Hay proyectos de Hollywood que parecen destinados a no ver nunca la luz. Wonder Woman fue, durante décadas, el ejemplo perfecto de la película maldita de Warner Bros.. Un proyecto que pasó por decenas de guionistas, cambios de dirección, discusiones creativas y hasta reescrituras interminables… hasta que por fin encontró a su directora ideal en Patty Jenkins y a su protagonista definitiva en Gal Gadot.
Hoy la cinta se recuerda como un hito del cine de superhéroes, pero su camino hasta la gran pantalla fue tan turbulento que casi se convierte en un mito urbano de Hollywood. Y es precisamente esa odisea, sumada a su impacto posterior, lo que la hace merecedora de ser revisitada como un auténtico clásico moderno.
La maldición de Diana Prince
Warner llevaba décadas empeñada en llevar a Diana Prince al cine. Desde los años 90 hubo intentos de productores, directores y guionistas, pero ninguno cuajó. El proyecto pasó de mano en mano como si nadie supiera realmente cómo dar forma a la amazona más famosa del cómic.
El productor Charles Roven lo resumió con ironía: “Había más guionistas que productores en el proyecto”. En una etapa temprana, algunos querían ambientar la historia en la Guerra de Crimea, otros en la Primera Guerra Mundial, y hasta se barajaron guiones que poco tenían que ver con la esencia del personaje.
La primera directora contratada oficialmente fue Michelle MacLaren (Breaking Bad, Juego de tronos), pero abandonó por diferencias creativas. Fue entonces cuando Zack Snyder, junto a Allan Heinberg y Jason Fuchs, terminó sentando las bases de lo que más tarde moldearía Jenkins.
Patty Jenkins: el cambio de rumbo
Patty Jenkins dando instrucciones a Gal Gadot en el rodaje de Wonder Woman
La llegada de Patty Jenkins fue un punto de inflexión. Tras varios borradores sin rumbo, la directora decidió mirar hacia el cine clásico para encontrar la inspiración. Su referencia fue Superman (1978) de Richard Donner.
Lo que buscaba Jenkins era dotar a Wonder Woman de un aire atemporal: una heroína con compasión, esperanza y un sentido innato de la justicia. Diana Prince no debía descubrir la heroína que había en ella, sino aceptar el destino para el que había nacido. Esa visión marcó la diferencia frente a otras propuestas anteriores.
Además, Jenkins añadió un ingrediente inesperado: el humor derivado del choque cultural. Diana, criada en Themyscira sin contacto con hombres, se enfrentaba al mundo real con ingenuidad, frescura y preguntas inocentes que generaban momentos cómicos sin romper la épica de la historia.
Una producción entre tensiones
El rodaje no fue sencillo. Warner tenía expectativas gigantescas y, al mismo tiempo, la presión de consolidar el DC Extended Universe (DCEU). Wonder Woman debía ser el tercer pilar tras Man of Steel y Batman v Superman.
Jenkins defendió su visión frente a los ejecutivos: un viaje de autodescubrimiento, ambientado en la Primera Guerra Mundial, donde Diana pasaba de guerrera amazona a defensora de la humanidad. Un tono luminoso que contrastaba con el enfoque oscuro que hasta entonces dominaba el DCEU.
El resultado fue un equilibrio delicado entre el espectáculo superheroico y la emoción humana. Y aunque nadie lo sabía entonces, esa mezcla acabaría salvando a Warner de un fracaso aún mayor.
El estreno que calló bocas
Warner Bros. Pictures
Wonder Woman se estrenó en junio de 2017 y fue un fenómeno mundial. La crítica la calificó como una de las mejores películas de superhéroes de todos los tiempos —Collider llegó a llamarla “obra maestra moderna”— y el público respondió con entusiasmo.
En taquilla, la cinta recaudó más de 822 millones de dólares a nivel global, convirtiéndose en la película dirigida por una mujer más taquillera de la historia hasta ese momento. Además, fue el filme del DCEU mejor valorado por la crítica (93% en Rotten Tomatoes).
