En Dai Dark 2, mientras prueban su nueva nave Sanko y Shimada topan con Fotomasa de nuevo, y con Hajime Damemaru un ser tan extraño como ellos
Con calma pero sin prisa Dai Dark sigue tejiendo su magia. Q Hayashida sigue relatando la infancia de Sanko y de cómo descubrió el universo con su equipaje a la vez que cuenta al lector la aventura presente que parece enfocarse en una dirección: Fotomasa. La corporación que parece controlarlo todo sigue cruzándose en su camino, y ni él ni Shimada parecen entender ni preocuparse por sus siniestros objetivos.
Continúa el viaje por el universo de Sanko y su grupo. Y para eso se necesitan provisiones, acabar su nave y aprender a cocinar. SI, todo esto es parte de la aventura de nuestro personaje. Porque no solo de peleas vive uno de los grandes males del universo.
La trama
A pesar de estas tramas, que pueden parecer más de una sitcom que de un manga espacial de aventuras, el tomo no deja de aumentar la ambientación de la serie con un poco más de la infancia de Sanko, que durará poco ya que nuestro protagonista es escasamente un adolescente, y con mayor conocimiento de lo que parece ser el antagonista: Fotomasa. La corporación no solo es una presencia que flota sobre Dai Dark, ya comienza a enseñar sus colores. Su límite, aún es desconocido, pero es capaz de unir religión, tecnología, sociología y desarrollo militar con un objetivo un poco difuso, guiar a la humanidad.
A todo esto por fin conoceremos otro de los grandes males del universo. Será un poco decepcionante tras Shimada, pero esconde mucho entre esas tripas evisceradas y ese cuerpo descuartizado que encuentran nuestros protagonistas.
De nuevo la mangaka Q Hayashida mantiene el interés añadiendo secretos, revelaciones y un montón de actos cotidianos que todos hacemos, y otros que Sanko hace al estilo Dai Dark, o sea, un poco grotesco, un poco macabro, un poco gore y más cómico.
El dibujo es menos definido que en Dorohedoro, al no tener construcciones típicas sino un montón de naves y ambientes de aspecto más biológico que tecnológico la artista puede jugar sin tener en cuenta los volúmenes y hasta inventando y saltándose alguna regla de la geometría y de las perspectivas. El dibujo llena las viñetas pero siempre respiran, el tono entre la acción y el humor hace que sea fácil ignorar los fondos complejos cuando lo s hay o cuando no hay ninguno.
Conclusión
Q Hayashida tiene en sus manos a todos sus lectores, de nuevo, esperamos cada tomo con una sonrisa medio malvada, medio inocente. Como su protagonista, un niño grande que tiene un gran poder pero no tiene maldad alguna, sin dejar de lado que su moral no es la nuestra sino la de un mundo brutal y salvaje.
ECC tiene un caballo ganador en la autora de manga, el único pero sería que este manga comenzó en 2019 y se publica a buen ritmo pero la posibilidad de alcanzar la publicación japonesa es real.
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