Hay historias dentro del Universo Marvel que se resisten a desaparecer, aunque los números de taquilla digan lo contrario. Y luego está Sebastian Stan, que directamente ha decidido no soltar la cuerda. El actor quiere una secuela de Thunderbolts sí o sí, cueste lo que cueste, y la verdad… ¿Cómo no apoyar semejante cruzada?
Porque cuando un intérprete lleva más de una década viajando
entre traumas, misiones imposibles y amistades rotas dentro del
MCU, algo se remueve en el público. Sobre todo si ese alguien es el
mismísimo Soldado de Invierno.
Y sí, te aviso desde ya: esta historia tiene más giros que una
rotonda mal señalizada.
El empeño de Sebastian Stan por resucitar a los Thunderbolts
No es ningún secreto que Thunderbolts se la pegó un poco en taquilla. Vale, más que un poco: 382 millones para un presupuesto de 180 no es exactamente el sueño húmedo de Kevin Feige. Pero mira tú por dónde, eso no ha apagado ni un poquito el entusiasmo de Sebastian Stan por tener una secuela. Que el público del MCU sea exigente no significa que él haya cerrado el libro. Al contrario: parece que lo lleva siempre en la mochila esperando la ocasión de abrirlo otra vez.
Durante un panel en Tokyo Comic-Con, Stan se vino arriba. Contó que rodar Thunderbolts fue “muy divertido”, con un elenco que se llevaba tan bien que hasta daba rabia: David Harbour soltando bromas como si le pagaran por chiste; Wyatt Russell con su humor peculiar; Florence Pugh demostrando talento hasta cuando parpadea. Y ahí dejó caer el mensaje, tan claro como directo: “Si os gusta la película… ayudadnos a hacer otra”. Vamos, un guiño al público más grande que el escudo del Capitán América.
Marvel Studios
La secuela de Marvel que Sebastian Stan no quiere dejar morir, aunque falló en taquilla sigue creciendo como tema en redes, porque cada comentario del actor suma leña al fuego. ¿No te pasa que cuando alguien quiere algo con tantas ganas, te entran más ganas de verlo hecho realidad?
La secuela que Marvel podría necesitar más de lo que parece
Lo interesante de todo esto es que Thunderbolts fue recibida con cariño por los espectadores, incluso aunque la recaudación no acompañara. Muchos la vieron como un retorno a esa mezcla exquisita del MCU entre humor, acción contundente y algunos temas más maduros, como la salud mental o el trauma emocional. Ese toque más humano del equipo conectó de una forma inesperada. Lo suficiente para que la palabra “secuela” empiece a sonar a algo casi inevitable.
Y aquí llega el gran giro del final de la película: la revelación de Valentina Allegra de Fontaine mostrando a los Thunderbolts como los nuevos Vengadores. Ahí no solo cambió el tablero del MCU, también dejó una puerta abierta del tamaño de un portal interdimensional. Porque claro, presentar un equipo así, renombrarlo como New Avengers y luego no continuar… sería casi un acto criminal. Y ya sabes que al MCU le encanta un buen enganche.
La secuela de Marvel que Sebastian Stan no quiere dejar morir, aunque falló en taquilla tendría un camino perfecto para expandir el arco de Bucky, Yelena Belova, Red Guardian, Ghost y US Agent, especialmente teniendo en cuenta que en Vengadores: Doomsday y Secret Wars no van a tener precisamente tiempo para charlas profundas. Ahí lo habitual es correr, sobrevivir y esperar no evaporarte en mitad de un plano secuencia.
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El futuro del Soldado de Invierno en plena tormenta del MCU
Ahora bien, que Sebastian Stan quiera la secuela no significa que Marvel vaya a dársela mañana mismo. Jake Schreier, director de la primera entrega, está hasta arriba con el reboot de los X-Men, lo que deja vacante la silla de dirección. Y no es una silla cualquiera: esta secuela necesitaría a alguien capaz de equilibrar humor, drama, acción y ese tono ligeramente desquiciado que hace tan especial al equipo.
Además, hay un pequeño detalle que ha puesto nervioso a más de uno: Bucky Barnes aparece en todas las quinielas de personajes que podrían morir en Vengadores: Doomsday. Y sinceramente, después de pasar por lavado de cerebro, redención dolorosa, terapia y duelos personales, eliminarlo ahora sería como tirar el postre justo cuando te lo acaban de servir. No tiene ningún sentido dramático. Ojalá Marvel piense lo mismo.
Porque hay algo poderoso en este personaje. Lo hemos visto crecer desde aquel Bucky inocente de Capitán América: El Primer Vengador hasta el héroe melancólico y sarcástico que conocimos en Falcon y el Soldado de Invierno. El tipo merece un final digno, o mejor aún, un nuevo comienzo liderando a los New Avengers. Imagínate una secuela donde él y Sentry compartan plano, energía y choques psicológicos. Para sentarse y aplaudir.
La secuela de Marvel que Sebastian Stan no quiere dejar morir, aunque falló en taquilla podría ser el último empujón que necesita el MCU para recuperar ritmo, identidad y esa chispa emocional que mantiene a la gente hablando durante semanas. No sería la primera vez que una película irregular se convierte en franquicia gracias a una continuación más sólida. ¿Qué opinas tú?
¿Y si Marvel se anima antes de lo que creemos?
Disney está en un momento interesante: midiendo cada paso con lupa, pero también consciente de que parte del público pide proyectos más arriesgados. Un equipo tan caótico, carismático y con tantas posibilidades dramáticas como los Thunderbolts sería oro puro. Y con Sebastian Stan empujando desde dentro, la conversación no va a desaparecer.
A veces, en este universo de superhéroes, es el propio reparto quien impulsa las decisiones creativas. Ya ha pasado antes. Y cuando un actor defiende así a su personaje, suele ser cuestión de tiempo que Marvel Studios dé al menos una vuelta técnica al asunto. Desde luego, si Bucky sobrevive a los dos próximos megaeventos, la secuela es casi obligatoria.
Porque al final, la secuela de Marvel que Sebastian Stan no quiere dejar morir, aunque falló en taquilla es también la historia de un personaje que siempre encuentra una forma de levantarse. Aunque el mundo le diga que no. Aunque la taquilla diga otra cosa. Aunque el calendario del MCU parezca una partida de Tetris imposible.
Y tú, lector aplicado y cinéfilo de pro, ¿te imaginas un Thunderbolts 2 más oscuro, más gamberro y con más tiempo para que Bucky respire, sufra y brille? Yo sí. Y mira que eso ya sería razón suficiente para cruzar los dedos.




