A estas alturas, la palabra Doomsday ya te suena a evento gigantesco, capas volando y choques imposibles entre universos. Normal. Marvel prepara Vengadores: Doomsday para 2026 y el nombre impone. Pero ojo, porque Doomsday no es territorio exclusivo de superhéroes. Hay más de una película de ciencia ficción con ese título… y ninguna tiene que ver con los Vengadores.
Cuando Doomsday es una película de ciencia ficción y no significa Marvel ni multiversos
La confusión es comprensible. En 2026 llegará Vengadores: Doomsday, con Doctor Doom como gran amenaza y un choque a varias bandas que promete mezclar X-Men, Vengadores, Cuatro Fantásticos y Thunderbolts. Palabras mayores. Pero el cine lleva años utilizando Doomsday para contar historias muy distintas, bastante más sucias, violentas y apocalípticas.
logo Vengadores: Doomsday (2026)
Aquí no hay gemas del infinito ni portales brillantes. Lo que hay son virus imposibles, futuros que dan miedo y sociedades que se rompen por completo. Vamos, películas de ciencia ficción que juegan a incomodar, no a vender muñecos. Y algunas son bastante más salvajes de lo que recuerdas.
Doomsday: El día del juicio (2008), la más cafre de todas
Doomsday: El día del juicio (2008)
La más conocida y probablemente la más loca, es Doomsday: El día del juicio, estrenada en 2008 y dirigida por Neil Marshall, el mismo responsable de The Descent. Aquí la película de ciencia ficción se mezcla sin pudor con acción, terror, cine postapocalíptico y una cantidad absurda de mala leche.
Todo empieza con el virus Reaper, una pesadilla biológica que se libera en Escocia y convierte a la población en una masa violenta y grotesca. El gobierno británico, incapaz de controlar la epidemia, toma una decisión digna de pesadilla: levantar un muro de nueve metros y aislar todo el país. Literalmente, Escocia se queda al otro lado del fin del mundo.
Años después, cuando el virus reaparece en Londres, las autoridades creen que en la zona aislada puede existir una cura. La misión suicida recae en Eden Sinclair, una militar dura como una piedra que, además, tiene cuentas personales pendientes con ese territorio abandonado. Lo que encuentra allí no es esperanza, sino un festival de caníbales, bandas salvajes y un mundo que ha retrocedido siglos.
Una película de ciencia ficción que no se corta ni un pelo
Aquí es donde Doomsday se desmelena. La expedición de Sinclair acaba hecha trizas, con persecuciones salvajes, sacrificios rituales que dan mal rollo de verdad y una sociedad partida en dos extremos igual de perturbadores. Por un lado, tribus violentas lideradas por el brutal Sol. Por otro, un régimen feudal encabezado por Kane, un científico que odia la ciencia y gobierna desde un castillo medieval.
Sí, has leído bien. Armaduras, espadas, arenas de combate y un verdugo gigante incluido en una película de ciencia ficción ambientada en el futuro. Neil Marshall mezcla Mad Max, Escape from New York y Excalibur sin pedir perdón. Y sorprendentemente, funciona… o al menos entretiene como pocas.
El tramo final no baja el listón. Traiciones políticas, persecuciones a toda velocidad, un Bentley reluciente en medio del bosque y una crítica social bastante más afilada de lo que parece. Aquí no se salva nadie, y el poder demuestra ser igual de monstruoso que el virus. ¿Excesiva? Muchísimo. ¿Divertida? También. Y eso cuenta.
Neil Johnson y su Doomsday de viajes temporales (2015)
Doomsday (2015)
En 2015 llegó otra Doomsday, esta vez dirigida por Neil Johnson, y el enfoque cambia por completo. Aquí la película de ciencia ficción se mueve hacia el terreno del viaje en el tiempo y la rebelión contra un futuro dominado por híbridos de humano y máquina conocidos como los Erebus.
El protagonista, Achilles, es un hombre infectado por una enfermedad capaz de destruir ese régimen opresor. La única opción para cambiarlo todo es volver al pasado, a nuestro presente, y evitar que los Erebus lleguen a existir. Claro que no viaja solo. Una máquina implacable, Erebus-7, va tras él con una única misión: eliminarlo cueste lo que cueste.
Esta Doomsday es más modesta, más independiente y claramente de bajo presupuesto, pero juega con ideas clásicas del género. Destino, sacrificio y la eterna pregunta: ¿merece la pena reescribir la historia si el precio es perderlo todo? No es fácil, pero se agradece que apueste por conceptos más reflexivos dentro de la película de ciencia ficción.
La Doomsday más cerebral: el desastre como experimento (2017)
Doomsday (2017)
La tercera Doomsday llegó en 2017 bajo la dirección de Joachim Rønning y propone algo muy distinto. Nada de muros gigantes ni viajes temporales. Aquí el apocalipsis nace en una sala de reuniones. El gobierno de Estados Unidos reúne a un grupo de mentes brillantes para imaginar escenarios de desastre creados por el ser humano… y cómo sobrevivir a ellos.
Es una película de ciencia ficción más cercana al thriller político, centrada en la paranoia, el miedo y la obsesión por el control. La idea es tan inquietante como actual: ¿y si el mayor peligro no viene del espacio ni de un virus desconocido, sino de nuestras propias decisiones? No hay explosiones constantes, pero sí una tensión que se va colando poco a poco.
Este Doomsday apuesta por el diálogo y la anticipación, mostrando cómo los peores escenarios suelen empezar con buenas intenciones. Y eso, hoy en día, da casi más miedo que cualquier monstruo digital.
Doomsday no es solo un nombre, es un aviso
Al final, todas estas Doomsday comparten algo más que el título. Cada película de ciencia ficción utiliza el fin del mundo como excusa para hablar de poder, miedo, desigualdad y decisiones extremas. Unas lo hacen con decapitaciones y persecuciones, otras con debates y viajes temporales, pero todas juegan en el mismo terreno incómodo.
Así que la próxima vez que escuches Doomsday, no pienses solo en Doctor Doom y superhéroes chocando entre sí. El cine ya ha explorado ese nombre de formas muy distintas… y bastante más salvajes. ¿Cuál te parece más interesante? Cuéntanoslo en comentarios y no olvides seguirnos en Google News para no perderte ninguna locura cinematográfica más.
