Por mucho que Reed Richards sea el mayor genio del Universo Marvel, su lista de errores es tan larga como sus logros.
Con el inminente estreno de The Fantastic Four: First Steps este verano, el personaje de Mister Fantástico vuelve a estar en el centro del debate. Y es un buen momento para recordar que, aunque sea el cerebro más brillante del multiverso, también es un hombre lleno de culpas. Un padre, un líder, un pionero… y un hombre que ha fallado. En más de una ocasión.
El origen de todo: crear a los Cuatro Fantásticos
Reed Richards no solo lidera a los Cuatro Fantásticos, los creó. Literalmente. Fue él quien diseñó la nave, insistió en la misión espacial y arrastró a sus amigos a una transformación irreversible (Fantastic Four (1961) #1). Tras ser bombardeados por rayos cósmicos, nacieron sus poderes… y con ellos, sus condenas.
Reed sintió culpa desde el principio. Sabía que les había arrebatado la posibilidad de una vida normal. Por eso los empujó a convertirse en héroes y celebridades: para que al menos no fueran vistos como monstruos (Fantastic Four (1998) #60).
Los Cuatro Fantásticos
El genio que no pudo salvar a Wolverine
Cuando Logan perdió su factor curativo por un virus del Microverso, su situación se volvió crítica. El mutante que una vez fue prácticamente inmortal ahora era vulnerable a cualquier herida, toxina o enfermedad. A medida que sus enemigos se enteraban de su condición, el riesgo aumentaba exponencialmente. En su desesperación, Logan acudió a los científicos más brillantes del universo Marvel: Tony Stark, Hank McCoy y, finalmente, Reed Richards.
En Death of Wolverine (2014), Reed analizó minuciosamente el cuerpo de Logan, rastreó la fuente del virus y consideró todo tipo de soluciones biotecnológicas. Pero ni su tecnología, ni sus conocimientos genéticos fueron suficientes. El virus era único, adaptativo, y cada intento de eliminación fracasaba antes de alcanzar un resultado estable.
Sin alternativa, Reed le propuso a Wolverine una opción que parecía lógica pero que iba en contra de todo lo que él representaba: desaparecer del mapa, esconderse hasta encontrar una cura viable. Logan, fiel a su código, se negó. No podía vivir huyendo. Eligió seguir peleando hasta el final, aún sabiendo que sería su última batalla.
Para Reed, fue una derrota silenciosa. Sabía que había fallado no solo como científico, sino como amigo. No siempre se puede salvar a todos, por mucho que uno sea el hombre más inteligente del mundo.
El caso más doloroso: Ben Grimm
De todos los que sufrieron aquella transformación, Ben Grimm fue quien pagó el precio más alto. Reed puede estirarse. Sue puede volverse invisible. Johnny puede controlar el fuego. Pero Ben… quedó atrapado en una forma monstruosa, rocosa, inhumana.
Durante décadas, Reed intentó curarlo. Solo logró avances parciales y breves. Incluso sus propios hijos encontraron una solución que le permitía volver a su forma humana una vez al año (FF (2011) #3).
Marvel Comics
Una mentira entre amigos
Durante años, Reed ocultó la verdad sobre los poderes de Ben. Sabía que no eran solo físicos. Había una barrera psicológica profundamente arraigada que le impedía volver a su forma humana, una especie de autosabotaje emocional que Reed detectó pero nunca confrontó de forma directa. Temía que Ben no quisiera cambiar por miedo a que Alicia Masters solo amara al monstruo y no al hombre que una vez fue.
En Secret Wars (1984), cuando los héroes fueron transportados a Battleworld, Ben descubrió que en ese planeta sí podía transformarse de nuevo en humano, lo que lo llevó a permanecer allí tras la guerra para explorar esa posibilidad. Sin embargo, al regresar a la Tierra, perdió esa capacidad y Reed, finalmente, le confesó en Thing (1983) #23 que siempre supo que sus poderes estaban ligados a su estado emocional y no solo a su fisiología.
