Llega el verano, el calor aprieta y millones de personas buscan refugio en el mar. Pero mientras tú piensas en toalla y bronceador, otros recuerdan una música inconfundible: tan-tan, tan-tan… Sí, la del tiburón que convirtió a medio planeta en miedoso de las olas. Y es que los tiburones son los reyes indiscutibles del cine de terror marino. Desde clásicos que marcaron generaciones hasta joyas modernas y guilty pleasures imposibles de tomar en serio, el género ha dejado un legado que vuelve cada año por estas fechas.
Aquí repasamos las mejores películas de tiburones que puedes (o debes) ver este verano, con una advertencia extra: al final encontrarás playas del mundo real donde quizá quieras pensártelo dos veces antes de darte un baño.
11. Sharknado 2: The Second One (2014)
A medio camino entre broma y fenómeno cultural, Sharknado 2 no se toma en serio ni medio segundo… y por eso funciona. La premisa es tan absurda como irresistible: un tornado lleno de tiburones arrasa Nueva York, con ataques en aviones, en el metro y hasta en la mismísima Estatua de la Libertad. El arranque, con un vuelo comercial convertido en un buffet libre para escualos voladores, marca el tono desde el minuto uno.
La película se divierte destrozando localizaciones icónicas de la Gran Manzana, desde Times Square hasta el Yankee Stadium, y cada secuencia está pensada para superarse en locura respecto a la anterior. Cameos de famosos como Kelly Osbourne, Perez Hilton o hasta el mismísimo Al Roker se cruzan con diálogos delirantes y un Ian Ziering entregado a salvar el día a base de motosierras y frases épicas. Los efectos especiales, que parecen sacados de un videojuego de 1998, no son un defecto sino parte del encanto kitsch que convirtió a la saga en un éxito de culto.
Además, su estreno en Syfy rompió récords de audiencia para la cadena, consolidando a Sharknado como un evento televisivo que acabaría generando cinco secuelas, cómics y hasta un videojuego. Lo que en el papel parecía una broma mala terminó siendo una franquicia que abrazó el “cuanto más ridículo, mejor” como filosofía.

10. Under Paris (2024)
Cuando Netflix anunció una película de tiburones ambientada en pleno corazón de París, pocos podían imaginarse hasta qué punto Under Paris iba a dividir a la audiencia. Dirigida por Xavier Gens y protagonizada por Bérénice Bejo, la historia comienza con un tono serio y dramático: una bióloga marina descubre que un grupo de tiburones mutantes ha encontrado su camino hacia el Sena, justo antes de un importante triatlón internacional.
La primera mitad de la cinta se construye como un thriller ecológico, con mensajes sobre el cambio climático y el impacto humano en los océanos, pero poco a poco se va transformando en una experiencia absurda, casi cómica, que abraza el caos. El momento clave llega en las catacumbas de París, donde un grupo de activistas termina enfrentándose cara a cara con los depredadores en un escenario tan claustrofóbico como inesperado.
Aunque las críticas han sido dispares, Under Paris ha logrado hacerse un hueco entre los títulos recientes de tiburones gracias a su concepto extravagante y su ambientación poco habitual. Además, ha disparado la curiosidad por un dato real: si bien no hay tiburones en el Sena, sí existen registros de peces de gran tamaño y esturiones que han desconcertado a los pescadores locales.
Under Paris – Película de Netflix más vista trata sobre un tiburón atacando París
9. Bait (2012)
Esta producción australiana mezcla dos miedos muy distintos —tsunamis y tiburones— en un único escenario que resulta tan loco como efectivo: un supermercado inundado. La trama arranca con un desastre natural que arrasa la costa y provoca que varias personas queden atrapadas dentro del edificio… junto con un par de grandes tiburones blancos que han llegado arrastrados por la ola. Entre los atrapados hay de todo: desde una pareja en crisis hasta un ladrón armado, pasando por el típico amigo que siempre toma la peor decisión posible.
Dirigida por Kimble Rendall, la película se caracteriza por sus muertes creativas y por un equilibrio entre tensión y humor negro que la ha convertido en un título de culto menor dentro del subgénero. Uno de los momentos más recordados —y que resume bien su espíritu gamberro— es cuando un personaje utiliza a un pequeño perro como distracción para salvarse, algo que todavía divide a los espectadores entre risas y horror. Aunque Bait no revolucionó el cine de tiburones, sí demostró que el género puede encontrar nuevos entornos para asustar… y que incluso un pasillo de cereales puede convertirse en zona de peligro mortal.

