Scarlett Johansson acaba de dar un giro inesperado a su carrera fichando como protagonista de la nueva película de El Exorcista, y la verdad, ¿quién lo vio venir? Da igual cuántas veces creamos que esta saga ya había dicho todo lo que tenía que decir; siempre aparece una noticia que te remueve por dentro y te deja pensando qué demonios puede salir de aquí esta vez.
Universal Pictures y Blumhouse Productions parecían decididas a darle un último empujón a la franquicia, pero lo de hoy va mucho más allá de un simple intento. Han convencido a Mike Flanagan para que tome el timón y, además, han puesto a Scarlett Johansson al frente de su nueva visión del universo Exorcista. Y sí, sé lo que estás pensando: esto podría ser justo lo que esta saga necesitaba desde hace años.
La nueva era de El Exorcista: borrón, cuenta nueva y Scarlett Johansson
Todo empezó cuando El Exorcista: Creyente dividió al público en 2023. Hubo quien salió contento y quien sintió que la película no tocaba ni de lejos la esencia de William Friedkin. Y ahí, justo ahí, Universal y Blumhouse tomaron una decisión curiosa: seguir adelante. Porque, aunque la crítica lo pasó por la trituradora, la taquilla respondió bastante bien. Ya que recaudó 136 millones de dólares con un presupuesto de 30 millones.
El Exorcista: Creyente
A partir de ese momento, David Gordon Green decidió apartarse del proyecto de El Exorcista: Deceiver. El estudio, lejos de tirar la toalla, fichó a Mike Flanagan para empezar desde cero, con nuevos personajes y una historia completamente diferente que, aun así, seguirá situada dentro del “universo” de El Exorcista. No será un reboot total, pero tampoco una secuela directa. Más bien un punto intermedio que deja muchas puertas abiertas.
Todo esto ya sería noticia, pero entonces llegó el bombazo: Scarlett Johansson será la protagonista del nuevo proyecto. La misma actriz que ha brillado tanto en producciones de género como Under the Skin como en superproducciones de Marvel o Jurassic World. Flanagan lo explicó de forma casi poética diciendo que es una intérprete capaz de mantener los pies en la tierra incluso cuando la pantalla se llena de locuras sobrenaturales. Oye, y razón no le falta.
Scarlett Johansson
Mike Flanagan y Scarlett Johansson: una pareja sorprendente
Mover una franquicia como El Exorcista no es cosa fácil. La original dejó una huella tan profunda que cualquiera que se acerque a ella siente una mezcla de admiración y pánico. Pero Mike Flanagan, que lleva años demostrando que es uno de los narradores más elegantes y sensibles del terror contemporáneo, parece el único capaz de asumir el reto sin que le tiemble el pulso.
Su filmografía es la prueba: desde La Maldición de Hill House hasta Doctor Sueño, pasando por Midnight Mass y Gerald’s Game. Es un tipo que entiende que el terror no solo se basa en sustos, sino en lo que siente el espectador cuando las luces se apagan. Y si pones a Scarlett Johansson en sus manos, empiezas a imaginar una película donde el miedo no es solo visceral, sino emocional. ¿Qué opinas? Da un poco de respeto solo de pensarlo.
Además, Scarlett Johansson siempre ha tenido esa capacidad de cambiar completamente de registro. Un día te hace llorar con Marriage Story, y al siguiente te suelta una mirada que te deja helado en Under the Skin. Ese equilibrio extraño entre humanidad y misterio puede funcionar de maravilla en una historia donde lo sobrenatural tiene más profundidad de lo que parece. Y sí, repetir su nombre, Scarlett Johansson, es también una alegría para el SEO, así que toca disfrutarlo.
Recordando el origen: la historia de El Exorcista de 1973
Para entender por qué esta nueva película genera tantas expectativas, conviene volver al principio. El Exorcista de 1973 no fue solo una película de terror; fue un fenómeno cultural. Su historia seguía a Regan, una niña de doce años que empieza a mostrar un comportamiento extraño, cada vez más inquietante. Su madre, desesperada, recurre primero a la medicina y luego a la Iglesia cuando los síntomas se convierten en algo imposible de explicar científicamente.
El Exorcista (1973)
Lo que parece un simple trastorno se transforma en una batalla espiritual tan intensa que redefinió lo que el cine podía mostrar. El padre Merrin y el padre Karras se enfrentaban a una fuerza demoniaca que no solo quería torturar, sino destruir el alma de la niña. Y lo que más perturbó a los espectadores no fueron las escenas explícitas, que también, sino esa sensación de que lo desconocido podía colarse en el hogar más normal. Esa idea de que lo terrible podía empezar sin avisar, en un dormitorio, sin efectos especiales innecesarios, era lo que realmente helaba la sangre.
Lo curioso es que, aunque han pasado más de cincuenta años, la película sigue funcionando con una fuerza que pocas obras han conseguido mantener. La atmósfera fría, el silencio que se rompe de forma brutal, el maquillaje casi artesanal, el ritmo pausado que crece hasta el límite… todo sigue siendo tan efectivo como el primer día. Te lo pones ahora, en una pantalla HD moderna, y sigue doliendo igual. ¿No te pasa eso a ti también?
¿Por qué sigue impactando tanto *El Exorcista* después de cinco décadas?
La respuesta está en su verdadera naturaleza. El Exorcista no impactó porque fuera escandalosa, sino porque era profundamente humana. William Friedkin trató la historia como un drama familiar en el que el horror era solo la consecuencia inevitable. Los personajes tenían miedos reales, dudas reales, fragilidades reales. Y cuando el terror aparecía, lo hacía golpeando donde más duele: en la inocencia, la fe y la vulnerabilidad emocional.
Esa autenticidad sigue siendo insuperable. No importa cuántas películas de posesiones sobrenaturales hayamos visto desde entonces; ninguna ha logrado reproducir esa mezcla tan incómoda de dolor, culpa y miedo. Y quizá por eso el regreso del universo Exorcista despierta tantas expectativas. Poner a Scarlett Johansson al frente significa apostar por una actriz capaz de llevar el terror al terreno más íntimo, y eso es justo lo que hizo que la original funcionara tan bien.
Imagínate una historia donde Scarlett Johansson no solo se enfrenta a lo inexplicable, sino a sus propios demonios internos, y con Mike Flanagan manejando cada plano como si fuera un susurro que te eriza la piel. Ahí es cuando entiendes por qué este proyecto se siente como una oportunidad real de traer de vuelta aquello que convirtió a El Exorcista en un hito.
Al final, lo bonito de todo esto es que todavía no sabemos casi nada del argumento, y aun así ya estamos imaginando posibilidades. Es ese tipo de noticia que te deja dando vueltas, pensando qué podría salir de aquí y esperando que, por una vez, el destino del cine de terror nos dé una alegría. Si Scarlett Johansson y Mike Flanagan no lo consiguen, igual ya no lo consigue nadie. Pero oye, crucemos los dedos… y las velas, por si acaso.
