La conclusión de la epopeya cosmotemporal de Estela Plateada llega a su fin con la batalla contra Knull, pero no sus efectos.
Norrin Rad se enfrenta a un dios que ha exterminado la luz desde los inicios de la creación, que se autoexilió y al que Estela Plateada trajo de vuelta. El universo está en peligro por su culpa, una vez más, sus manos están llenas de sangre. La luz de su cuerpo se apaga, pero el regalo del que será Galactus el Devorador de mundos, puede ser su redención.
La carrera está llegando a su fin Estela Plateada debe enfrentarse al gran mal que ha despertado. Para ello deberá usar todo el poder cósmico que le queda, su brillo se apagará, lo sabe, y aun así no duda. Los remordimientos por las vidas destruidas, los planetas arrasados ya no son solo el pasado de un hombre que decidió salvar a su planeta cumpliendo su sueño, altruismo y egoísmo juntos en una acción, que definió a Norrin Rad y creo al heraldo de Galactus. Pero cuando el Devorador de mundos aún no existe, Estela ya es el culpable de un mal mayor, la redención de sus crímenes pasados es imposible sin perder la antigua. Todo va a cambiar, va a ser negro, pero esta vez, el negro no es un luto, sino un regreso, una purificación.
Estela plateada Negro es la miniserie que redefine al personaje para enfrentarse al gran evento cósmico Marvel que Donny Cates lleva un año preparando. Será un elemento fundamental nuestro querido Norrin, pero no es eso lo que cuenta este principio. Habla de la redención de todos los crímenes pasados, de la desaparición del Heraldo de Galactus, el mensajero de la muerte ha vuelto a nacer. Cates ha construido la historia para que podamos recordar lo que fue y lo que significó, pero al final, toda la serie es un nuevo comienzo, un regreso, en negro.
La historia, tiene su poder en la redención, y como llega a ella, a través de otro gran error, de una gran caída, que unida a la psicología torturada del personaje hace del principio de Estela Plateada Negro uno de los momentos más bajos del protagonista. Y su redención llega de la amabilidad de otros, que en el futuro fueron enemigos, o serán fuerzas de la naturaleza sin compasión que guiarán su destino. NO, esta vez Cates ha decidido que sea Estela el protagonista, no sus penas ni sus pecados, sino su voluntad, su fuerza para superar obstáculos, y su necesidad de ser algo más. Ahora es un creador, un padre de vida, un nuevo Estela Plateada.
No voy a negar la fuerza de la narración, pero no sería ni la mitad de poderosa sin el arte de Trad Moore. EN palabras es una historia de redención con epopeya cósmica, bien contada, con sencillez, y sin cuestiones metafísicas complejas, que no sería la mitad de lo que es sin el dibujo de un artista que se encuentra en un momento más que dulce, gigantesco. Su viaje psicodélico se ha convertido en un viaje histórico en esta última entrega, en pocas páginas rememora la existencia de Estela y lo deja al pie de convertirse en otra cosa. A través de un dibujo que no sabe de lineas rectas, que no sabe sino de fluir, porque los ojos se mueven por una constante curva de lineas y colores para contarnos algo tan complejo como la vida en una ola de luz que cambia el universo. Inmenso Trad Moore en esta serie, que ha conseguido traspasar el calor de la luz de Estela del papel al cerebro del lector.
No creo que sea la mejor serie de Estela, es un gran comienzo para el personaje, totalmente diferente, y muy interesante. Alejándose del mundo alegre y pop, y de gente amable y sencilla de Slott y Allred o el explorador de Engleahart o Starlin, acercándose al primigenio Estela de Lee y Buscema y ese enfoque existencial de DeMatteis y Garney, Cates y Moore nos han llevado enun viaje alucinante y memorable para dejarnos con algo nuevo, por fin tras tanto tiempo, no hay nada de lo que definía a Estela Plateada, hay un futuro brillante.