Panini Comics, en su apuesta por publicar contenido de editoriales norteamericanas independientes, nos trae Faithless de Brian Azzarello y María Llovet editada originalmente por Boom! Studios. La magia se respira en el ambiente, sus peligros también.
“Es por mí que se va a la ciudad del llanto, es por mí que se va al dolor eterno y al lugar donde sufre la raza condenada, yo fui creado por el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor, y no hubo nada que existiera antes que yo, abandona la esperanza si entras aquí”. Así reza la inscripción labrada a las puertas del Infierno, tal y como lo describió el poeta italiano Dante Aligheri en la primera de las canticas de las tres que componen la Divina Comedia, su obra más universal. En el comic que tenemos ante nosotros, Faithless, vamos a ver reflejados distintos elementos comunes, incluso la importancia del número tres, aparte de referencias directas al poema que cuenta con más de quinientos años de antigüedad.
La protagonista de nuestra historia se llama Faith (Fe) y bien podría representar a la Beatriz de Dante, personificación precisamente de la fe, mientras que podemos ver en otros personajes los rasgos de humanidad y razón que encarnaban Dante y Virgilio. Brian Azzarello plantea un homenaje velado a la obra y no se conforma con eso, lleva a Faith por un camino de tentaciones, de herramientas que vuelven sencillo lograr el éxito y el triunfo. Pero ese sendero asfaltado no está exento de sacrificios, de personas que quedan atrás, amigos a los que se retira la mirada y el saludo… La ruta que desciende hacia el Infierno se abre de par en par, sin ser conscientes de estar recorriendo los pasos que nos acercan al abismo.
Rodear todo este ambiente de erotismo, de escenas de sexo explícito, de la decadencia de abandonarse a los placeres que nos ofrece la carne en sus formas más variopintas, consigue introducir a figuras oscuras que se vinculan con Faith mediante un ambiente artístico repleto de sujetos libertinos, de bajeza moral, propios de aquellos que habitan el segundo círculo del Infierno, los pecadores lujuriosos. Entre los rasgos que abraza Faith, al dejar atrás su antigua vida, encontramos facetas que hoy en día no resultan tan escandalosas como hace unas décadas. Relaciones poliamorosas, intercambios de pareja, orgías multitudinarias… pueden parecernos cotidianas aunque tiendan a ocultarse ciertas prácticas.
Azzarello va abriendo un recorrido extenso, difícil, que desgrana con todo lujo de detalles un descenso al averno a lo largo de los seis primeros números compilados en este tomo. Una evolución que arrastra al abismo a pesar de las señales que alertan sobre una deriva moral y las “bondades” de la ley del mínimo esfuerzo. Hemos visto a Azzarello en obras extraordinarias como 100 Balas o incursiones en el género superheroico en diferentes comics del entorno de Batman. Con Faithless parece disfrutar como un padre con su hijo, al que le cuenta sus aficiones o cual era el libro que más veces leyó durante su infancia. Lo mima, se regocija, se muestra complaciente con su criatura.
Por nuestra cabeza pueden pasar multitud de artistas que podrían ilustrar esta historia pero con solo ver la primera página, la expresión de esos labios carnosos, los ojos que se entreabren, las manos que recorren con fruición su zona genital femenina… solo encontramos una respuesta, la persona elegida es la ideal y se trata de la española María Llovet. La barcelonesa, estudiante de la Escola Joso (como Pere Perez, Pasqual Ferry, Pepe Larraz, Francias Portela o Hugo Petrus) ofrece representaciones realistas, sin perderse en desnudos voluptuosos pero haciendo del sexo una herramienta a través de la cual desinhibir a los personajes. Mientras, logra excitar los sentidos del lector, que devoran las páginas acompañando a Faith hacia su descenso orgásmico vinculado al uso poco controlado de la magia que practica.
“Sálvate a ti misma Faith”. No dejes de luchar, de tratar de escapar de las garras que atenazan tu cuello. Nuestra espera hasta la siguiente entrega, prevista para Marzo de 2021, será dura. Azzarello y Llovet han logrado conquistarnos con una narración que no solo honra a Dante Aligheri, puede hacernos sentir identificados, pues pocos pueden decir que no han tenido su propio viaje a los infiernos.
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