Una historia futurista donde tradición y progreso chocan con fuerza en la vida de una joven que tiene que decidir quién quiere ser. Únete al futuro es la nueva obra de Zac Kaplan y Piotr Kowalski, un western futurista en el que su protagonista debe decidir quién quiere ser realmente.
El relato plantea un mundo donde existen megaciudades ultra modernas que garantizan trabajo, alimento y una vida cómoda para todos sus habitantes. Se acerca a lo que podríamos ver en películas como Wall·E pero sin los excesos de comodidad, casi una utopía vamos. Pero hay un problema evidente para sostener este mundo idílico: estas ciudades solo se mantienen consumiendo de manera constante los recursos del resto del mundo.
Fuera de ellas todavía existen pequeñas comunidades

Más allá de las megaciudades sobreviven pueblos y asentamientos donde la gente vive de forma clásica, al estilo de la antigua frontera norteamericana. Sus habitantes cultivan la tierra, crían animales y se relacionan sin depender de la tecnología, al menos no de manera abusiva. Aunque, como demuestra la propia serie, la tecnología acaba apareciendo siempre que es necesaria.
Todo comienza cuando uno de estos asentamientos quiere ser comprado
La historia arranca cuando una de estas comunidades recibe una oferta de compra por parte de una megaciudad que busca expandirse y obtener más recursos. A cambio, promete a los habitantes una vida más fácil y la entrada en ese “futuro” que repiten como lema. El alcalde se niega a aceptar el acuerdo y, durante la noche, un grupo de atacantes elimina a quienes se oponen. Solo sobrevive su hija, que decide entrenarse para enfrentarse a la corporación que pretende devorar la vida tradicional.
No es un mensaje de lucha contra la tecnología
Aunque la premisa podría sugerir un discurso contrario al avance tecnológico, la obra evita ese planteamiento. En su lugar, expone un marco en el que cada persona decide entre una vida cómoda, resuelta y con un precio oculto, o una existencia más dura, pero autónoma. Plantea la idea de que muchos habitantes de las megaciudades viven en una burbuja y desconocen el coste real que su bienestar supone para otras regiones y para quienes pierden derechos o tierras en el proceso.
Un símil bastante acorde con la realidad

El cómic establece paralelismos con el funcionamiento del mundo actual, donde ciertos países mantienen su nivel de vida gracias a recursos extraídos de otros lugares que reciben poco a cambio. Sin juzgar abiertamente a ningún bando, la obra muestra ambas caras del conflicto. Todo ello se desarrolla a través de una aventura con tiroteos, entrenamiento y una trama clásica de venganza, donde la acción nunca falta aunque la crítica esté presente en un segundo plano.
Todos tenemos derecho a decidir
Con un texto escueto y unos pocos personajes principales —suficientes para la historia que quiere contar—, la obra se lee de manera rápida y deja un poso claro: todos deberían poder elegir su forma de vida, porque todos son seres humanos y nadie tendría que perder para que otros ganen.
El dibujo de Piotr Kowalski es correcto y definido
El arte de Kowalski, conocido por su trabajo en las adaptaciones gráficas de Bloodborne y por su paso por el Hellboyverse, es claro, detallado y de trazo fino. Con poca carga de negro y un enfoque preciso, funciona especialmente bien en el ambiente polvoriento y sucio propio del western.
En conjunto, se presenta una historia enfocada en la acción y la aventura, pero que no renuncia a dejar una ligera reflexión para el lector.
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Únete al futuro
Nota
NOTA
Un cómic de ciencia ficción y del oeste que examina un futuro en el que todos nos preguntaremos si de verdad merece la pena tener valores.


