Hay películas que llegan sin hacer demasiado ruido y, de repente, te das cuenta de que han explotado en todas partes. Y luego están esas que se sienten como una bomba de relojería desde el primer segundo. The Housemaid (La asistenta), el nuevo thriller psicológico basado en la novela superventas de Freida McFadden, parece pertenecer claramente al segundo grupo. Y créeme, cuando veas lo que se trae entre manos, entenderás por qué muchos ya hablan de “la sorpresa más retorcida del final de 2025”.
Desde la primera escena sabes que algo no encaja. Esa sensación de incomodidad elegante, de tensión bonita por fuera pero podrida por dentro, acompaña cada plano. Y quizá ese sea el secreto: es un thriller psicológico que te acaricia para luego darte un zarpazo cuando menos te lo esperas. ¿No te pasa también que cada vez se agradece más una película que se atreve a jugar un poco con el espectador?
Un thriller psicológico con aroma a bomba de fin de año
Dirigida por Paul Feig y escrita por Rebecca Sonnenshine, The Housemaid adapta la novela de McFadden con una fidelidad sorprendente, pero dándole ese toque cinematográfico que convierte un buen libro en una experiencia capaz de clavarte a la butaca. Aquí, Feig deja claro que no quiere hacer “otro thriller más”. Quiere que este thriller psicológico te descoloque, te pique, te haga sentir incómodo y, al mismo tiempo, incapaz de apartar la mirada. Y vaya si lo consigue.
La historia sigue a Millie, interpretada por una Sydney Sweeney que está en ese punto dulce en el que puede pasar de vulnerable a peligrosamente magnética en cuestión de segundos. Millie acepta un trabajo como asistenta interna para los Winchester, un matrimonio rico, sofisticado y aparentemente perfecto formado por Amanda Seyfried y Brandon Sklenar. Y digo “aparentemente” por algo, porque ya te imaginas que en una película así, lo perfecto dura lo que un cubito de hielo en pleno agosto. ¿Te suena, no?
Desde que Millie cruza por primera vez la puerta de esa casa, el ambiente cambia. Algo flota en el aire. Algo que no se ve, pero se siente. Y ahí empieza el ritual que todo buen thriller psicológico necesita: la seducción lenta hacia el lado oscuro.
Cuando lo elegante empieza a oler a peligro
Lo que empieza siendo un trabajo soñado se convierte muy pronto en una especie de juego retorcido. Secretos, miradas que duran un segundo más de la cuenta, silencios que parecen gritar y esa sensación incómoda de que alguien siempre sabe más que tú. The Housemaid juega con el espectador igual que los Winchester juegan con Millie. Y claro, lo que parecía una historia sobre un matrimonio excéntrico acaba convirtiéndose en un thriller psicológico cargado de escándalos, mentiras y poder.
La casa se siente viva. Los pasillos parecen vigilar. Y cada gesto de Nina Winchester (Seyfried) tiene ese toque de elegancia peligrosa que no sabes si admirar o temer. Y, oye, no sé tú, pero a veces las mejores historias son esas que te dejan pensando: “¿Cómo no vi esto venir?”. ¿Qué opinas?
Las primeras reacciones ya la están elevando
Aquí viene lo jugoso. Según varios críticos que la han visto en las primeras proyecciones, The Housemaid es un auténtico viaje sin cinturón de seguridad. Las reacciones en redes sociales han sido un festival: “oscura”, “seductora”, “una locura deliciosa”, “camp en el mejor sentido posible”, “te deja sin aire”. No está nada mal para una película que técnicamente aún ni se ha estrenado.
Un comentario especialmente llamativo decía que el thriller psicológico “es un capricho estiloso que se vuelve una pesadilla elegante cuando menos lo esperas”. Otro señalaba que la película es “desquiciada… pero en el mejor sentido”, lo cual me hizo reír porque es justo la clase de descripción que te dice mucho sin contarte nada.
Y no solo los críticos están entrando al juego. La propia Freida McFadden, autora del libro original, quedó encantada con la adaptación. Según contó en Instagram, salió del cine diciendo: “Creo que es mejor que el libro”. Y oye, que lo diga la autora… es un nivel de entusiasmo que no se ve todos los días.
Un final que está dando miedo… del bueno
Otra cosa que todos coinciden en destacar es el final. Según cuentan, es de esos que te dejan un momento mudo en la butaca, parpadeando fuerte para procesar lo que acabas de ver. Y claro, eso en un thriller psicológico es prácticamente un requisito, pero aquí parece que Feig ha decidido apretar el acelerador sin miramientos.
Dicen que los últimos treinta minutos son una mezcla de tensión pura, revelaciones inesperadas y un giro que no se ve venir ni aunque te sientes con la libreta apuntando cada pista. Y no sé tú, pero cuando un final consigue que la gente salga del cine diciendo “wow, necesito comentarlo ya”, ya sabes que algo ha funcionado a otro nivel.
Un reparto que lo da todo
Sydney Sweeney y Amanda Seyfried están siendo descritas como “espectaculares”, “magnéticas” y “simplemente brutales”. Y lo cierto es que no sorprende: ambas han demostrado sobradamente que dominan el drama, el suspense y ese punto de ambigüedad moral que tan bien encaja en un thriller psicológico como este.
Sydney Sweeney y Amanda Seyfried en The Housemaid (2025)
Brandon Sklenar y Michele Morrone completan el reparto principal, aportando ese toque de misterio, presencia y tensión soterrada que hace que cada escena parezca que oculta una intención más profunda.
Entre esto y que Paul Feig parece haberse soltado la melena creativa para jugar con elementos de seducción, peligro, humor negro y elegancia torpe, está claro que The Housemaid apunta a ser uno de los títulos más intensos y comentados del final de 2025. ¿No crees?
La fecha marcada en rojo
Apunta esto si eres de los que disfrutan con un buen mareo emocional: The Housemaid se estrena el 19 de diciembre de 2025. Ideal para cerrar el año con un thriller psicológico que promete sacudir un poco la cartelera entre tanto blockbuster navideño. Aunque hay países en lso que habrá que esperar al 1 de enero de 2026.
Y oye, si después de ver el tráiler o de leer todo esto acabas pensando “madre mía, esto me va a golpear fuerte”… no te preocupes, es totalmente normal. A veces las mejores historias son esas que te remueven un poco por dentro, que te dejan con la cabeza dando vueltas un par de días. Y esta parece apuntar justo ahí.
Y ya está. Un thriller psicológico con un toque elegante, otro retorcido, un par de giros, personajes magnéticos y la promesa de un final que te va a dejar mirando la pantalla con cara de “¿acaba de pasar esto?”. Así da gusto terminar un año de cine, ¿verdad?