Ben se sintió profundamente traicionado: no solo porque Reed le ocultó algo tan vital, sino porque ese conocimiento pudo haber cambiado años de dolor y aislamiento. Fue uno de los puntos más bajos en su amistad, y motivó a Ben a abandonar temporalmente al equipo. Años después, aunque la confianza se reconstruyó, la herida de esa mentira aún permanece como un recordatorio silencioso del precio de la omisión.
Franklin Richards: el precio de ser padre
Cuando Annihilus activó el potencial cósmico de Franklin antes de tiempo en Fantastic Four (1961) #141, la situación se volvió insostenible. Usando un dispositivo llamado Gene Transmuter, Annihilus desencadenó por completo los poderes latentes de Franklin, convirtiéndolo en una amenaza sin control. La energía psiónica del niño comenzó a expandirse de forma caótica, con el potencial de borrar la realidad misma si no se contenía.
Reed, enfrentado a una decisión imposible, diseñó una máquina de supresión de emergencia que neutralizó los poderes de su hijo. El disparo salvó el universo… pero dejó a Franklin en coma. El acto destrozó emocionalmente a Reed y fracturó a los Cuatro Fantásticos: Sue, devastada, lo abandonó temporalmente, incapaz de perdonarle que tratara a su hijo como un experimento más.
Aunque eventualmente se reconciliaron con ayuda de Namor y los Inhumanos, y Franklin se recuperó, la experiencia dejó una marca imborrable en la familia. Fue uno de los pocos momentos en que la ciencia de Reed salvó al mundo a costa de romperlo todo a su alrededor.
El día que mató al mejor amigo
En Fantastic Four (2003) #508, Victor Von Doom, tras recuperar su vínculo con la magia, alcanzó un nuevo nivel de poder que combinaba sus habilidades científicas con el misticismo más oscuro. Aprovechando este dominio arcano, Doom lanzó una ofensiva personal contra los Cuatro Fantásticos, atacando su núcleo emocional y físico.
Uno de sus movimientos más letales fue poseer el cuerpo de Ben Grimm, obligándolo a luchar contra su propia familia. Reed, sin más alternativa, se vio obligado a matar al cuerpo poseído de su mejor amigo para evitar una tragedia mayor. El impacto emocional fue devastador: el equipo se disolvió, Reed quedó sumido en la culpa, y su rostro, desfigurado por la magia de Doom, reflejaba su estado interno.
En Fantastic Four (2004) #509, consumido por la necesidad de redención, Reed arriesgó todo para cruzar al más allá junto a sus compañeros. Allí enfrentó no solo pruebas físicas, sino también espirituales, culminando en un encuentro con el One-Above-All. Esta entidad divina, la representación del creador supremo del Universo Marvel, les concedió el perdón, resucitó a Ben y restauró el rostro de Reed. Fue un acto de gracia… pero no de olvido. El trauma vivido seguiría pesando en el alma de Mister Fantástico.
El exilio del Hulk
En New Avengers: Illuminati One-Shot (2006) #1, Reed y los Illuminati decidieron exiliar a Hulk tras una serie de destrozos que lo convirtieron en una amenaza mundial. La idea era enviarlo a un planeta deshabitado y pacífico, pero la nave acabó en Sakaar, un mundo brutal dominado por la esclavitud, la lucha de gladiadores y el caos político. Allí, Hulk se convirtió en un líder revolucionario, formó su propio grupo de guerreros, se casó y hasta tuvo un hijo. Pero todo terminó en tragedia cuando su nave explotó, matando a millones, incluida su esposa Caiera (Planet Hulk (2006)).
Consumido por la ira, Hulk regresó a la Tierra en World War Hulk (2007) decidido a vengarse. Declaró la guerra a los Illuminati, sometió a los héroes de Nueva York y humilló públicamente a Reed Richards, a quien obligó a luchar por su vida en una arena improvisada frente a todo el mundo. Aunque finalmente fue detenido, la experiencia dejó a Reed física y emocionalmente marcado.
Civil War: cuando la lógica se impuso a la empatía
Durante Civil War (2006), Reed apoyó activamente el Acta de Registro de Superhumanos, convencido de que el control gubernamental era el siguiente paso lógico para evitar tragedias como la de Stamford. A pesar de sus valores humanistas, priorizó la seguridad y la lógica, incluso cuando eso significó oponerse a sus amigos y aliados más cercanos.
