Puede que hayan pasado 15 años desde su desenlace, pero Perdidos (Lost) todavía es ese tema incómodo que vuelve a surgir en las conversaciones cada vez que alguien menciona series con finales polémicos.
Uno de los protagonistas, Daniel Dae Kim (Jin-Soo Kwon), ha aprovechado que se celebra el 15 aniversario para reflexionar sobre todo lo que supuso ese cierre tan debatido… y ha sido sorprendentemente honesto.
Creo que lo entiendo… un poco.
En una entrevista reciente con People, Daniel Dae Kim no se anduvo con rodeos. Reconoce que el final de Perdidos sigue siendo difícil de digerir para mucha gente, pero que él, al menos, quedó satisfecho. ¿La razón? Porque los personajes tuvieron un cierre emocional. Y eso, al fin y al cabo, era lo que él buscaba como actor.
«Sé que fue polémico, pero lo disfruté porque les dio un cierre a los personajes, y eso es lo que más deseaba de ese final», confesó.
Lo curioso es que ni siquiera él afirma tener una comprensión absoluta de lo que ocurrió. «Creo que lo entiendo un poco», admite entre risas. Habló con los showrunners, sí, y compartieron su visión, pero Perdidos nunca fue una serie de respuestas fáciles.
Daniel Dae Kim en Perdidos (Lost)
El ruido de los créditos de Perdidos que daba miedo
Más allá del debate metafísico y narrativo, Kim también compartió un recuerdo entrañable y muy humano. Durante la emisión de la serie, sus hijos eran demasiado pequeños para seguirla, y uno de ellos, el más pequeño, ¡salía corriendo de la habitación cada vez que escuchaba el silbido del inicio!
«Nunca olvidaré que cuando sonaban los tambores iniciales, o cuando se oía el silbido de los créditos, mi hijo menor saltaba y salía corriendo de la habitación del susto de verlo».
Hoy, sus hijos han crecido, y lo más curioso es que se han enganchado a Perdidos años después, como muchos otros jóvenes que han descubierto la serie en plataformas de streaming. Es una demostración de que, aunque el final divida, la historia sigue atrayendo nuevas miradas.
Pero… ¿qué pasó realmente al final de Perdidos?
Durante seis temporadas, Perdidos nos llevó por un viaje que mezclaba supervivencia, ciencia ficción, religión, flashbacks, flashforwards e incluso flash-sideways. La serie terminó con un capítulo doble titulado The End, donde se mostraban dos líneas temporales: una en la isla y otra donde aparentemente todos llevaban una vida distinta y desconectada del accidente.
Spoiler: esa realidad alternativa resultó no ser real. Era una especie de limbo, una antesala a «lo que viene después». Los personajes que se habían conocido en la isla necesitaban reencontrarse y recordar para poder «pasar página» juntos. En palabras del propio Jack Shephard: «Todos mueren en algún momento».
¿Y qué pasa con la isla? ¿Era el purgatorio? No. Los showrunners dejaron claro que todo lo que ocurrió en la isla sí fue real. Los misterios, los conflictos, las muertes, todo eso sucedió. Lo que vimos al final fue una despedida emocional, no un resumen literal de los hechos.
Perdidos – lost
Un cierre espiritual que no convenció a todos
El cierre fue profundamente espiritual, con una iglesia iluminada por una especie de sol divino y todos abrazándose como si hubieran aprobado Selectividad. Para algunos, fue conmovedor. Para otros, fue una evasiva: demasiadas preguntas sin respuesta, demasiados misterios sin explicación.
¿Qué era la luz en el corazón de la isla? ¿Qué pasó con Walt? ¿Por qué el humo negro tenía reglas propias? ¿Y esa estatua gigante? Perdidos nunca se preocupó demasiado por atar todos los cabos. Su prioridad siempre fueron los personajes y su viaje emocional.
¿Fue una estafa o una genialidad?
Aquí es donde cada espectador tiene su propia interpretación. Hay quienes lo vieron como una genialidad que rompía con las convenciones televisivas y ofrecía un final emotivo, alejado de las explicaciones fáciles. Otros lo sintieron como una especie de truco barato que usaba la emoción como cortina de humo para no explicar nada.
Daniel Dae Kim, al menos, parece estar en paz con todo ello. «Les dio un cierre», repite. Y eso, para muchos actores, es más importante que saber si los osos polares eran reales o una alegoría del libre albedrío.
Una serie que sigue viva 15 años después
Que sigamos hablando de Perdidos hoy en día ya dice mucho. Es una de esas pocas series que no se olvidan. No solo por su final discutido, sino por su ambición, por sus personajes memorables y por haber marcado el camino a decenas de ficciones que vinieron después.
Que los hijos de Daniel Dae Kim la estén viendo ahora por primera vez no es una anécdota cualquiera: es la prueba de que Perdidos ha trascendido su época y sigue viva en el imaginario colectivo. Y sí, es posible que nunca entendamos del todo lo que pasó al final… pero quizás tampoco haga falta.
¿Lo entendiste tú?
Porque, siendo sinceros, todos tenemos esa teoría que creemos que lo explica todo. ¿Era la isla una metáfora del alma humana? ¿Representaba cada personaje una etapa del duelo? ¿Era todo un sueño de Hurley? ¿Qué opinas? Dímelo en comentarios.
Sea como sea, Perdidos nos dejó con una frase que aún resuena 15 años después: «Live together, die alone». Y aunque muchos murieran sin entender del todo lo que estaban viendo… lo compartimos juntos.
