La redención es un tema muy utilizado en cualquier género literario y audiovisual y muy propio de antiguos villanos que deciden abrazar el camino del bien. Panini Comics vacía un bote de protección solar para narrar la historia de Los Perdonados en Sin Perdón.
La forma en que se enlazan las historias
La forma de narrar que tiene Tim Seeley en los tres primeros especiales contenidos en este tomo, aquellos que se engloban bajo el nombre Sin Perdón, es cuando menos destacable. No solo por lo que nos cuenta o cómo lo hace sino porque el final de cada uno de los dos primeros episodios aprovecha unas páginas para enlazar con el siguiente. Es lo que vemos cuando La Patrulla-X toma el mando al final del protagonizado por Spiderman o cuando el Capitán América toma el relevo en la recta final del segundo de cara al que va a monopolizar a continuación.
A pesar de tratarse de One-Shots, están totalmente enraizados los unos en los otros, manteniendo la atención del lector, animándonos a seguir avanzando con la aventura, de por sí interesante, sobre unos vampiros atípicos liderados por Raizo Kodo que caminan bajo el sol.
Sin Perdón: X-Men
Presumen de su humanidad, que su condición no cambie lo que pretenden alcanzar. Son vampiros, no lo niegan, pero eso no determina quienes quieren llegar a ser, aquellos que han recibido el perdón y que ayudan a recorrer su mismo camino a aquellos que así lo solicitan.
Ahora han admitido a un nuevo miembro entre ellos, han llegado a otorgarle el nombre de guerra, el que pudiera llevar un superhéroe, sin olvidar que las mallas no son lo suyo ni conseguirá definirlos para los demás. Son héroes que no actúan necesariamente desde las sombras, gracias a unos dispositivos que se denominan doblaluz. Pero su no vida está a punto de dar un giro inesperado que no habían podido prever.
La traición
Es el punto de inflexión en el camino que llevan recorrido, la marca en el suelo que les impide avanzar, lo que les separa, les hace abandonar todo por lo que habían luchado. Les cuesta la figura de uno de los suyos, uno que no volverá, que se ha disuelto bajo la luz, cuyo pegamento les unía de una forma única que necesitarán volver a recordar.
Pero no toda deslealtad viene motivada por un pensamiento claro, puede suponer un engaño en sí misma, la creencia de estar haciendo lo correcto, volver al punto de partida para volver a ser perdonados, recuperar su anterior condición y terminar enfrentando al enemigo real que se oculta tras su desgracia. Aquí es donde entran en juego ciertos adoradores de Chthon y aquel que los lidera. Recordemos que en la reciente miniserie Darkhold, protagonizada por la Bruja Escarlata, Chthon terminó sometido por el poder de Wanda.
Sin Perdón: Spider-Man
La presencia de Spiderman, los mutantes y el Capitán América lejos de ser el hilo conductor de la historia se convierten en adláteres de la trama de Sin Perdón. Un poco más de peso recibe la figura de Steve Rogers, pero a quién le resulta extraño que el Capi lidere cualquier situación imaginable.
Una saga que sirve como redención no solo al personaje que llevó a cabo la traición sino a todos los demás, los que abandonaron su senda, la correcta. Un reinicio final que les devuelve al punto de partida, a ser una referencia entre los de su condición, sea cual sea la secta vampírica a la que pertenezcan. Ilustra los tres episodios Sid Kotian con un estilo algo sucio y también abusando de ciertas deformaciones corporales.
Nación Vampiro
Blade Vampire Nation comics
El último especial añadido a este tomo, el que tiene como personaje más relevante a Blade, no forma parte de todo lo anterior, se trata de un número autoconclusivo donde Drácula, y su estirpe refugiada en la zona de Chernobyl, se convierte en foco de atención. Escribe Mark Russell y dibuja Dave Watcher. Una crónica que no guarda ninguna relación con lo visto anteriormente en el tomo, solamente compartiendo la temática vampírica como trasfondo. Blade iniciará una investigación en su papel de Sheriff de Vampyrsk para resolver quien acabó con uno de los miembros del consejo de gobierno.
Más centrada en contar como se ha organizado el país de los vampiros que otra cosa, no pasa de mera anécdota, sin trascendencia ni relevancia, donde lo que más destaca es la portada de Valerio Giangiordano. No pasará al imaginario de los lectores. En conclusión, un tomo que entretiene, que ofrece una visión fresca sobre Los Perdonados junto a algunos de los héroes más representativos de La Casa de las Ideas, con un remate poco sustancioso cuando es Blade quien coge el relevo.
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