Hay películas que pasan por los cines casi en silencio… y luego empiezan a revelar por qué merecen una segunda mirada. El último remake de ciencia ficción basado en una novela de Stephen King es uno de esos casos. Y ahora, justo antes de su estreno digital, Industrial Light & Magic ha decidido levantar el telón y enseñar cómo se creó su espectacular universo visual.
No se trata de promoción vacía ni de vender una escena concreta. Es un vistazo profundo al trabajo que hay detrás de una producción ambiciosa que apostó por combinar rodaje real, efectos prácticos y una enorme carga de efectos visuales para dar vida a una distopía tan exagerada como inquietantemente creíble.
Una adaptación de Stephen King que no buscaba el camino fácil
En 2025, el nombre de Stephen King volvió a estar muy presente en el cine con adaptaciones de todo tipo. Terror puro, drama, fantasía… y también ciencia ficción. Dentro de ese abanico, este remake destacaba por intentar algo distinto: alejarse del tono hiperbólico de versiones anteriores y acercarse más al espíritu satírico y oscuro del material original publicado en 1982.
La película llegó a las salas con un presupuesto elevado, un reparto potente y la dirección de Edgar Wright, un cineasta poco dado a hacer trabajos impersonales. Sin embargo, su rendimiento en taquilla fue claramente inferior a lo esperado, lo que provocó que parte de la conversación se centrara más en los números que en lo que realmente proponía la película.
Con el paso de las semanas, esa percepción ha empezado a cambiar.
ILM explica cómo se levantó una distopía desde la realidad
Coincidiendo con su llegada al mercado digital, Industrial Light & Magic ha publicado un vídeo en el que Andrew Whitehurst, supervisor de efectos visuales, explica cómo se diseñó y ejecutó el apartado visual del film bajo la visión de Edgar Wright.
Uno de los pilares clave fue rodar en localizaciones reales siempre que fuera posible. Escenarios urbanos filmados en ciudades como Glasgow, Londres o Sofía sirvieron de base para recrear este futuro cercano, que luego fue ampliado digitalmente con extensiones de edificios, carreteras, mobiliario urbano y multitudes.
Lejos de construir un mundo completamente artificial, el objetivo era que todo resultara reconocible, tangible y con cierta suciedad visual. Una distopía estilizada, sí, pero con los pies en el asfalto.
Más de 1.700 planos de efectos visuales al servicio de la historia
El trabajo de ILM no fue menor. Según detalla Whitehurst, la película cuenta con más de 1.700 planos con efectos visuales, muchos de ellos integrados de forma invisible. Desde una torre televisiva creada íntegramente en CGI hasta la expansión digital de ciudades completas, el VFX se utilizó para ampliar lo que ya estaba en pantalla, no para sustituirlo.
Muchos de los vehículos que aparecen en la película son coches reales de los años 80, modificados digitalmente con nueva carrocería, iluminación y detalles futuristas. Otros, directamente, fueron creados por completo en CGI para poder ejecutar escenas imposibles de rodar con seguridad.
Las secuencias de acción más extremas recurrieron a dobles digitales, reemplazos faciales y entornos recreados en postproducción, siempre buscando continuidad visual y credibilidad. Explosiones prácticas se reforzaron con escombros digitales, caídas se hicieron más dramáticas ampliando los escenarios y persecuciones se poblaron de vehículos y multitudes añadidas en postproducción.
El equilibrio entre espectáculo y sátira

Uno de los aspectos que más subraya ILM es la necesidad de mantener el tono. La película no solo es acción. Es también sátira, comentario social y crítica al espectáculo televisivo llevado al extremo. Por eso, los efectos visuales debían ser llamativos, pero nunca romper la inmersión ni convertir el mundo en algo caricaturesco.
Detalles como buzones voladores, pantallas omnipresentes o decorados “cassette futuristas” se integraron como parte del paisaje cotidiano, reforzando la idea de un futuro absurdo… pero plausible.
Ese equilibrio entre lo exagerado y lo reconocible es una de las claves que hoy muchos empiezan a valorar de la película.
Una segunda vida que empieza en el formato digital
Con su estreno digital fechado para el 16 de diciembre, la película inicia ahora una nueva etapa. Lejos del ruido de la taquilla y del choque con otros grandes estrenos, el público podrá descubrirla —o redescubrirla— poniendo el foco en lo que realmente propone.
El vídeo de Industrial Light & Magic no solo reivindica el trabajo técnico, sino que ayuda a entender mejor la ambición del proyecto y el cuidado con el que se construyó su mundo. A veces, el verdadero valor de una película no se mide en su primer fin de semana, sino en lo que permanece cuando se apagan los focos.
Y este remake de Stephen King, al menos visualmente, tenía mucho más que decir de lo que parecía a simple vista.




