Norma Editorial nos acerca a la vida que Antoine de Saint-Exupery llevó, un hombre bohemio que siempre necesitó de pocos lujos pero que nos dejó grandes logros en el campo de la aviación comercial y a través de sus obras literarias, con El principito como su creación más famosa.
Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupery. Este es el nombre completo del protagonista de esta biografía en formato comic que se centra fundamentalmente en las dos labores que principalmente ocuparon su vida, la de aviador y la de escritor. Ambas se complementaron, su pasión por volar y los devenires de sus vuelos, accidentes incluidos, inspiraron la práctica totalidad de sus líneas escritas. Se convirtió en piloto realizando el servicio militar en Francia, cumpliendo su sueño de juventud. Posteriormente se integró en la empresa fundada por Pierre-Georges Latécoère, dedicada al transporte de correo aéreo, para la que abrió nuevas líneas de distribución que no se limitaron a la costa oeste africana, consiguiendo dar el salto a Sudamérica, ya bajo la denominación de “L’Aéropostale”.
Su obra literaria no fue muy extensa, como su vida. Murió a los 44 años en un vuelo de reconocimiento, en un Lockheed P-38F Lightning, cuando sobrevolaba la costa del sur de Francia. Reconocido mundialmente por el cuento infantil, con doble lectura para el público adulto, “El principito”, su obra se completa con cuatro novelas de claras referencias aeronáuticas. “Correo del Sur” y “Vuelo nocturno” narran sus experiencias como correo postal y en “Tierra de hombres” y “Piloto de guerra”, sin prescindir de la temática aérea, ya realiza amplias reflexiones sobre el humanismo, la corriente intelectual y filosófica que integra los valores humanos y que se desarrolló en Europa de forma paralela al Renacimiento, originario de Italia. Saint-Exupery supo combinar sus dos pasiones y dejó incluso una obra póstuma, “Ciudadela”.
El guión de Pierre-Roland Saint-Dizier es pura delicia y es con Saint-Exupery como lo descubrimos en España, siendo ésta la primera obra suya que nos llega traducida. Nos presenta a un protagonista sin lujos, amante de su trabajo, preocupado por los compañeros que le rodean más que por su propia vida privada, dejando sus amores en un segundo plano, incluido su turbulento matrimonio con Consuelo, casi dando mayor protagonismo a alguna de las múltiples amantes que tuvo. Aun así reservó a su esposa el papel de la flor en “El principito”, aquella que crecía en su planeta protegida en una campana de cristal. Saint-Dizier utiliza fragmentos de la obra de Saint-Exupery en determinados momentos de la narración, incluidos trozos de su correspondencia personal con su familia, entroncando todo a la perfección de forma muy armoniosa.
El dibujo, como en la mayoría del material “Europeo”, es soberbio y realista por parte de Cedric Fernández. Tanto la representación de los lugares que visitó como piloto Saint-Exupery como las aeronaves es bastante detallista sin llegar a rayar la perfección en la recreación pero sí buscando que nos resulte muy familiar contemplar lugares como Cabo Juby o Buenos Aires, pasando por la gran urbe de Nueva York de los años cuarenta del Siglo XX. Sus Breguet o Laté nos hacen viajar a un pasado en el que las alas estaban revestidas de tela y la mecánica no era tan fiable.
En conjunto estamos ante una biografía que ha preferido centrarse en ciertos aspectos y obviar otros que quizás ofrecían una versión menos dulce del personaje. Fundamentalmente hallaremos las experiencias en vuelo que le inspiraron para escribir, con apenas pequeños retazos del resto de su vida. El proyecto ha sido llevado a cabo con la colaboración de la Fondation Antoine de Saint-Exupery y este Integral recoge los tres volúmenes originales de los que constó la obra completa.