A veces pasa: crees que ya lo sabes todo de una película porque la has visto veinte veces y de pronto Star Wars aparece ocho años después para soltar un dato que te deja con cara de “¿perdona?”. Eso es justo lo que ha ocurrido con Los últimos Jedi, que vuelve a remover el avispero galáctico con una revelación que reescribe, de forma bastante jugosa, el viaje final de Luke Skywalker.
Porque sí, resulta que todavía quedaban secretos escondidos en Ahch-To. Y lo mejor es que esta vez vienen acompañados de una explicación que, sinceramente, llega tan tarde que parece una escena post-créditos perdida entre hypersaltos. Pero oye, bienvenida sea.
El misterio del templo Jedi por fin se aclara en Star Wars
Cuando Los últimos Jedi nos llevó al primer templo Jedi, muchos se quedaron con la sensación de que aquella isla rocosa tenía más misterios de los que Lucasfilm estaba dispuesta a soltar. Y era verdad. Ahch-To no era solo un retiro espiritual húmedo y lleno de criaturas adorables que te miraban raro; era un planeta que llevaba milenios oculto incluso para la propia Orden Jedi.
La pregunta era inevitable para los fans de Star Wars: ¿Cómo demonios llegó Luke hasta allí sin Google Maps galáctico? A ver, Skywalker era un crack, pero tampoco tenía por qué saberse de memoria cada roca flotante de la galaxia. Pues bien, la clave estaba en un artefacto casi olvidado: el Star Compass, un dispositivo que Los últimos Jedi apenas insinuó, pero que ahora recibe su explicación completa.
Star Compass
El origen del Star Compass era más viejo que Yoda
La historia oficial lo pinta así: Luke encontró el Star Compass en una de las bases secretas de Palpatine. Sí, el emperador guardaba souvenirs Jedi porque era así de rencoroso. Lo tenía almacenado como quien mete en un cajón las cartas de su ex solo para presumir de que ya no le duelen.
Durante décadas, Luke intentó descifrar el mecanismo del cacharro. No era fácil: el Star Compass combinaba mapas primitivos con navegación mediante la Fuerza, algo tan sofisticado que parecía más una reliquia mística que un instrumento práctico. Pero funcionaba, y de hecho lo había hecho durante miles de años. ¿No te fascina que la tecnología más poderosa de Star Wars siempre acabe pareciendo una bola de cristal con baterías?
El gran giro: Naboo entra en escena
La verdadera sorpresa llega con Young Jedi Adventures, la serie de Disney+ que, de rebote, ha decidido soltar uno de los datos más importantes relacionados con Los últimos Jedi. Resulta que el Star Compass que usó Luke tenía un origen muy concreto: había sido parte de la nave Twilight Explorer, un barco legendario dedicado a encontrar planetas rebosantes de energía de la Fuerza.
Pues bien, esa nave acabó hecha chatarra… en Naboo. Sí, Naboo, el planeta de las cúpulas preciosistas, los lagos infinitos y la realeza con trajes imposibles. Según el capítulo “Journey to the Bottom of Naboo”, la Twilight Explorer se estrelló ahí hace siglos, quedando hundida en las fosas oceánicas del planeta. Los Jedi la rescataron durante la era de la Alta República, y desde entonces estudiaron el Star Compass como si fuera el santo grial de la cartografía galáctica.
Palpatine hizo lo que mejor sabía
Y claro, cuando llegó la Purga Jedi, Palpatine arrasó con todo lo que oliera a templo o archivo. Se llevó reliquias, mapas, holocrones y, por supuesto, el Star Compass. Lo gracioso es que el aparato solo respondía a la luz, así que Palpatine no pudo usarlo para nada. Básicamente decoraba sus escondites con objetos que no entendía, como ese colega que compra figuritas carísimas sin haberse leído un solo cómic.
Aun así, ese capricho oscuro fue lo que permitió que Luke lo encontrara años después, ya metido en su etapa de dudas existenciales tras lo de Ben Solo. Fue entonces cuando, con paciencia Jedi… o directamente con cabezonería Skywalker, consiguió activar el Star Compass y trazar la ruta hacia Ahch-To.
Cómo funciona realmente el Star Compass
Young Jedi Adventures también muestra por primera vez su funcionamiento real. Cuando se activa, el Star Compass proyecta un mapa holográfico con la última ruta seguida por la nave que lo utilizó. Es decir, no te muestra el destino a pelo, sino un camino que solo cobra sentido si estás en el punto de partida adecuado. Ahí está la gracia: no era un GPS, era más bien un mapa del tesoro que cambiaba dependiendo de dónde te encontrases.
Young Jedi Adventures
De hecho, su tecnología recuerda mucho a la del mapa estelar que vimos en la serie Ahsoka, lo cual encaja perfectamente: todo apunta a que tanto el mapa como los Wayfinders Sith y los Star Compasses Jedi provienen de una civilización intergaláctica que ya viajaba sobre purrgils cuando la República era apenas un boceto.
¿Por qué los Jedi nunca encontraron Ahch-To?
Aquí llega otro detalle delicioso. El mapa solo mostraba rutas previas, y la Twilight Explorer había recorrido lugares perdidos para casi todo el mundo. Así que, para encontrar Ahch-To, los Jedi habrían necesitado reproducir todas las rutas de esa nave. Una locura. Solo alguien con la tozudez de Luke podía seguir esa pista hasta el final.
Y es casi poético: el destino del último Jedi se encontró gracias a una tecnología ancestral que había sobrevivido miles de años, viajando desde Naboo, pasando por Palpatine y terminando en unas manos que, por fin, pudieron entenderla. De repente, lo que vimos en Los últimos Jedi cobra una profundidad nueva, ¿no te parece?
Un detalle tardío… pero muy necesario
¿Era información que habría venido de lujo en 2017? Sí, totalmente. ¿La agradecemos igual ahora? También. Este tipo de piezas encaja muy bien en esa tendencia actual de Star Wars de conectar series, películas y animación como si fueran partes de un puzle gigantesco. Y cuando una historia ilumina algo tan importante para Los últimos Jedi, la saga recupera un poco de esa magia de aventura antigua que tanto echábamos de menos.
Al final, todo se resume en un objeto pequeñito, brillante y misterioso que cambió el destino de Luke Skywalker. Un artefacto que cruzó eras enteras para guiar al hombre que necesitaba perderse antes de encontrarse. Y qué quieres que te diga: si eso no es puro Star Wars, yo ya no sé qué lo es.
Y ahora te toca a ti: ¿Qué opinas de esta revelación tardía sobre Los últimos Jedi? Si te mola que sigamos desenterrando secretos galácticos, dale amor a los comentarios… y síguenos en Google News, que la Fuerza también llega por ahí.