Como parte del equipo pro-registro, Reed participó en la creación de Prison 42 en la Zona Negativa (Civil War: Front Line (2006) #5), una prisión extratemporal para héroes que se negaban a registrarse. También colaboró con Tony Stark y Hank Pym en la creación de un clon de Thor, llamado Ragnarok, quien perdió el control y mató brutalmente a Goliat (Civil War (2006) #3).
Estas decisiones fracturaron por completo la familia de los Cuatro Fantásticos: Sue lo abandonó, Johnny se marchó y Ben se negó a participar en la guerra. Solo al final, durante el clímax del conflicto, Reed comprendió la magnitud de sus errores y salvó a Sue de una muerte segura (Civil War (2006) #5), iniciando una lenta reconciliación. Pero la confianza que una vez tuvo con sus seres queridos tardaría años en reconstruirse.
Ni Reed pudo salvar a los mutantes
Tras el «No more mutants» de Wanda en House of M (2005), el mundo mutante se desplomó. Miles de mutantes perdieron sus poderes de forma repentina, quedando indefensos o marginados. Beast, desesperado por hallar una solución, reunió a algunos de los mayores genios del planeta, incluyendo a Reed Richards. En las páginas de Son of M (2006) y Endangered Species (2007), Reed intentó analizar el origen del hechizo y su efecto en el gen X. A pesar de todos sus esfuerzos, su intelecto no pudo revertir la alteración mágica causada por la Bruja Escarlata.
La frustración fue profunda: no solo falló ante sus colegas, sino que se enfrentó al límite absoluto de su ciencia. Fue un momento que demostró que, incluso con acceso a tecnología avanzada y recursos infinitos, Reed Richards no podía hacer nada frente al poder de tres simples palabras.
Los Skrulls y la invasión que ayudó a diseñar
En New Avengers: Illuminati (2006) #1, los Skrulls capturaron a Reed Richards y al resto de los Illuminati tras una fallida misión diplomática al Imperio Skrull. Durante su cautiverio, los alienígenas analizaron a fondo las habilidades, personalidades y códigos morales de los héroes terrestres. Con esa información, desarrollaron una nueva generación de Super-Skrulls capaces de replicar múltiples superpoderes a la vez y perfeccionaron sus técnicas de infiltración.
Años después, en New Avengers (2004) #44, los Skrulls clonaron a Reed, utilizando su ADN y conocimientos para diseñar una estrategia infalible de infiltración planetaria. Todo esto desembocó en la Secret Invasion (2008), donde decenas de Skrulls suplantaron a héroes clave durante años. Reed, ya consciente de la amenaza, creó un dispositivo que podía detectar a los Skrulls encubiertos, pero el daño estaba hecho. Su responsabilidad en la invasión fue indirecta, pero devastadora: los conocimientos que compartió involuntariamente pusieron en jaque la confianza del planeta en sus defensores.
La caída del Multiverso
En New Avengers (2013) #1 y a lo largo de toda la etapa escrita por Jonathan Hickman, Reed fue testigo del colapso progresivo del multiverso debido a una serie de «incursiones»: colisiones entre universos que solo podían resolverse con la destrucción de uno de ellos. Los Illuminati, con Reed a la cabeza, intentaron buscar soluciones éticas y tecnológicas para evitar el fin de todo, pero fracasaron. A medida que los héroes se enfrentaban al dilema moral de destruir mundos para salvar el propio, Reed vio cómo las barreras de lo imposible comenzaban a ceder.
Cuando finalmente la realidad se colapsó por completo en Secret Wars (2015) #1, solo algunos héroes sobrevivieron a bordo de cápsulas de salvamento. Doom, que había acumulado poder divino, creó Battleworld a partir de fragmentos de los universos destruidos, erigiéndose como su dios. Reed sobrevivió y, tras una confrontación final con Victor, logró recuperar el control. Con ayuda de su hijo Franklin, Reed usó el poder de Molecule Man para reconstruir el multiverso desde cero, restaurando mundos, líneas temporales y vidas. Aunque la victoria fue total, el peso de haber visto perecer a su familia durante la caída lo dejó emocionalmente marcado para siempre.