Para Warner fue un triunfo inesperado: la primera superheroína con película propia en décadas y un éxito que cambió la conversación sobre el género, abriendo la puerta a más historias lideradas por mujeres.
Wonder Woman 1984: la secuela en tiempos de pandemia
Con semejante éxito, la secuela estaba garantizada. Wonder Woman 1984 llegó en diciembre de 2020, pero el contexto no pudo ser más complicado: la pandemia de COVID-19. Warner decidió estrenar simultáneamente en cines y en HBO Max, un experimento que marcó un antes y un después en la industria.
La película, ambientada en los años 80 y con Pedro Pascal como villano, recaudó unos 169 millones de dólares en plena crisis sanitaria, una cifra modesta para estándares superheróicos pero comprensible dadas las circunstancias.
La recepción crítica fue mucho más tibia: mientras algunos celebraron el tono nostálgico y el mensaje esperanzador, otros criticaron un guion caótico y un clímax irregular. Aun así, Gal Gadot consolidó su carisma como Diana Prince y la química con Chris Pine volvió a ser uno de los puntos fuertes.

La tercera entrega que nunca llegó
En diciembre de 2022, Warner anunció con bombo y platillo que Patty Jenkins y Gal Gadot regresarían para “Wonder Woman 3”. Sin embargo, apenas unos días después, el proyecto se desplomó.
Con la llegada de James Gunn y Peter Safran como nuevos directores creativos de DC Studios, la película fue cancelada. La justificación oficial: la historia no encajaba con la nueva visión del estudio.
La noticia generó polémica y frustración entre los fans, que veían en Jenkins y Gadot una dupla capaz de seguir expandiendo el legado de Diana. La directora, por su parte, explicó que había presentado un tratamiento de guion que Warner rechazó sin posibilidad de reescritura.
Wonder Woman en el nuevo DCU: ¿hay futuro para Diana?

El anuncio del nuevo DC Universe (DCU) de James Gunn abrió más interrogantes. Gunn aseguró que Wonder Woman seguirá siendo clave en el futuro de DC, pero no confirmó ni a Gal Gadot ni a Patty Jenkins como parte de los planes inmediatos.
De momento, el personaje aparece en proyectos animados como “Creature Commandos” y en el horizonte está la serie “Paradise Lost”, una precuela ambientada en Themyscira que explorará la mitología de las amazonas antes del nacimiento de Diana.
El gran interrogante es si volveremos a ver a Gal Gadot enfundada en la armadura dorada. La actriz ha declarado en varias entrevistas que sigue abierta a regresar, pero todo depende de las decisiones de Gunn y Safran.
El legado de una heroína
Más allá de las polémicas y cancelaciones, lo cierto es que Wonder Woman marcó un antes y un después en la historia del cine de superhéroes. Fue la primera película del género dirigida por una mujer en llegar tan alto, la primera en demostrar que una superheroína podía liderar la taquilla mundial y la que definió a Gal Gadot como icono cultural.
Su mezcla de acción épica, ingenuidad encantadora y mensaje de esperanza sigue resonando. Y aunque su futuro en el cine aún esté en el aire, el personaje de Diana Prince ya se ha ganado un lugar eterno en el panteón cinematográfico.
¿Y ahora qué?
La pregunta que queda flotando es inevitable: ¿tendrá Wonder Woman un nuevo renacimiento en el DCU de James Gunn? ¿Volveremos a ver a Gal Gadot empuñando la espada, o será hora de pasar el testigo a otra actriz en una reinvención del personaje?
El tiempo lo dirá, pero algo está claro: la historia de Wonder Woman ya no es la de una película maldita. Es la de un mito que se levantó, luchó contra todas las adversidades y conquistó su lugar en la gran pantalla.
¿Crees que Gal Gadot debería seguir siendo Wonder Woman en el nuevo DCU? Déjanos tu opinión en comentarios y no olvides seguirnos en Google News para no perderte ninguna novedad del universo DC.




