros creen que se repiten fórmulas conocidas. Pero al público poco le ha importado: las salas han estado abarrotadas y el boca a boca ha sido espectacular. Esa es la magia del terror, donde la experiencia colectiva de los sustos pesa más que la nota de los críticos.
En esta nueva entrega, Patrick Wilson y Vera Farmiga vuelven a meterse en la piel de los investigadores paranormales más famosos del cine moderno, los Warren. Esta vez se enfrentan a un demonio que amenaza con destrozar la vida de una familia, en lo que se ha anunciado como la última misión de sus carreras cinematográficas. Aunque, viendo la taquilla, nadie se atrevería a asegurar que Warner y New Line se queden de brazos cruzados.
Récords internacionales
Expediente Warren: El último rito arrasa en taquilla
La locura no se queda solo en Estados Unidos. Expediente Warren: El último rito ha recaudado 104 millones de dólares en 66 mercados internacionales, lo que eleva la cifra global a la mareante suma de 187 millones. Este estreno internacional ha batido incluso el récord que tenía It: Capítulo Dos, lo que confirma que los fans del terror, desde Madrid hasta Tokio, siguen sedientos de sustos made in Hollywood.
Con este lanzamiento, la saga Conjuring suma ya más de 2.300 millones de dólares en total, consolidándose como la franquicia de terror más taquillera de la historia. Para ponerlo en perspectiva: hablamos de una saga que arrancó en 2013 con una modesta película de casas encantadas y que hoy rivaliza con gigantes como It en la memoria de los espectadores.
Detrás de las cámaras
La dirección corre de nuevo a cargo de Michael Chaves, que ya se había encargado de otra entrega de la saga. Al frente de la producción vuelven a estar James Wan, creador del universo, y Peter Safran, productor habitual de Warner y que ahora está construyendo el DCU junto a James Gunn. Con un presupuesto de 55 millones de dólares, el margen de beneficio que se avecina es tan aterrador como la propia película: beneficios de miedo, literalmente.
Este éxito también le ha venido de perlas a Warner Bros., que venía de un tropiezo con estrenos como Joker: Folie à Deux o Mickey 17. Ahora la racha es imparable: es su séptima película consecutiva en superar los 40 millones en estreno, algo que ningún otro estudio había logrado antes en un solo año. Entre Minecraft: La película, Sinners, Superman y ahora Expediente Warren: El último rito, Warner ha recuperado su posición de gigante confiable en la industria.
Competencia en la taquilla
Mientras tanto, otros estrenos han quedado muy por detrás. Disney lanzó la grabación cinematográfica del musical Hamilton, disponible en Disney+ desde 2020, pero aún así consiguió 10 millones en su primer fin de semana en cines. Eso sí, poco podía hacer contra el huracán de los Warren.
En tercer lugar encontramos Weapons, que con 5,3 millones sigue siendo un sleeper hit de verano y acumula ya más de 250 millones a nivel mundial. El top cinco se completa con la secuela Freakier Friday (Ponte en mi lugar de nuevo) y el thriller de Darren Aronofsky, Caught Stealing (Bala perdida). Pero está claro que esta vez todos los focos están puestos en la película de terror del momento.
Una saga que se niega a morir
Aunque se haya promocionado como la última entrega, cuesta creer que Expediente Warren: El último rito sea realmente el punto final. Las cifras hablan por sí solas: los espectadores siguen queriendo ver a los Warren enfrentándose a fuerzas oscuras. Y en Hollywood, donde manda el dinero, pocos se resisten a seguir exprimiendo una gallina de los huevos de oro como esta.
Además, el género de terror tiene esa capacidad de reinventarse constantemente. Lo mismo hoy vemos a los Warren luchando contra un demonio en una casa aislada, que mañana los podríamos ver en un convento, en un orfanato o en cualquier lugar donde el mal decida hacer acto de presencia. El público siempre está dispuesto a pasar miedo, y mientras la fórmula siga funcionando, el expediente seguirá abierto.
Lo que significa para el cine
Este estreno no solo es importante por lo que implica para Warner o para los fans del terror. También supone un balón de oxígeno para las salas de cine. Tras un agosto flojo, con menos blockbusters de lo habitual, la llegada de Expediente Warren: El último rito ha devuelto las colas a los cines y la ilusión a los exhibidores. La gente quiere experiencias colectivas, y nada une tanto como un buen susto compartido en la oscuridad de la sala.
Expediente Warren: El último rito
El analista Paul Dergarabedian lo resumió perfectamente: “Después de un agosto tan tranquilo, la industria necesitaba un empujón, y este estreno ha sido un chute de adrenalina tanto en taquilla como en moral. No hay mejor forma de empezar la temporada de otoño que con una película que supera todas las expectativas”.
El terror siempre triunfa
Expediente Warren: El último rito no solo ha demostrado que los Warren todavía tienen cuerda para rato, sino que el terror sigue siendo uno de los géneros más rentables y queridos por el público. Con récords rotos, millones en la taquilla y una comunidad de fans más entregada que nunca, el futuro del cine de miedo parece estar tan vivo como los demonios que Ed y Lorraine intentan desterrar.
¿Será este el verdadero final? Tal vez sí, tal vez no. Lo que está claro es que, mientras las luces se apaguen y alguien esté dispuesto a gritar, siempre habrá un lugar para los Warren y su legado.
