Tom Cruise lleva décadas saltando entre aviones, coches, helicópteros y hasta cohetes espaciales —literalmente— en algunas de las producciones más icónicas del cine moderno. Desde la adrenalina pura de Misión: Imposible hasta las distopías inteligentes de Minority Report, el actor ha explorado prácticamente todas las variantes del género de acción y ciencia ficción.
Pero en 2013 estrenó una película que, aunque tuvo éxito en taquilla, no ha quedado tan grabada en la memoria colectiva como otras de su filmografía. Una producción que combina misterio, romance, acción y un mundo visualmente deslumbrante: Oblivion, dirigida por Joseph Kosinski. Doce años después, esta historia sigue teniendo mucho que decir y es el momento perfecto para redescubrirla.
Un mundo que ya no es nuestro
La trama nos sitúa en un futuro devastado. La Luna ha sido destruida por una raza alienígena conocida como los scavengers (o carroñeros), desatando una cadena de catástrofes naturales: tsunamis, terremotos y erupciones que arrasan con buena parte de la superficie terrestre. La humanidad gana la guerra… pero el precio es altísimo: la Tierra queda prácticamente inhabitable.
En ese contexto, Tom Cruise interpreta a Jack Harper, un técnico que se encarga de reparar drones de defensa y supervisar las gigantescas instalaciones que extraen los últimos recursos del planeta para enviarlos a una colonia humana en Titán, una de las lunas de Saturno. Su vida transcurre en relativa calma junto a su compañera de misión, Victoria (Andrea Riseborough), hasta que una cápsula espacial se estrella en la superficie.
Dentro está Julia (Olga Kurylenko), una mujer que dice conocerlo… y cuyo rostro Jack ha visto antes en sueños que no puede explicar. El descubrimiento pone en marcha una serie de revelaciones que harán tambalear todo lo que creía saber sobre la guerra, su misión y hasta su propia identidad.
Un reparto con química y sorpresas
Además de Cruise, Oblivion cuenta con un elenco de lujo. Morgan Freeman interpreta a Malcolm Beech, el líder de una resistencia oculta que conoce secretos incómodos para el supuesto orden establecido. Su presencia, aunque no es continua en pantalla, aporta esa autoridad y carisma que solo Freeman sabe transmitir.
Olga Kurylenko, a quien habíamos visto en Quantum of Solace, encarna a Julia con un aura de misterio que sostiene gran parte de la intriga de la película. Andrea Riseborough, por su parte, ofrece una interpretación calculada y ambigua como Victoria, un personaje clave en la dinámica psicológica de Harper.
El reparto lo completan Nikolaj Coster-Waldau (famoso por Juego de Tronos) en un papel secundario que conecta directamente con las escenas de acción más intensas.
El origen: un cómic que nunca se publicó
Pocos saben que Oblivion comenzó como una novela gráfica inédita creada por Joseph Kosinski junto al dibujante Arvid Nelson. Aunque nunca llegó a publicarse, sirvió como guía visual y conceptual para vender la idea a Universal Pictures.
Kosinski ya había debutado en el cine con Tron: Legacy, demostrando un manejo impecable de los entornos digitales y el diseño de producción. En Oblivion, quiso llevar ese talento a un terreno más físico, con rodajes en localizaciones reales y escenarios construidos a escala.
Un rodaje con decisiones poco habituales
Kosinski tenía claro que Oblivion debía sentirse real, incluso en un mundo ficticio. Por eso, muchas escenas se rodaron en Islandia, aprovechando sus paisajes volcánicos, glaciares y montañas. La elección no solo dio autenticidad visual, sino que también ahorró trabajo de postproducción al capturar luz natural.
- La “Sky Tower” existía de verdad: la residencia suspendida en las nubes donde viven Jack y Victoria fue construida en un plató circular de 360°, rodeado por enormes pantallas LED que proyectaban imágenes reales del cielo grabadas previamente. Esto evitó el uso de pantallas verdes y permitió a los actores reaccionar ante paisajes reales.
- Tecnología de rodaje pionera: el equipo utilizó cámaras de alta resolución con lentes especiales para capturar la nitidez de los paisajes en condiciones de luz extremas.
