Este viernes se ha estrenado Dolor y Gloria, la nueva película de Pedro Almodóvar, protagonizada por Antonio Banderas y Penélope Cruz.
Dolor y Gloria nos narra una serie de reencuentros, algunos físicos y otros recordados después de décadas, de un director de cine en su ocaso. Primeros amores, segundos amores, la madre, la mortalidad, algún actor con el que el director trabajó, los sesenta, los ochenta y la actualidad. Y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando.
Como no puede ser de otra manera, el estilo de Almodóvar está muy presente en la película, personajes complejos y con misterio, mucho color en la imagen y unos planos maravillosos. Aunque en esta película tenemos la particularidad de que los personajes entran y salen de la trama como si nada, todos tiene un papel en la vida de Salvador, el protagonista, y cuando ya no aportan nada, desaparecen quedando así al espectador satisfecho. Algo que no chirría y que me ha gustado mucho. El sonido está muy planificado y mimado durante toda la película; las voces y tonalidades de Banderas y compañía conjugan a la perfección con la narración. Se funden en una sola. Además de la banda sonora que es notable.
El guion consigue que la película mantenga el ritmo, cosa difícil de ver en la filmografía española. Los momentos dramáticos son perfectos al igual que las breves destelladas de humor que son breves, pero muy buenas. Los momentos extraños convierten a una película más, en una gran película.
La auto-biografía está presente, ya que el protagonista, que es un director en decadencia, tiene el mismo pelo, las mismas expresiones y la misma forma de vestir del propio Almodóvar; algo que hace que la película tenga mucho más gancho.
¿Qué te ha parecido Dolor y Gloria? Cuéntanos tu opinión en los comentarios o en nuestras redes sociales.
Te recomendamos
