Hay algo muy curioso en esta tercera entrega: entras pensando que vas a ver una película de magos ladrones… y de pronto te das cuenta de que estás viendo también un truco sobre cómo mantener viva una franquicia que lleva casi una década sin aparecer por el escenario. Como si los propios Horsemen hubieran intentado distraernos con humo y espejos para que no notáramos el paso del tiempo. ¿Funciona el truco? Pues sí… pero esta vez se les cae alguna carta del mazo.
Ahora me ves 3 llega tarde, pero también llega sabiendo muy bien a qué ha venido: a entretener, a hacer brillar diamantes del tamaño de mandarinas y a permitir que Jesse Eisenberg compita consigo mismo por ver cuántas veces puede parecer borde sin que nos caiga mal. Y oye… sorprendentemente lo consigue.
Así arranca este nuevo juego de manos
Ahora me ves 3 abre con lo que parece un nostálgico show de aniversario de los cuatro jinetes… hasta que descubrimos que, evidentemente, no son ellos. Porque claro, nada en esta saga es lo que parece: el cuarteto ha sido hologrameado por tres magos de nueva generación que hacen activismo social a base de trucos y fintech del bien.
Bosco, June y Charlie —Dominic Sessa, Ariana Greenblatt y Justice Smith— son la savia nueva que la franquicia necesitaba. No solo porque inyectan energía, sino porque logran que Eisenberg, Woody Harrelson, Isla Fisher y Dave Franco parezcan los “adultos serios” de la sala, lo cual tiene su propio encanto humorístico.
Ese crossover generacional se convierte en el primer gran truco
de la película: hacerte creer que estás ante una especie de
Fast & Furious, pero de
ilusionistas comprometidos con causas sociales.
Y sí, es tan surrealista como suena, pero también tan divertido
como lo esperas.
Lo que hace única a Ahora me ves 3
La misión es tan simple como golosa: robar el diamante más grande del mundo, propiedad de la villana Veronika Vanderberg, interpretada por una Rosamund Pike que parece haber hecho un curso intensivo de “cómo ser villana de Bond sin pedirle permiso a nadie”. Pike está increíble. Se nota que la actriz se lo está pasando pipa, y eso se contagia.
La trama de Ahora me ves 3 avanza con la fluidez de un truco que ya has visto antes, pero cuya ejecución sigues disfrutando. La película combina: Heist internacional. Baraja voladora estilo Gambito. Diálogos que suenan a pelea de patio. Set pieces que recuerdan a El prestigio mezclado con Misión Imposible pero sin estresarte demasiado.
Lo mejor es cuando la acción se retuerce hacia una mansión llena de trampas mágicas que es, sin exagerar, el lugar donde cualquier fan de Escape Rooms querría morir feliz. Habitaciones giratorias, escaleras imposibles, puertas que parecen diseñadas por Escher tras beber cinco cafés. Ese tramo es magia pura. Literalmente.
Los jinetes vuelven… pero ya no son los mismos
Lo más curioso de Ahora me ves 3 es cómo juega con su propia nostalgia. Los jinetes han envejecido, pero no lo suficiente para dejar de comportarse como si estuvieran compitiendo por ver quién tiene el ego más afilado.
Jesse Eisenberg está más en modo “Danny Ocean pero versión más borde que nunca», casi como si su personaje hubiera pasado estos años entrenando en habitaciones de espejos para perfeccionar la mirada de “sé algo que tú no sabes”.
Woody Harrelson, por su parte, sigue ofreciéndonos ese tipo de carisma relajado que funciona incluso aunque estés viendo cómo su personaje cuestiona el vocabulario Gen-Z sin mucho éxito. Dave Franco continúa siendo un pícaro en estado de pura energía cinética. Y el regreso de Isla Fisher después de haber estado ausente en la segunda entrega se siente como recuperar una pieza perdida que realmente sí faltaba.
La dinámica entre los viejos y nuevos magos funciona porque no intenta ser profunda. Hay piques, hay bromas, hay chulería… y no necesitas más. La película abraza su naturaleza ligera sin complejos, y ahí es donde realmente brilla.
Cuando el truco se ve demasiado
Ahora me ves 3
Ahora bien, como todo buen ilusionista sabe, hay un punto en el
que enseñar demasiado hace que la magia pierda gracia. Y aquí la
saga cae otra vez en su viejo vicio: abusa del CGI para
realizar trucos que deberían sentirse “posibles” aunque
sean imposibles. Cuando ves a un mago usar efectos digitales que
rozan lo superheroico, una pequeña parte de tu cerebro te dice:
“Esto ya no es magia… esto es After Effects”.
Quieres creer que el truco existe. Que, si te colaras en un
espectáculo de ellos, podrías no entenderlo, pero sí sentirlo. En
esta entrega el artificio es tan exagerado que a veces se rompe la
ilusión.
No arruina la experiencia, pero sí te saca del hechizo en algún que
otro momento.
Ruben Fleischer al mando de Ahora me ves 3: ¿acierto o truco arriesgado?
El director de Zombieland y Venom, Ruben Fleischer, coge las riendas y hace exactamente lo que se esperaba de él: una película divertida, ágil y consciente de que no debe tomarse demasiado en serio. ¿Podría haber sido más elegante? Sí. ¿Podría haber sido más ingeniosa? También. ¿Pero funciona? Pues… funciona como una palomita que aparece detrás de tu oreja: sencilla, simpática y perfectamente válida para un sábado por la noche.
La magia de los actores hace el resto
Aparte de Pike, el reparto tiene momentos de pura chispa. Morgan Freeman vuelve apenas unos minutos, como si apareciera de una nube de humo solo para recordarte que sigue siendo el padrino de la saga. Y los cameos sorpresa —que no te voy a destripar— hacen que el público más fiel respire ese “ah, vale, sí, esto sigue siendo Ahora me ves”.
Pero quien realmente sorprende es Eisenberg. Está afilado, despierto, irónico, y controla la pantalla con la misma precisión con la que maneja una carta trucada. Es probablemente su entrega más divertida como Atlas.
¿Y ahora qué? ¿Habrá cuarta entrega?
Ahora me ves 3 parece construida como un puente hacia una nueva etapa. El mensaje es claro: «Los jinetes no se van, pero igual dentro de unos años cobran demasiado como para volver». Y lejos de ser negativo, eso abre un camino interesante para que la franquicia se reinvente. Si esta película demuestra algo, es que el concepto sigue siendo divertido si no intenta ser más de lo que es. Un truco ligero. Un entretenimiento amable. Un espectáculo que se disfruta… aunque sepas dónde está el doble fondo.
¿Merece la pena verla?
Sí. Porque, aunque no sea la mejor película de la saga, aunque los trucos pesen menos que en la primera entrega y aunque a veces el CGI quiera ser demasiado protagonista, la tercera película de Ahora me ves mantiene vivo ese espíritu juguetón que hizo que la saga funcionara desde el principio.
Es ligera, es colorida, es exagerada, y está hecha con la clara intención de que salgas del cine pensando: «Pues oye, me lo he pasado bien». A veces eso es todo lo que necesitas.
No cambiará tu vida, pero durante dos horas te recordará que la magia, incluso la magia descaradamente digital, sigue teniendo encanto. Y eso, en estos tiempos, ya es casi un superpoder.
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Ahora me ves 3
NOTA CINEMASCOMICS
TOTAL
La nueva entrega de la saga mezcla heist, humor y magia pasada de vueltas. Jesse Eisenberg está afilado, Rosamund Pike deslumbra y el equipo crece con nuevas caras. ¿Funciona el truco? Te lo contamos sin spoilers.