- La Bubble Ship: la nave de Harper se diseñó inspirándose en helicópteros y aeronaves ligeras reales. Cruise, fiel a su estilo, entrenó para manejar los controles y simular maniobras, rodando muchas escenas dentro de un simulador hidráulico que imitaba turbulencias y giros.
Influencias y estilo visual
Kosinski ha citado películas como 2001: Una odisea del espacio, Solaris y Moon como referencias directas, tanto en el tono como en el ritmo narrativo. Esto se percibe en los silencios, en el uso de la música —compuesta por M83 y Anthony Gonzalez— y en la forma de mostrar paisajes que transmiten tanto belleza como desolación.
La fotografía, a cargo de Claudio Miranda, ganador del Oscar por La vida de Pi, aporta una estética limpia, con composiciones que parecen sacadas de una exposición de arte.
Recepción y taquilla
En el momento de su estreno, Oblivion obtuvo un 54% en Rotten Tomatoes. La crítica se dividió: algunos destacaron su ambición visual y la capacidad de Cruise para sostener gran parte de la película, mientras que otros criticaron que la historia era demasiado predecible o mezclaba elementos ya vistos en otros clásicos de ciencia ficción.
Sin embargo, el público respondió bien: recaudó 288 millones de dólares en todo el mundo, más del doble de su presupuesto de 120 millones. Su mayor éxito fue en mercados internacionales, especialmente en Asia y Europa, donde el estilo visual y la presencia de Cruise atrajeron a millones de espectadores.
Curiosidades que quizás no conocías
- Rodaje exprés: la mayor parte de las escenas en Islandia se filmaron en apenas dos semanas debido a las limitaciones climáticas.
- Inspiración personal: Kosinski concibió la historia mientras vivía en Nueva York, imaginando cómo sería recorrer un planeta desierto y silencioso.
- Cameos escondidos: en la sala de mando de los drones aparecen códigos numéricos que corresponden a fechas clave en la vida del director y del equipo.
- La música como personaje: la banda sonora de M83 no se limitó a acompañar; Kosinski pidió que se compusiera antes del montaje final para influir en el ritmo de edición.
- Reescrituras sobre la marcha: parte del tercer acto fue modificado durante el rodaje para que el clímax resultara más emotivo y menos puramente bélico.
La conexión con otros trabajos de Cruise
Un año después de Oblivion, Tom Cruise estrenó Al filo del mañana (Edge of Tomorrow), considerada una de las mejores películas de ciencia ficción de la última década. Ambas comparten una narrativa de identidad y supervivencia en entornos hostiles, y en ambas el protagonista se ve obligado a replantearse quién es y por qué lucha.
Además, Oblivion marcó el inicio de una relación creativa más sólida entre Cruise y directores con sensibilidad visual, algo que se consolidó con Top Gun: Maverick y otros proyectos posteriores.
¿Por qué sigue siendo relevante?
Doce años después, Oblivion no solo destaca por su estética. Sus temas —la manipulación de la memoria, el control de la información, la resistencia frente a una autoridad opaca— siguen siendo tan actuales como en 2013.
En un panorama cinematográfico donde muchas producciones apuestan por el exceso digital, Oblivion recuerda que es posible crear ciencia ficción de gran escala integrando escenarios reales y efectos prácticos.
Legado y redescubrimiento
Aunque no alcanzó el estatus de culto inmediato, Oblivion se ha ido revalorizando con el tiempo. Críticos y espectadores la citan cada vez más como una “joya escondida” dentro de la filmografía de Cruise, especialmente para quienes buscan una experiencia visual inmersiva.
El boca a boca, las reemisiones televisivas y las ediciones en Blu-ray y 4K han contribuido a que nuevas audiencias la descubran. Y viendo cómo la ciencia ficción de autor gana terreno en la conversación cinéfila, no sería extraño que su popularidad siga creciendo.
En resumen, Oblivion es mucho más que una aventura postapocalíptica con Tom Cruise al frente. Es un recordatorio de lo que se puede lograr cuando una historia ambiciosa, un equipo técnico creativo y un reparto comprometido trabajan al unísono. Puede que en su día pasara algo desapercibida, pero hoy, más que nunca, merece ser revisitada y apreciada.
