La historia de The Witcher parecía escrita para convertirse en el gran fenómeno de fantasía de esta década. Tenía libros potentes, videojuegos legendarios y un fandom global que llevaba años soñando con ver a Geralt, Yennefer y Ciri en una adaptación a lo grande. Pero, aunque suene duro, lo que ha pasado con The Witcher temporada 4 demuestra que Netflix nunca tuvo una salida fácil. Y posiblemente, nunca la tuvo desde el principio, ¿no crees?
Al final, por mucho que la plataforma intentara enderezar el rumbo, el barco ya navegaba hacia aguas imposibles. Y ahora, con las puntuaciones más bajas de toda la serie en Rotten Tomatoes, se confirma lo que muchos sospechaban desde hace meses.
The Witcher empezó fuerte… pero con grietas visibles
Lo curioso del caso es que, si uno mira atrás, The Witcher arrancó su primera temporada con una mezcla extraña: el público la abrazó con ganas, pero el montaje entre diferentes épocas confundió mucho. No había consenso, aunque sí un entusiasmo general por ver nacer una nueva serie épica en Netflix.
El verdadero problema empezó cuando se vio que la adaptación estaba tomando demasiadas licencias. En la primera temporada, se notó cierto baile con la línea temporal y decisiones creativas discutidas, pero todavía había paciencia. El choque llegó con The Witcher temporada 2, donde el canon fue prácticamente remodelado. Y ahí es cuando comenzó el ruido de verdad.
Desde ese momento, el público y la crítica empezaron a intercambiar posiciones como en un baile medieval. A unos les encantaba la nueva dirección, a otros les parecía una traición. Y lo peor: la distancia entre ambas opiniones creció cada vez más.
Las cifras que dejaron claro el desplome de The Witcher
La caída de The Witcher puede verse prácticamente como una gráfica en picado. La primera temporada tenía un 88% de aprobación del público. La segunda cayó al 55%. La tercera se hundió al 21%. Y ahora, The Witcher temporada 4 marca un escalofriante 19%. Casi parece una maldición lanzada por una hechicera resentida.
En la crítica pasó algo igual de curioso. La primera temporada tuvo un tibio 68%. La segunda, sorprendentemente, subió hasta el 95%. Pero todo eso se esfumó cuando la tercera (79%) y la cuarta (56%) llegaron con resultados mucho menos brillantes. Es como si la serie hubiera ido perdiendo la magia de Aard con cada entrega.
The Witcher
Y esto nos lleva al problema central: cuando una serie empieza a desgastar a su audiencia más fiel, la recuperación es casi imposible.
The Witcher temporada 4 intentó volver a los libros… pero ya era tarde
Durante meses, una parte enorme de los seguidores de The Witcher pedía una cosa muy clara: “Seguid los libros”. No era tan complicado, ¿verdad? En teoría, bastaba con recuperar el tono, respetar personajes y mantener la esencia del material original. Y lo cierto es que, para sorpresa de muchos, The Witcher temporada 4 intentó exactamente eso.
En esta entrega, Netflix pegó el volantazo. Siguieron la estructura del libro, ajustaron los arcos narrativos, incluso añadieron un capítulo con esa estructura de historias alrededor de una hoguera que recuerda muchísimo a lo que escribió Andrzej Sapkowski. Parecía que el barco quería volver al puerto correcto.
Eso sí, hubo un cambio notable: el arco de Yennefer, que no podía permanecer como estatua de jade durante una temporada entera, porque habría sido un desastre televisivo. En ese punto, la adaptación era necesaria y hasta lógica. Y se agradece que al menos intentaran equilibrar el respeto por el canon con un poco de sentido práctico.
Pero todo eso dio igual. Las puntuaciones fueron incluso peores que nunca. ¿El motivo? Muy sencillo: el daño ya estaba hecho.
Por qué The Witcher temporada 4 nunca tuvo una oportunidad real
Aquí es donde entra la parte incómoda. Porque aunque The Witcher temporada 4 hubiera sido perfecta, aunque hubiera tenido guiones impecables, peleas memorables y un Geralt con su mejor humor seco… no habría servido de nada. La audiencia ya había tomado una decisión emocional mucho antes.
El momento exacto en el que The Witcher perdió a su público fue en la temporada 2. No porque fuera mala, hay gente que la defiende con pasión, sino porque rompió el pacto tácito entre la serie y sus seguidores. Cambiar elementos clave del canon generó desconfianza, y una vez que eso se rompe, es como intentar pegar un jarrón dañado: siempre quedarán grietas a la vista.
Y claro, la salida de Henry Cavill fue el remate final. No vamos a repetir todas las teorías que circularon, pero la percepción quedó clara: si Cavill, que era literalmente la encarnación de Geralt para muchísima gente, se marchaba justo después de los debates sobre el canon, la conclusión parecía inevitable.
The Witcher
No importaba lo que hiciera Netflix después. No importaba lo fiel que fuera The Witcher temporada 4 a los libros. La serie iba a arrastrar esa sensación de “algo se rompió”, y eso se refleja en cada puntuación, cada comentario y cada número.
Un destino sellado mucho antes del estreno
Netflix intentó salvar la situación, pero era como intentar detener a un basilisco con una cuchara. Una misión imposible desde cualquier punto de vista. La caída era inevitable, y por eso The Witcher temporada 4 no tenía forma de triunfar, por muy bien que lo hiciera.
Al final, la historia de The Witcher en Netflix va a servir como una advertencia para cualquier otra adaptación futura: si rompes demasiado pronto el corazón de tu audiencia, no esperes que vuelvan aunque intentes arreglarlo después.
Y ahora la pregunta es: ¿Qué hará Netflix con esta franquicia? La temporada 5 está asegurada, sin embargo, no parece que haya planes para más spin-off o seguir la historia de alguna otra forma.
Porque, admitámoslo: incluso cuando se equivoca, The Witcher sigue dando mucho de qué hablar, ¿qué opinas? Dímelo en comentarios.
