Dark Mode Light Mode
Lo que pasa en Star Wars entre los episodios 3 y 4 de Andor

De Andor, Star Wars y las redes sociales

Andor marca un antes y un después en Star Wars, pero su grandeza no invalida todo lo que vino antes. Un análisis sin idolatrías, con matices.
lo que pasa en star wars entre los episodios 3 y 4 de andor lo que pasa en star wars entre los episodios 3 y 4 de andor
Lo que pasa en Star Wars entre los episodios 3 y 4 de Andor

Agotado. Así se siente uno cada vez que bucea en la red social de turno. “Aura”, “cine”, “lo mejor que se ha hecho”, etc. Da la sensación de que vivimos en una realidad paralela, absolutamente distorsionada por el lacónico valor de lo efímero. Ya no hay grises; toda novedad es una soberana mierda o es la Segunda Venida de Cristo. Y cansa. Cansa una barbaridad que todo esté destinado a dejar huella, para lo bueno o para lo malo.

Star Wars y el péndulo de la opinión pública

Entre dichas antípodas oscilan algunas de las grandes aficiones de un servidor, como la NBA o el mundo friki. Y es que a raíz del estreno de la segunda temporada de Andor, las proclamas desmesuradas han vuelto a copar el día a día de quienes aman la galaxia de George Lucas. No han sido pocos los que han aprovechado su atalaya virtual para recordar que tuvieron razón cuando se estrenó la andanza ideada por Tony Gilroy, el nuevo Mesías de Star Wars en boca de buena parte de los fans.

Nada más lejos de la realidad, la saga es lo suficientemente diversa como para necesitar de una divinidad que la traiga de vuelta del averno. Tal vez no gustasen las secuelas; a mí tampoco me entusiasman. Pero eso no significa que los seguidores nuevos (y no tan nuevos) disfruten con Rey, Finn o Poe Dameron enfrentándose a la Primera Orden. Si hay miles de personas que se deleitan con series más recientes como Kenobi o The Acolyte, es más que suficiente para argumentar que este universo está muy vivo.

cantina de chalmun

¿Acaso la trilogía original y el resto de títulos han desaparecido del catálogo de la plataforma? Siempre estarán ahí para quienes los veneran, porque si para mí no hay nada “más Star Wars” que la Cantina de Chalmun, con su sarta de alienígenas llegados de los rincones más infectos, en la mente de otros no habrá nada superior al discurso de Luthen Rael en los bajos fondos de Coruscant. El arte es demasiado subjetivo como para analizarlo de forma tan rígida.

«Calma. Amabilidad. Una familia. Amor. He renunciado a toda posibilidad de paz interior. He hecho de mi mente un espacio sin luz. Comparto mis sueños con fantasmas. Me despierto todos los días con una ecuación que escribí hace 15 años, para la cual solo hay una solución: estoy condenado por lo que hago. Mi ira, mi ego, mi falta de voluntad para ceder, mi afán de lucha, me han puesto en un camino del que no hay escapatoria.

Me he convertido en un luchador contra la injusticia sin contemplar el coste y cuando miro hacia abajo ya no hay suelo bajo mis pies. ¿Que cuál es mi sacrificio? Estoy condenado a usar las herramientas de mi enemigo para derrotarlo. Quemo mi decencia por el futuro de otra persona. Quemo mi vida para hacer un amanecer que sé que nunca veré. Y el ego que inició esta lucha nunca tendrá una audiencia o la luz de la gratitud. Entonces, ¿qué sacrifico? Todo».

¿Realmente es lo mejor que se ha hecho?

Es cierto que ningún otro título de la era Disney me ha llegado tan hondo como lo hizo el final de Andor. Pero, por muy buena que sea (y lo es), la imperiosa necesidad que tienen algunos eruditos de pintarla como una obra nunca vista roza lo absurdo. “LO MEJOR QUE HEMOS TENIDO EN STAR WARS”, aseveran.

Lo más adulto, sin duda; incluso lo mejor escrito. Pero que no se diga que jamás se ha vislumbrado algo parecido a la masacre en plaza de Ghorman, ya que la originalidad no es infinita. El marcado acento francés de los protagonistas me retrotrajo a la primera vez que vi Germinal, enorme filme de Claude Berri, cuando los trabajadores de Le Voreux deciden ir contra los militares que vigilan la mina. Películas y series con consignas y tramas revolucionarias las ha habido siempre. Otro cantar es que nos haya embelesado verlas tan magníficamente integradas en el cosmos de Lucas.

andor 2

En definitiva, Andor, que en sus primeros compases me pareció algo tediosa, ha terminado por convencerme con su exquisito guion, su pulcritud técnica y, sobre todo, sus personajes. De hecho, se trata de una serie aupada por su elenco de secundarios, a cuál más embriagador: Luthen, Syril, Dedra, Kleya…sin desmerecer el gran papel de Diego Luna, la trama gana enteros cuando ellos irrumpen en escena.

Sus 24 episodios, cocidos a fuego lento, han dotado de una profundidad y un prisma inexistente hasta la fecha en lo puramente audiovisual. Se ha sido testigo de cómo el Imperio era capaz de ejecutar a sangre fría, torturar, perpetrar ataques de falsa bandera o intentar violar a mujeres, algo impensable en una marca con un target eminentemente infantil. Todo tiene cabida en un espacio tan masivo como este, con hueco para videojuegos, novelas o cómics.

Ni siquiera yo era consciente de la necesidad de un producto tan excelso, a pesar de que no logre evocarme las mismas emociones que la trilogía original ni las precuelas. Cosas de la nostalgia, supongo. La historia de Cassian Andor es puro Star Wars, tanto como Figrin D’an y sus Modal Nodes tocando para los beodos del garito más famoso de Mos Eisley.

jon otermin

Jon Otermin

Graduado en Periodismo por la Universidad del País Vasco (2018), años después he complementado mi formación en el campo de las redes sociales y las comunidades virtuales (UNED). Actualmente soy redactor y responsable de RRSS en Diario de Noticias de Navarra. Apasionado del deporte, la lectura o el cine, cuento con experiencia en medios digitales desde los 16 años y he escrito reportajes y artículos para Skyhook Magazine, Los Siete Reinos, NBAManiacs o SoyMotor, entre otros.

Noticia anterior
jocasta serie de marvel

Serie de Marvel añadirá a una villana muy potente

Siguiente noticia
peacemaker intro

Así será la secuencia de baile de Peacemaker temporada 2