Secret Wars 2015
Cuando desapareció el Baxter Building (y a sus hijos)
En Fantastic Four (2022) #4, una invasión de criaturas procedentes de la Zona Negativa irrumpió de forma repentina en el corazón del Baxter Building, poniendo en peligro a todos los miembros de la familia y al equipo. En una maniobra desesperada, Reed utilizó una de sus tecnologías de emergencia para saltar en el tiempo exactamente un año al futuro, desplazando todo el edificio y a quienes estaban dentro: sus hijos Franklin y Valeria, además de los niños adoptivos de Ben Grimm.
La operación fue efectiva: evitó la catástrofe, salvó vidas y encerró temporalmente la amenaza. Sin embargo, dejó tras de sí un panorama desolador. Durante ese año de ausencia, el mundo creyó que los Cuatro Fantásticos habían desaparecido. El equipo se desintegró emocionalmente. La opinión pública condenó sus actos. Y Reed, una vez más, quedó marcado por una decisión científica que tuvo un altísimo coste humano y familiar.
Un año después, los niños regresaron. Pero nada volvió a ser igual.
Su versión más peligrosa: The Maker
No todos los errores de Reed Richards provienen de buenas intenciones. En una de las líneas temporales más oscuras de Marvel, el Reed Richards del Universo Ultimate (Earth-1610) se convirtió en uno de los villanos más peligrosos del multiverso bajo el nombre de The Maker. Su evolución fue tan extrema como aterradora: tras múltiples fracasos personales, incluida la destrucción de su mundo, este Reed abandonó la moral y la empatía en favor del control absoluto.
En historias como Ultimate Fallout (2011) y New Avengers (2013), The Maker opera como un genio inmortal obsesionado con rediseñar el universo según su lógica, usando tecnología, biología y manipulación multiversal. Su inteligencia es comparable —o superior— a la de su versión original, pero carece de frenos éticos. Representa el temor más profundo de quienes conocen al verdadero Mister Fantástico: ¿qué pasaría si ese cerebro extraordinario se volviera contra todos?
El Maker se ha enfrentado al propio Reed del Universo 616 en varias ocasiones, convirtiéndose en un antagonista recurrente y central en el renacido Ultimate Universe. Es la prueba viva de que, bajo la capa del héroe, también puede ocultarse un dios manipulador con ambiciones siniestras.
The Maker vs Kang
Marvel Zombies: la lógica llevada al abismo
En uno de los universos alternativos más oscuros del multiverso, Marvel Zombies, Reed Richards también jugó un papel esencial… y espeluznante. En esta realidad, cuando una infección zombie arrasa con los héroes y villanos de la Tierra, Reed no solo no detiene el avance del virus, sino que lo abraza con fines científicos. En Ultimate Fantastic Four (2005) #21-23, tras contactar con su contraparte zombi a través de una brecha dimensional, el Reed Richards de esa realidad se deja convencer de que la infección representa una nueva forma de evolución.
Lo que sigue es una de las decisiones más perturbadoras que ha tomado cualquier versión de Mister Fantástico: infecta deliberadamente a su propio equipo, creyendo que podrán conservar su intelecto y adaptarse al nuevo orden. Pero, como era de esperar, se equivoca. El resultado es catastrófico y marca a ese Reed como uno de los más retorcidos del multiverso. Aunque no pertenece al canon principal, esta historia refleja la delgada línea que separa la genialidad de la locura cuando se pierde la empatía.
Reed Richards: el héroe que más ha fallado
No por maldad. Ni por ego. Reed falla porque decide. Porque actúa. Porque asume responsabilidades que otros no quieren. Pero eso no lo hace infalible.
Al contrario. Lo hace humano.
Y ahí está la clave de su historia. Mister Fantástico es el héroe que más errores ha cometido. Pero también es el que más veces se ha levantado para corregirlos.
Este verano, una nueva versión del personaje llegará al UCM. Y con ella, una nueva oportunidad para redimirse… o para repetir los errores del pasado.