8. The Reef (2010)
Inspirada en un hecho real y dirigida por Andrew Traucki, esta cinta australiana lleva el terror marino a su versión más minimalista y angustiante: un grupo de amigos navega por aguas tranquilas hasta que su velero encalla y vuelca. La costa está a más de 15 kilómetros y la única opción de sobrevivir es nadar hasta tierra… atravesando una zona conocida por la presencia de tiburones blancos.
A diferencia de otras producciones, The Reef recurre a grabaciones reales de tiburones integradas en las escenas, lo que aporta una sensación de verosimilitud que te pone los pelos de punta. La tensión no viene de ataques continuos, sino de ese constante acecho en el que cualquier sombra bajo el agua podría ser la última cosa que veas.
Pese a las críticas a su guion sencillo y a unos diálogos algo planos, la película ha logrado un estatus de “imprescindible” para los amantes del género por su crudeza y realismo. No hay efectos digitales exagerados ni armas improvisadas: aquí, la supervivencia depende solo de la resistencia física y la fuerza mental… y de que el tiburón pierda el interés antes que tú las fuerzas.

7. The Meg (2018)
Basada en la novela de Steve Alten y dirigida por Jon Turteltaub, The Meg apuesta por el espectáculo desmesurado: un megalodón de más de 20 metros, extinto desde hace millones de años, reaparece tras ser liberado accidentalmente de una fosa marina. Jason Statham interpreta a Jonas Taylor, un rescatista submarino que se enfrenta a la criatura en una sucesión de escenas que mezclan acción de blockbuster con el tono desenfadado de un cómic veraniego. Aunque recibió críticas mixtas por su guion predecible, la película se convirtió en un fenómeno comercial, recaudando más de 500 millones de dólares en todo el mundo.
El diseño del tiburón gigante y sus momentos de caza, especialmente la secuencia de la playa abarrotada, son puro cine palomitero. The Meg no pretende asustarte con realismo, sino impresionarte con la magnitud del depredador y las acrobacias imposibles de Statham, que llega a enfrentarse cuerpo a aleta con el monstruo. Es exagerada, absurda y, precisamente por eso, tremendamente divertida para una maratón de cine marino.

6. Jaws 2 (1978)
Tres años después del éxito arrasador de Jaws, Universal decidió regresar a Amity Island con una secuela que, aunque nunca igualó la magia de Spielberg, sí entregó un sólido slasher marino. Dirigida por Jeannot Szwarc, la historia vuelve a poner a Roy Scheider como el jefe Brody, enfrentándose a un nuevo gran tiburón blanco que empieza a atacar a un grupo de adolescentes en sus veleros. Con un tono más oscuro y violento que la original, Jaws II introdujo secuencias icónicas como el ataque al paracaidista acuático y la imagen del tiburón emergiendo de entre las olas, con la boca abierta, sobre una víctima indefensa.
Aunque las comparaciones con la primera parte fueron inevitables, la película encontró su lugar como uno de los mejores ejemplos de cómo trasladar la estructura de un slasher a mar abierto. Su famosa frase de promoción, “Just when you thought it was safe to go back in the water…”, se convirtió en un clásico del marketing cinematográfico y sigue asociándose al miedo playero que inspiró la saga.

5. 47 Meters Down (2017)
En pleno auge de los thrillers de supervivencia, Johannes Roberts presentó una propuesta tan sencilla como angustiante: dos hermanas, interpretadas por Mandy Moore y Claire Holt, quedan atrapadas en una jaula para tiburones que se hunde a 47 metros de profundidad. Con el oxígeno agotándose y varios tiburones rondando en la oscuridad, la película combina claustrofobia, suspense y sustos bien medidos para mantenerte al borde del asiento.
Pese a sus limitaciones presupuestarias, el film aprovecha al máximo la tensión que provoca la oscuridad del mar y la sensación constante de que algo acecha más allá de lo visible. Además, sorprendió con un giro final que dividió al público, pero que añadió un golpe extra de desesperación al relato. Estrenada en pleno verano, se convirtió en un inesperado éxito de taquilla y demostró que todavía había espacio para ideas frescas dentro del cine de tiburones..

4. The Shallows (2016)
Dirigida por Jaume Collet-Serra y protagonizada casi en solitario por Blake Lively, esta película demostró que con un concepto minimalista se puede generar tensión pura. La historia sigue a una surfista atrapada en un pequeño islote rocoso, a solo unos metros de la orilla, mientras un gran tiburón blanco da vueltas esperando el momento de atacar.
Rodada en localizaciones espectaculares y con un ritmo que no da respiro, la cinta destaca por el carisma de Lively, que convierte su lucha por la supervivencia en una experiencia casi física para el espectador. La fotografía, los efectos prácticos y el uso inteligente de la luz natural refuerzan la sensación de realismo, mientras que la amenaza constante del tiburón crea un suspense que va in crescendo. Estrenada en pleno verano, fue un éxito comercial y revitalizó el interés por los thrillers acuáticos, ganándose un lugar entre los títulos más sólidos del género.

