La próxima semana se estrena en España, Escape Room, una película de terror y thriller dirigida por Adam Robitel y protagonizada por Taylor Russell y Logan Miller (Con amor, Simon).
Escape Room se centra en seis desconocidos se encuentran en una habitación mortal en la que deberán usar su ingenio para sobrevivir.
Lo mejor de Escape Room es el inicio, que te va creando expectativas, pero que tras giros absurdos del guion hacen que la película vaya disminuyendo de una forma lamentable. El inicio es bueno, la presentación de los personales es original y te mantiene la intriga respecto al motivo de la invitación a esas personas. La acción no tarda en llegar, pero se desinfla rápido generando así una película ordinaria, básica y simple en la que los personajes te dan igual.
Cada muerte ocurre es más simple, en las que no hay sangre, quizá para una calificación de edades más baja, la película está hecha con la intención de que guste a todos los públicos y al final logran que nos les guste ni a ellos mismos por lo mala que es.
Desde la primera de las habitaciones de la que los protagonistas deben escapar, la propia película comienza a auto-destruirse, y así sucede en cada una de las otras habitaciones, anulando el suspense y la intriga que puede llegar a generar en cada intento de añadir sorpresa, con un tramo final donde hay un giro de guion sin ningún sentido cada cinco minutos, en una película que no presenta nada original, ni siquiera las secuencias de las muertes son llamativas, y que hace pensar más en otras películas que en la que estamos viendo.
Me recuerda mucho a Saw y Cube, pero sin llegar a ser ni similar a estas dos joyas del cine gore y de terror. No se sabe de qué va la película, diálogos de parvulario, bromas a ratos igual de estúpidas… Lo único bueno es el inicio, por lo demás es mejor no verla, ni para pasar el rato.
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