Parece mentira, pero han pasado casi 20 años desde que Christopher Nolan cambió para siempre las películas de superhéroes con Batman Begins (2025). Su enfoque más realista, maduro y emocional no sólo revitalizó al Caballero Oscuro tras el despropósito de Batman & Robin, sino que se convirtió en la nueva Biblia para hacer cine de superhéroes.
Lo curioso es que, detrás de toda esa oscuridad, hay una luz inesperada: Superman (1978), la obra de Richard Donner, fue la gran inspiración de Nolan. Sí, el Batman más serio de la gran pantalla nació gracias a la esperanza que trajo Superman en los años 70.
Batman Begins fue el resurgir del héroe de DC Comics tras el caos de los 90
En los años 90, la saga de Batman tocó fondo. Después del impacto de Batman (1989) de Tim Burton y su secuela, llegó Batman Forever, pero sobre todo Batman & Robin con George Clooney y sus infames pezones en el traje. El resultado fue catastrófico: críticas demoledoras, taquilla decepcionante y una franquicia muerta. Warner Bros. sabía que tenía que empezar de cero.
Ahí es donde entra Christopher Nolan, un director aún poco conocido que venía de hacer thrillers como Memento o Insomnia. Su propuesta fue clara: «Vamos a contar el origen de Batman como nunca se ha hecho antes. Sin disfraces desde el primer minuto. Vamos a construir al personaje desde dentro».
Batman vs Dr. Crane en Batman Begins
Y ahí fue cuando pensó en Superman.
En varias entrevistas, Nolan ha dejado claro que Superman (1978) de Richard Donner fue una influencia directa para Batman Begins. «Ese fue el modelo a seguir», explicó. «La forma en que construyeron el personaje, su mundo, sus motivaciones, era exactamente lo que yo quería hacer con Batman, pero desde un enfoque más realista».
La comparación tiene todo el sentido del mundo: Superman tarda más de una hora en mostrar al héroe volando con el traje puesto. Antes de eso, es una historia sobre un joven llamado Clark que busca su lugar en el mundo. En Batman Begins, Nolan hace lo mismo con Bruce Wayne. La película se toma su tiempo para mostrar su dolor, sus miedos, sus entrenamientos y, sobre todo, su transformación emocional antes de convertirse en el vigilante de Gotham.
No era solo una historia de acción
Lo revolucionario de Batman Begins fue que trató el género con seriedad, sin renunciar al espectáculo. Nolan propuso un Batman que podía existir en nuestro mundo. Un millonario traumatizado que viaja al extranjero en busca de sentido, que entrena con una organización secreta y que regresa a su ciudad para luchar contra el crimen desde las sombras.
Todo ello acompañado por un reparto de lujo: Christian Bale como Bruce Wayne, Michael Caine como Alfred, Morgan Freeman como Lucius Fox, Liam Neeson como Ra’s al Ghul y Gary Oldman como el comisario Gordon. Un elenco tan potente como el de Superman, que en su día fichó a Marlon Brando y Gene Hackman para dar peso y prestigio al género.
¿Qué hizo tan diferente a Batman Begins?
La clave está en el tono. Mientras que las películas anteriores de Batman eran estilizadas, góticas o directamente caricaturescas, Batman Begins apostó por el realismo. Gotham ya no era un escenario teatral, sino una ciudad sucia, gris y reconocible. Los villanos no eran caricaturas, sino amenazas psicológicas. Y Batman ya no era solo un héroe enmascarado: era un símbolo construido sobre el miedo, la pérdida y la determinación.
Nolan eliminó lo que sobraba y se centró en contar una historia que conectara con el público más allá del género. Y eso funcionó.
El legado que dejó y la ola de imitadores
Tras el éxito de Batman Begins, Hollywood tomó nota. Las películas de superhéroes empezaron a cambiar. Iron Man llegó tres años después con un enfoque similar: un protagonista con problemas personales, una construcción paciente del héroe y un universo que se sentía cercano. Casino Royale reinició a James Bond con un estilo crudo y realista. Incluso Sony intentó aplicar la fórmula a The Amazing Spider-Man, aunque con resultados más discutibles.
Pero no todo el mundo supo replicar la fórmula. Man of Steel intentó aplicar el tono de Batman Begins a Superman y ahí sí que chirriaron las piezas. Porque no todos los personajes funcionan igual. Batman nace en la oscuridad, pero Superman brilla en la luz.
Un regreso al origen del origen
Curiosamente, con el tiempo, muchos volvieron a mirar atrás y recordar que la clave estaba en Superman. Nolan lo entendió: Superman fue la primera película en tomarse en serio el viaje del héroe desde el principio. Fue la que marcó el camino que muchos, incluido él mismo, seguirían.
De hecho, Kevin Feige, el cerebro del UCM, lo ha dicho varias veces: «Antes de hacer una película de Marvel, revisamos Superman (1978). Sigue siendo el modelo perfecto de cómo contar el origen de un superhéroe».
Christopher Reeve en Superman (1978)
Así que, en un mundo donde los orígenes ya no se cuentan tan a menudo, donde los estudios prefieren saltarse los comienzos para ir directo a la acción, Batman Begins y Superman siguen siendo la dupla definitiva. Uno oscuro, el otro luminoso. Uno desde las sombras, el otro desde el cielo. Pero ambos, fundamentales.
Y ahora, ¿qué?
Con James Gunn preparando su nueva versión de Superman para 2025, la conversación vuelve al punto de partida. ¿Será capaz de equilibrar la seriedad con la esperanza? ¿Volveremos a ver un origen contado con cariño, emoción y respeto por la figura del superhéroe?
Si alguien tiene el reto de igualar el impacto de Superman (1978) y Batman Begins, es Gunn. Porque antes de los universos compartidos, antes de las multitudes de cameos y los portales en el cielo, hubo una historia simple y poderosa: la de una persona que decide marcar la diferencia.
Y todo empezó con una capa. Y una decisión.
