Hay parejas que son inseparables. Y luego están Tim y Millie, que se toman lo de inseparables en sentido literal. Together aterriza en cines de España en pleno Halloween con una propuesta deliciosa para ver con tu media naranja… o con tu ex, si quieres mandarle un mensaje pasivo-agresivo desde la fila 7. Michael Shanks firma un body horror romántico que mezcla risas nerviosas, romance mutante y escenas que te harán investigar qué adhesivo industrial usa esta gente para ir al baño.
¿Listo para descubrir qué pasa cuando el “para siempre” es demasiado literal?
Así arranca este amor de látex
La cosa empieza en Together como un indie cuqui: Millie (Alison Brie) y Tim (Dave Franco) abandonan la ciudad para “empezar de cero”. Casa de ensueño, bosque idílico, promesas de futuro… y una cueva H.R. Giger-friendly que grita “no entres” más fuerte que la puerta del sótano en Evil Dead. Una noche, tras una decisión muy poco sensata con el agua, algo despierta. Al día siguiente, sus piernas amanecen pegadas por una babilla no homologada por la UE y el vínculo emocional muta en un imán carnal imposible de ignorar.
Shanks no finge gravedad doctoral ni simbología para tesis: va al grano. Te presenta la relación, te deja oler las grietas, y cuando el “necesito mi espacio” se vuelve “me duele separarme de ti”, el guion pisa el acelerador con malicia juguetona.
Lo que hace única esta mutación amorosa
Primero: el tono. Together entra por la puerta del Midnight Movie con una sonrisa canalla. No es La sustancia ni quiere serlo; es más gamberra, más accesible y más rítmica, con una puesta en escena limpia y comercial que recuerda a cierto terror mainstream de los 2000… pero con ideas claras sobre reglas, consecuencias y límites de su “maldición”. Se agradece que el film establezca y respete su lógica: ¿contacto? pega. ¿Distancia? duele. ¿Sexo en un baño público? Mejor no te lo describo mientras comes palomitas.
Segundo: el subidón friki. Asoman ecos Cronenberg (los buenos, los pegajosos), guiños a cultos boscosos, campanas rituales y una sonora colleja a la codependencia disfrazada de “somos uno”. El subtexto no necesita diccionario: si tu identidad se disuelve en la de tu pareja, algo monstruoso te está masticando por dentro. Aquí esa idea se literaliza con músculos que crujen, piel que se estira y manos que se deslizan por debajo de la dermis como si el amor fuese un simbionte sin licencia de Marvel.
¿Te gustan los horrores románticos como este? Entonces no te despegues de nosotros y síguenos en Google News para descubrir más críticas tan locas como Together.
Un reparto que pega (y mucho)
Together funciona porque Brie y Franco dan la vida —y el tejido conectivo— a sus personajes. Su química real vende tanto los momentos de “somos empalagosos” como los de “nos estamos deshaciendo por dentro”. Ella, práctica y luminosa, mantiene el control hasta que el control se vuelve pegamento. Él, músico en modo ‘se me pasó el tren’, pasa del pasotismo hipster al perrete imantado que no puede estar a dos metros sin convulsionar. Damon Herriman aparece con esa sonrisa de “profe buena onda” que en el cine de terror significa, casi siempre, “red flag con patas”.
Terror con pulso de comedia negra
La dirección de Shanks entiende el poder del sonido (escucha cómo cruje ese nuevo “nosotros”), los primeros planos invasivos y la economía de jumpscares: los hay, pero el mal rollo llega sobre todo por lo táctil. La fotografía evita el barro gris: colores limpios, luces claras y espacios bonitos donde el horror desentona a propósito. Funciona, porque nos recuerda que el miedo también cabe en casas de catálogo y bosques Instagram.
Y cuando toca la travesura, Together no se corta: el set-piece del baño es de los que generan risotada nerviosa y piernas cruzadas en la sala; la ducha-poltergeist convierte la ansiedad en golpe físico; y el clímax proteico se entrega con cara de “sí, sabemos que esto es demasiado y por eso te encanta”.
¿Todo perfecto? No, pero se perdona (como el amor)
El tercer acto tropieza un poco con explicaciones de brocha gorda y pistas encontradas “porque el guion lo necesita”. Algún CGI canta cuando el práctico se toma un respiro. Y, siendo sinceros, la premisa da para aún más psicología retorcida de pareja: hay un tramo medio que podría haber exprimido más la guerra fría antes de pasar a la guerra de fluidos. Aun así, Shanks sabe cerrar con un gag visual estupendo, de esos que te dejan la sonrisilla mientras suenan los créditos.
¿Esto es para mí?
Si te pone Cronenberg pero no quieres meterte en una depresión escandinava; si te gustó el horror corporal con corazón de Titane pero pides algo más juguetón; si celebras Halloween con risas nerviosas y aplausos culpables, Together es tu cita. Además, tiene ese punto romántico twisted que, si la ves en pareja, te garantiza conversación camino a casa: ¿dónde acaba el amor y empieza el pegamento?
Síguenos en Google News y descubre más críticas frikis que no se despegan ni con disolvente.
Together (2025)
NOTA CINEMASCOMICS
TOTAL
Dirigida por Michael Shanks, esta comedia de terror convierte la codependencia emocional en un body horror romántico tan pegajoso como divertido. Alison Brie y Dave Franco —pareja también en la vida real— interpretan a dos enamorados que descubren que el “para siempre” puede ser literalmente eso… y mucho más viscoso. Con ecos de Cronenberg y un tono entre lo grotesco y lo tierno, Together es la película ideal para este Halloween: una mezcla de risas, amor tóxico y sustos con pegamento industrial.
