La leyenda de Conan el bárbaro está rodeada de sangre, espadas y brujos, pero también de mujeres que despertaron su lujuria e interés amoroso y no siempre a partes iguales. Panini Comics publica el tercer tomo de la colección clásica de Marvel con más de 800 páginas de contenido.
Conan el bárbaro es un hombre que se mueve por sus acervados instintos. No es especialmente inteligente pero es un superviviente nato. Ha superado cientos de combates, peleas de taberna por doquier y ha removido colchones de paja acompañado de multitud de señoritas, que apenas han logrado calentar aquellas noches en las que decidió relajar su musculatura. Pero todo eso no le lleva a ser un hombre alejado de los sentimientos, por mucha dureza que heredase de su Cimmeria natal. Conan también conoce el amor a lo largo de su ajetreada vida y uno de los más grandes, que no el único, fue el que compartió con la reina pirata, Bélit.
Conan encontró en Bélit a una mujer que puede considerarse como su doble, un espejo en el que se refleja su versión femenina, directa, sin ambages, que coge lo que quiere, vive el momento y tiene muy presente de donde viene. Sus vidas hasta el momento de encontrarse y a pesar de su todavía juventud, no han sido fáciles y han tenido que recorrer un duro camino que les ha llevado a abrazar la espada para seguir hacia adelante. Cuando Bélit presencia el arrojo de Conan apenas duda en ofrecerle un puesto a su lado, pero no lo hace como lugarteniente, quiere que sea su rey. El carácter de esta mujer la hará seguir llevando las riendas y el mando pero tiene a Conan por su igual.
Las aventuras que recoge este gran tomo en formato Omnibus recogen también otras apariciones de relumbrón, como el reencuentro con Red Sonja, cuya relación con Bélit no va a ser del todo fluida. También tendremos a Conan compartiendo escenario con otro de los personajes creados por Howard, el rey picto Kull, que sirvió de inspiración al propio escritor tejano en narraciones de Conan que eran simples adaptaciones con pequeños cambios. Para traer a Kull, que reinó y murió muchísimos años antes del nacimiento de Conan, hubo que recurrir, claro está, al desplazamiento temporal.
Las historias de Conan, que Roy Thomas adaptó bebiendo directamente de la fuente original de los relatos de Robert Ervin Howard, fuesen estos protagonizados por el cimmerio o no, contaban con ciertas lagunas por cubrir para enlazar unas con otras. El trabajo de Thomas con material original propio, o ya imaginado por Howard, no deja de ser encomiable y meticuloso y esa perseverancia e ilusión nos acercaron a algunas de las aventuras de Conan que han permanecido en el recuerdo de los lectores, hasta encumbrar su etapa al frente de la colección a la que dedicó los primeros diez años de su publicación.
El dibujo de John Buscema abarca gran parte de este volumen y poco podemos añadir de la labor de Big John que no sepamos ya. Suyo es el Conan que viene a la mente de los lectores en la mayoría de los casos (otros visualizarán al de Barry Windsor-Smith o el de Gil Kane y quizás los más jóvenes prefieran el de Tomás Giorello o Cary Nord). Por supuesto que si nos remitiéramos a la versión cinematográfica estaríamos ante los voluminosos músculos de Arnold Schwarzenegger. Pero hay otros autores destacados que aportan su granito de arena como Howard Chaykin (sin su muy peculiar estilo aun y con tintas de un Ernie Chan que adaptan su dibujo a una estética muy Buscema) que realizó cinco números o las colaboraciones puntuales de Mike Ploog o Jim Starlin.
El presente volumen incluye los números que van del #52 al #83 de la edición americana de Conan the Barbarian así como los Annuals #2 y #3 y otros extras entre los que destacan muestras del dibujo original de John Buscema sin haber recibido aun la tinta, las páginas de correo de los lectores y multitud de artículos, entrevistas y anotaciones de Roy Thomas. Una obra que situó a Conan en el momento de encontrarse con Bélit y aúna la primera parte de las aventuras que compartió con la Reina de la Costa Negra, cuyo desenlace tendremos que esperar a ver en el cuarto volumen de esta genial edición de Panini Comics. Esta etapa es todo un must have.
