El legendario Cary-Hiroyuki Tagawa, una presencia imponente dentro y fuera de la pantalla, ha fallecido a los 75 años. Un actor de esos que no solo llenaban el plano: lo electrificaban.
Deadline confirmó que Cary-Hiroyuki Tagawa murió por complicaciones derivadas de un derrame cerebral, rodeado de su familia. Una salida discreta para un intérprete que nos regaló algunos de los villanos más hipnóticos del cine de acción.
Cary-Hiroyuki Tagawa: La huella de Shang Tsung y el fenómeno Mortal Kombat
Si hay un papel por el que el mundo recuerda a Cary-Hiroyuki Tagawa, ese es Shang Tsung, el hechicero oscuro que parecía disfrutar más que nadie robando almas. Tagawa lo interpretó con esa mezcla increíble de elegancia y amenaza que lo convirtió en parte esencial del ADN de Mortal Kombat, tanto en cine como en televisión y videojuegos. Y se notaba que lo pasaba en grande.
Debutó en la película de 1995 de New Line Cinema, un artefacto noventero que hoy se ve con los mismos ojos con los que uno revisita sus primeras partidas de PlayStation: cariño absoluto. Aquella cinta recaudó más de 100 millones con un presupuesto de solo 20, demostrando que Hollywood llevaba años infravalorando hasta qué punto nos encantan los videoclips con mamporros místicos. Cary-Hiroyuki Tagawa contribuyó a elevar el tono sin perder el desparpajo.
Regresó en Mortal Kombat: Annihilation, volvió a colarse en Mortal Kombat: Legacy y Mortal Kombat X: Generations, y ya en la última década prestó su voz y su rostro digital a Mortal Kombat 11 y Onslaught. Cuando un actor encarna tan bien a un personaje que acaba siendo canon en el propio juego… ahí tienes una señal clara del impacto cultural. ¿A cuánta gente le habrá robado el alma a lo largo de los años?
Tagawa explicó en varias entrevistas que la clave del éxito de la primera película fue la sincronía perfecta con el auge del videojuego, que en aquel momento ya iba por su cuarta o quinta entrega. Era esa época en la que los recreativos olían a tabaco barato y a monedas de cinco duros, y escuchar el grito de “MORTAL KOMBAT!” te daba un subidón inmediato. Él entendió esa energía y la llevó a su interpretación.
Un pionero del estilo audiovisual moderno
Cary-Hiroyuki Tagawa también hablaba maravillas de Paul W.S. Anderson, director de la primera película. Según él, fue uno de los primeros cineastas en entender que el cine de artes marciales necesitaba una banda sonora que te obligara a mover el pie en la butaca. Ese metal electrónico cañero que ya es marca registrada de Mortal Kombat fue, en gran parte, su culpa. Y bendita culpa, porque sin esa música la película no sería lo mismo.
“Era imposible quedarse quieto”, decía Tagawa. Totalmente cierto: si empieza a sonar ese tema mítico, lo normal es que te entren ganas de hacer una patada voladora a la pared más cercana… o al menos pensarlo mientras evitas hacer el ridículo delante de tus colegas.
No todo fueron éxitos, claro. También interpretó a Heihachi Mishima en la adaptación de Tekken, otro villano icónico del mundo gamer. Esa película no tuvo la misma suerte que Mortal Kombat y pasó más desapercibida de lo que merecía su trabajo. Pero Tagawa siempre tenía ese porte de “sé que soy el jefe final aunque esta vez me hayan puesto en el tutorial”, y eso ya es mucho decir.
Cary-Hiroyuki Tagawa en Tekken
Un actor más versátil de lo que muchos recuerdan
Aunque el público lo relaciona casi siempre con papeles marciales, Cary-Hiroyuki Tagawa tenía una carrera mucho más amplia y variada. Su gran salto llegó con El último emperador, la obra maestra de Bernardo Bertolucci que se llevó nueve Premios Óscar en 1987. Allí interpretó a Chang, el chófer del emperador. Un papel pequeño, sí, pero cargado de esa delicadeza que demostraba que podía hacer mucho más que repartir golpes.
Y vaya si lo hizo. Memorias de una geisha, El planeta de los simios, Pearl Harbor, Hawaii Five-0, The Man in the High Castle… La lista es larga, y lo mejor es que siempre que aparecía en pantalla había un aura especial. Ese tipo de energía no se puede trabajar: se tiene o no se tiene, y Cary-Hiroyuki Tagawa la tenía a raudales.
Su voz grave, su mirada intensa y esa forma casi ceremonial de moverse lo convirtieron en un actor tremendamente reconocible. Y ojo, que lograr eso en una industria tan saturada como Hollywood es más difícil que hacer un combo de 12 golpes sin fallar el último.
Cary-Hiroyuki Tagawa en El mundo a sus pies
Un repaso a sus mejores personajes
Shang Tsung – Mortal Kombat
El rol que definió su carrera y uno de los grandes villanos del cine noventero. Cary-Hiroyuki Tagawa elevó a Shang Tsung hasta convertirlo en icono pop. Su “Your soul is mine” sigue sonando en la cabeza de medio planeta cada vez que pierde una partida online. Aunque no lo admitan.
Heihachi Mishima – Tekken
Puede que la película no arrasara, pero su Heihachi tenía presencia, poder y esa mezcla de honor retorcido que define al personaje en los juegos. Otro villano memorable en su colección.
Chang – El último emperador
Mucho más sutil y emocional. Aquí veíamos a un Cary-Hiroyuki Tagawa contenido, elegante y absolutamente magnético. Un trabajo que recordaba que también podía brillar sin recurrir a los puños.
Nobutada – Pearl Harbor
Un papel trágico pero breve que dejó huella. Su interpretación aportaba humanidad en medio del caos y demostraba su versatilidad, lejos del estereotipo marcial.
Un legado que seguirá muy vivo
Cary-Hiroyuki Tagawa fue de esos intérpretes capaces de convertir cualquier frase en una especie de sentencia definitiva. Tenía presencia, tenía intensidad y tenía algo que no se aprende: pura personalidad cinematográfica. Su pérdida deja un hueco enorme, pero su legado seguirá ahí, en cada revisionado de Mortal Kombat y en cada aparición sorpresa en algún juego o serie que rescate su imagen.
Si alguna vez un villano te hizo sonreír en mitad de una pelea imposible, seguramente era él. Y eso ya es un regalo para siempre.
Descansa en paz, maestro.
Y ahora cuéntame: ¿cuál fue tu papel favorito de Cary-Hiroyuki Tagawa? Te leo abajo, y recuerda seguirnos en Google News para no perderte nada.


