Mark Millar continúa ofreciéndonos productos de consumo rápido que apenas aportan novedad pero sí diversión a raudales. Panini Comics a través de su sello Evolution nos embarca en una nueva aventura espacial con dos mujeres de armas tomar en Space Bandits.
Desde que Netflix se hizo con la propiedad de lo que antes conocíamos como Millarworld, Mark Millar no ha dejado de crear comics que sobre todo buscan el entretenimiento como principal argumento. “Sharkey, Cazarrecompensas” ha sido una de las experiencias más recientes y ahora aprovechando esa misma ambientación espacial llega Space Bandits, la historia de dos mujeres muy diferentes que necesitarán colaborar codo con codo para, en primer lugar, recobrar la libertad que les ha sido negada y, después, recuperar el tiempo perdido mientras van dejando los restos de su venganza a sus espaldas.
La venganza es un plato que se sirve mejor en frío. Es una frase muchas veces empleada y no sin falta de razón. El anhelo por lograrla a largo plazo hace que cuando ese momento llega se disfrute de otra forma, ha dado tiempo a que el odio se cueza a fuego lento en un caldo de cultivo progresivo que alcanza su culmen una vez cumplido el objetivo. Obviamente una “vendetta” no tiene por qué incluir ríos de sangre para llevarse a cabo pero en la ficción parece que se complementa mejor si hay desmembramientos, si se salpica todo de vísceras pero sobre todo si el que se venga tiene la satisfacción de ver esos últimos segundos de la mirada de su rival traidor, siendo ambos conscientes de lo que va a suceder a continuación.
Thena y Cody, que se han encontrado por vez primera en la prisión conocida como El Crustáceo, son como la noche y el día pero se complementan a la perfección en sus diferentes habilidades. Una se esfuerza físicamente al máximo en su labor mientras la otra prefiere emplear el cerebro antes que ensuciarse en una pelea, por algo será. La combinación de sus distintos puntos fuertes será de vital importancia para una empresa que se antoja cada vez más compleja a medida que avanza la historia, pues cada una tiene su propia lista de nombres.
El dibujo de Space Bandits corre a cargo de Matteo Scalera (Ciencia Oscura), en la mejor tradición de Millar de reunir a su alrededor a algunos de los artistas más renombrados del panorama internacional. El aspecto desenfadado de sus personajes se complementa con lo que ya realizó Simone Bianchi en Sharkey, dando una coherencia visual al universo espacial que se está forjando en estos comics. Ambos son italianos. Scalera, nacido en Parma, abusa de emborronar sus dibujos con líneas de escape para mostrar el movimiento pero por lo demás cumple, con una estética retro por las circunstancias que rodean la trama.
Space Bandits es un producto enfocado al entretenimiento puro y duro, que nos presenta a dos mujeres que no necesitan de ningún hombre para valerse por sí mismas y ser la caña. Espectáculo y ritmo frenético con giros de guión que despiertan una sonrisa de complicidad cuando vemos que la venganza se cumple en diferentes formas, todas ellas aceptadas como satisfactorias, con nuestra simpatía absoluta por cierta criatura reptiliana de color blanco y piel salpicada de motas negras.