3. Open Water (2003)
Inspirada en hechos reales y dirigida por Chris Kentis, Open Water es una de las películas de tiburones más inquietantes precisamente por lo que no muestra. La trama sigue a una pareja de buceadores que, tras un error del barco turístico, queda abandonada en mar abierto a kilómetros de la costa, rodeada de tiburones reales filmados sin efectos digitales.
Rodada con un presupuesto mínimo y utilizando luz natural, la película transmite una angustia creciente a través de la inmensidad del océano y el aislamiento absoluto de sus protagonistas. Su estilo casi documental y la ausencia de música en gran parte de las escenas refuerzan la sensación de estar viendo algo que podría pasarle a cualquiera.
Aclamada por su realismo y por su capacidad de generar terror con pocos recursos, recaudó más de 100 veces su presupuesto en taquilla, convirtiéndose en un fenómeno del cine independiente y en una de las experiencias más claustrofóbicas del género.

2. Deep Blue Sea (1999)
Dirigida por Renny Harlin, Deep Blue Sea es una mezcla explosiva de acción, ciencia ficción y terror marino que ha ganado estatus de culto con el tiempo. Ambientada en una instalación de investigación en medio del océano, la historia sigue a un grupo de científicos que experimenta con tiburones mako para desarrollar una cura contra el Alzheimer, aumentando accidentalmente su inteligencia y convirtiéndolos en depredadores letales.
Con un reparto coral que incluye a Thomas Jane, Saffron Burrows, LL Cool J, Michael Rapaport, Stellan Skarsgård y un Samuel L. Jackson en una de las muertes más sorprendentes del cine de terror, la película combina ritmo frenético, giros inesperados y ataques sangrientos. Aunque en su estreno recibió críticas mixtas, su tono camp y escenas memorables —incluyendo persecuciones submarinas y explosiones— la han convertido en un título imprescindible para cualquier maratón de películas de tiburones.

1. Jaws (1975)
Dirigida por Steven Spielberg, Jaws no solo es la mejor película de tiburones jamás hecha, sino que sentó las bases del blockbuster moderno. Estrenada en 1975 y celebrando ya medio siglo desde su llegada a los cines, su impacto sigue tan vigente que probablemente se mantenga como referencia absoluta durante la próxima década… y más allá.
La trama sigue al jefe de policía Brody (Roy Scheider), el oceanógrafo Hooper (Richard Dreyfuss) y el carismático cazador Quint (Robert Shaw) en su misión por detener a un gran tiburón blanco que aterroriza Amity Island. Con una dirección magistral, un trío protagonista inolvidable y la icónica banda sonora de John Williams, la película logra un equilibrio perfecto entre suspense, terror y aventura.
Su rodaje fue caótico, el tiburón mecánico fallaba constantemente, pero esos problemas obligaron a Spielberg a sugerir más que mostrar, aumentando la tensión y creando una de las experiencias cinematográficas más intensas de la historia. A 50 años de su estreno, Jaws no solo resiste el paso del tiempo, sino que sigue inspirando a cineastas y alimentando nuestro miedo a nadar en aguas profundas.

Playas donde los tiburones no son ficción
El cine nos ha enseñado que un tiburón puede aparecer en cualquier ola… pero hay playas donde la amenaza es real y no es solo cosa de guion. Desde las costas australianas hasta ciertas zonas de Sudáfrica, California o Brasil, hay tramos de mar conocidos por su alta actividad de tiburones, con registros históricos de ataques que siguen presentes en la memoria de los bañistas y surfistas. Entre las más reconocidas:
- Bondi Beach y Byron Bay (Australia) – Escenario de varios encuentros documentados, muy vigiladas por surfistas y autoridades.
- Gansbaai (Sudáfrica) – Apodada “la capital mundial del tiburón blanco”, famosa por sus avistamientos y expediciones turísticas.
- Makena y costa norte de Oahu (Hawái) – Lugares con incidentes que aún se comentan entre locales y visitantes.
- New Smyrna Beach (Florida, EE.UU.) – Lidera las estadísticas mundiales de ataques no fatales.
- Boa Viagem (Recife, Brasil) – Con reputación tan marcada que cuenta con carteles de advertencia en varios idiomas.
En algunos casos, la presencia de estos depredadores se debe a rutas migratorias naturales; en otros, a la abundancia de focas o bancos de peces que atraen a los tiburones hacia la orilla. Aunque los encuentros suelen ser raros, estas aguas recuerdan que la emoción de nadar en mar abierto también conlleva un riesgo que va mucho más allá de las películas.
Y ahora cuéntanos: ¿te atreverías a darte un chapuzón en alguna de estas playas o prefieres vivir los sustos desde la butaca? 🦈 Déjanos tu opinión en los comentarios y comparte tu película de tiburones favorita.




