Cuando el creador de Juego de Tronos habla, el mundo de la ficción escucha. Y esta vez, George R.R. Martin ha dejado claro cuál es su serie favorita del año: la segunda temporada de esa serie de ciencia ficción madura y comprometida que ha devuelto la credibilidad al universo Star Wars.
En una entrada reciente en su blog personal, Martin no se anduvo con rodeos: “Lejos, muy lejos, la mejor de los spin-offs de Star Wars.” Según el escritor, esta historia protagonizada por Cassian Andor —interpretado con brillantez por Diego Luna— combina una estética impecable con una tensión narrativa que pocas series del universo galáctico han logrado en los últimos años.
“Visualmente hermosa, Diego Luna está brillante, y hay un realismo y una tensión que no se ve en la mayoría de los otros spin-offs. Es ciencia ficción bien hecha”, escribió Martin.
Un fenómeno en crítica y premios
La segunda temporada de la serie de ciencia ficción, estrenada en abril de 2025 en Disney+, ha superado incluso a la primera en reconocimiento, acumulando un impresionante 96% de aprobación en Rotten Tomatoes y 14 nominaciones a los Emmy, entre ellas Mejor Serie Dramática y Mejor Actor Principal.
Este éxito no es casual. Andor ha sabido conectar con una audiencia cansada de las fórmulas repetidas y los fan service sin sustancia. En lugar de centrarse en los Jedi o en nombres legendarios, la serie opta por mostrar los engranajes del Imperio desde abajo, a través de ciudadanos, espías, rebeldes y burócratas atrapados en una red de control y violencia sistémica.
George R.R. Martin destaca especialmente el trabajo de Diego Luna, quien no solo protagoniza la serie sino que participa activamente en su desarrollo creativo. Para el autor, la evolución de Cassian —de cínico fugitivo a pieza clave de la Rebelión— es lo que hace de esta historia algo imprescindible.
Una segunda temporada más oscura, más ambiciosa
Mientras la primera temporada retrataba el despertar político de Cassian y sus primeras incursiones contra el Imperio, la segunda lo muestra ya inmerso en misiones críticas que definen el futuro de la Alianza Rebelde. La serie no solo avanza en trama, sino en tono: se vuelve más oscura, más tensa y más emocional.
Hay episodios que se sienten como thrillers de espionaje, con decisiones éticas complejas, traiciones inesperadas y alianzas incómodas. La narrativa avanza entre diferentes frentes: desde la inteligencia rebelde hasta los despachos del ISB, el brazo represivo del Imperio.
En este contexto, Andor consigue algo poco común en Star Wars: humanizar al enemigo y problematizar el heroísmo. La línea entre el bien y el mal se desdibuja, y los personajes actúan muchas veces por supervivencia, no por ideales.
Ciencia ficción con carga política
Uno de los aspectos que más valora Martin —y que más elogian los críticos— es el enfoque adulto de la serie. Andor no busca contentar a todos ni suavizar sus ideas. La serie plantea preguntas sobre el fascismo, el control estatal, la vigilancia y la resistencia. Y lo hace sin moralejas fáciles.
Hay capítulos sin una sola escena de acción que, sin embargo, mantienen una tensión sofocante a través de diálogos medidos, miradas contenidas y decisiones silenciosas con consecuencias devastadoras.
Ese enfoque es lo que George R.R. Martin considera “ciencia ficción bien hecha”: no solo entretenimiento visual, sino una reflexión profunda sobre el mundo en el que vivimos, disfrazada de galaxia muy, muy lejana.
Un reparto que brilla en cada frente
Además de Diego Luna, la segunda temporada mantiene un reparto coral extraordinario. Stellan Skarsgård continúa deslumbrando como Luthen Rael, ese personaje lleno de secretos que parece mover los hilos desde las sombras. Genevieve O’Reilly da aún más peso emocional a Mon Mothma, atrapada entre su vida familiar y la traición al Imperio desde el Senado.
También destacan Denise Gough como la despiadada Dedra Meero y Kyle Soller como Syril Karn, dos piezas del sistema imperial que, lejos de ser villanos planos, muestran contradicciones e incluso vulnerabilidad.
El guion aprovecha al máximo este elenco para construir una red de relaciones entrecruzadas donde nadie está del todo a salvo y cada elección tiene un coste.
Un Star Wars sin capas ni espadas láser
Andor ha demostrado que el universo de Star Wars es mucho más grande que los Jedi, los sables de luz o los linajes legendarios. En su lugar, pone el foco en las personas corrientes que luchan —o colaboran— con el sistema, y en cómo esa lucha transforma su humanidad.
Este enfoque, más cercano al drama político o incluso al noir clásico, ha sido aplaudido no solo por críticos y escritores como Martin, sino también por una parte del público que reclamaba un Star Wars más serio, menos infantil, sin perder su sentido épico. Martin lo resume con una sola frase: “Es agradable ver a alguien haciendo ciencia ficción como se debe.”
Y con ese sello de aprobación, Andor ya no es solo una gran serie. Es, para muchos, la mejor que ha ofrecido Star Wars en la era Disney. Puedes ver las dos temporadas completas con su tu suscripción en este enlace.
