Hay proyectos de Hollywood que nunca llegaron a ver la luz y, aun así, se han vuelto leyenda. Uno de los más curiosos tiene nombre propio: Batman según Darren Aronofsky. A comienzos de los 2000, Warner Bros. puso en sus manos el futuro del Caballero Oscuro, pero lo que el director de Requiem por un sueño (2000) tenía en mente era tan radical que hoy suena como una historia imposible de creer.
Ahora, con los años de por medio y la perspectiva de toda una carrera, Aronofsky se sincera: nunca pensó que su película de Batman se rodaría. De hecho, confiesa que aceptó el encargo solo para que el estudio financiara su propio proyecto, The Fountain (2006). Una jugada arriesgada que terminó siendo un fracaso comercial… pero que nos dejó con la pregunta: ¿qué habría pasado si Aronofsky hubiera llevado a cabo su visión del Caballero Oscuro?
Un joven director frente a Batman
A finales de los 90, Darren Aronofsky era la nueva sensación de Hollywood. Tras el impacto de Pi y el éxito crítico de Requiem por un sueño, los estudios lo veían como el cineasta perfecto para dar un giro adulto a las grandes franquicias. Y justo ahí apareció la propuesta de Warner: dirigir Batman.
Pero el director estaba obsesionado con otro proyecto: The Fountain. Por eso, su paso por Gotham fue más estratégico que pasional. «Nunca lo tomé en serio», confesó. «Lo hice porque quería sacar adelante mi película». Aun así, se juntó con nada menos que Frank Miller, leyenda del cómic, para dar forma a una idea que, de haberse rodado, habría cambiado para siempre la historia del superhéroe.
El Batman que nunca existió
La propuesta de Aronofsky y Miller era una adaptación de Batman: Año Uno. Nada de gadgets brillantes ni Batmóviles preparados para vender juguetes. Su Batman iba a ser un justiciero sucio, urbano, más cercano a un thriller callejero que a una superproducción de Hollywood. Un Batman con cinta adhesiva en el traje, violencia descarnada y clasificación R.
«Era un Batman de bajos fondos, nada que ver con lo que el estudio quería», recordó el director. Mientras él soñaba con Joaquin Phoenix como protagonista, Warner pensaba en Freddie Prinze Jr. para ponerse la capa. Las visiones no podían estar más enfrentadas.
Un choque con Warner Bros.
En aquellos años, el estudio todavía creía que podía sacar más secuelas del Batman de los 90. La idea de un reinicio radical no encajaba con sus planes de negocio. El Batman de Aronofsky era demasiado arriesgado, demasiado sombrío y nada comercial. Al final, quedó archivado en un cajón.
Batman de DC Comics
Irónicamente, con el paso del tiempo, el cine de superhéroes sí se abrió a propuestas más oscuras. Joker de Todd Phillips, Logan o incluso The Batman de Matt Reeves demostraron que había espacio para relatos adultos. Pero en 2000, era una apuesta que nadie estaba dispuesto a financiar.
El eco de aquel Batman perdido
Aunque jamás se rodó, la huella de aquel proyecto sigue viva. Muchos fans del cómic recuerdan las posibilidades de ver un Batman al estilo de Taxi Driver, con un Bruce Wayne atormentado y un Gotham al borde del colapso. Aronofsky asegura que su visión era «un película de cinta adhesiva y mugre», un retrato crudo del héroe más humano de DC.
Quizá la industria no estaba preparada en ese momento. Quizá fue un golpe de suerte, porque años después Nolan tomaría el relevo con Batman Begins (2005), que también se inspiraba en Año Uno pero con un enfoque más accesible al gran público.
Aronofsky hoy: otro tipo de cine
Curiosamente, el director sí logró hacer, décadas después, un filme “sucio y violento” con Bala perdida (2025), su nuevo thriller que llega a los cines. Aunque no sea Gotham, muchos ven en esa película lo que podría haber sido su Batman: un viaje oscuro al corazón de un hombre marcado por la violencia y el destino.
Bala Perdida
¿Se perdió algo único? Probablemente. Lo que está claro es que este Batman alternativo se ha ganado un lugar en la mitología de los proyectos que nunca fueron, junto a Superman Lives de Tim Burton o la Liga de la Justicia de George Miller.
El gran «qué hubiera pasado si…»
El cine de superhéroes está lleno de caminos no recorridos, y el Batman de Darren Aronofsky es uno de los más fascinantes. Una historia de oportunidades cruzadas, de estudios que jugaban sobre seguro y de un director que prefirió seguir su instinto creativo antes que entregarse a la maquinaria de Hollywood.
Quizá algún día veamos filtrarse más detalles de aquel guion con Frank Miller. Quizá no. Lo cierto es que el murciélago sigue planeando sobre las sombras de lo que pudo ser. Y a veces, los mitos nacen precisamente de esas películas que nunca se rodaron.
¿Te hubiera gustado ver esa película de Darren Aronofsky? Dímelo en los comentarios.
