Hubo una época en la que mencionar Battlestar Galactica provocaba sonrisas irónicas, nostalgia de mallas plateadas y recuerdos de una copia descafeinada de Star Wars nacida en 1978. Pero todo cambió en 2003. Aquel año, la televisión volvió a mirar hacia las estrellas… y no volvió a ser la misma. Ronald D. Moore, veterano de series de ciencia ficción como Star Trek: The Next Generation y Deep Space Nine, decidió reinventar la serie original. El resultado no fue un simple remake: fue una revolución.
Así empezó todo: del piloto a la epopeya
Todo arrancó con una miniserie de dos partes estrenada el 8 de diciembre de 2003. Allí conocimos a la flota de los Doce Mundos, aniquilados por una raza de máquinas creadas por los propios humanos: los Cylons. Solo 50.000 personas sobreviven, lideradas por la envejecida nave Galactica y su comandante, William Adama (un impresionante Edward James Olmos). Su objetivo: encontrar la mítica Tierra, el planeta perdido de la decimotercera colonia humana.
La miniserie no solo cumplió, sino que superó todas las expectativas, combinando acción, reflexión filosófica, política, religión y un nivel de realismo que rara vez se había visto en la ciencia ficción televisiva.
Temporada tras temporada: una travesía inolvidable
La primera temporada (2004–2005) arrancó con fuerza. La tripulación apenas tenía descanso: tras cada salto espacial, los Cylons los alcanzaban 33 minutos después. Era tensión continua, decisiones difíciles, y un mundo al borde del colapso moral. Cada personaje vivía bajo presión, desde el atribulado Adama hasta la presidenta Roslin (Mary McDonnell), una mujer enferma que de pronto se convierte en la líder política de la humanidad.
La segunda temporada (2005–2006) profundizó en los conflictos internos de la flota, la tensión política, y los dilemas éticos: ¿cómo mantener la democracia en medio del apocalipsis? ¿Puede haber justicia cuando el enemigo puede tener rostro humano? Aquí la serie elevó su apuesta temática, introduciendo el conflicto entre fe y razón, entre seguridad y libertad.
La tercera temporada (2006–2007) fue un giro inesperado: los humanos, tras un salto en el tiempo, viven bajo ocupación Cylon. El drama bélico y político se intensificó, y vimos uno de los arcos más oscuros y valientes de toda la serie. El episodio «Exodus, Part 2» es una joya televisiva: acción, emoción y un montaje que sigue estremeciendo años después.
Y entonces llegó la cuarta y última temporada (2008–2009). Con una narrativa aún más compleja, revelaciones impactantes (¡los Cinco Finales!), traiciones y redenciones, Battlestar Galactica se encaminó hacia un cierre épico. Su final, «Daybreak», sigue dividiendo opiniones, pero nadie puede negar que fue valiente, poético y profundamente humano.
Personajes que dejaron huella

La serie no solo brilló por sus giros de guion. Su fuerza estaba en los personajes. Adama, ese comandante firme pero paternal. Roslin, la política pragmática convertida en visionaria. Starbuck (una electrizante Katee Sackhoff), la piloto temeraria que redefine el heroísmo femenino en televisión. Gaius Baltar (James Callis), el científico cobarde y carismático, cuya relación con la seductora Número Seis (Tricia Helfer) nos regaló una de las duplas más extrañas y fascinantes de la TV.
Todos ellos evolucionaron, se equivocaron, amaron, odiaron y sobrevivieron como pudieron. Porque si algo supo retratar Battlestar Galactica, fue la complejidad humana en medio del abismo.
Más allá de la serie: spin-offs y legado
El universo expandido de Battlestar Galactica no terminó en 2009. En 2010 llegó Caprica, una precuela ambientada décadas antes de la caída de las colonias. Centrada en las familias Adama y Graystone, exploraba el nacimiento de los Cylons y las primeras tensiones entre ciencia, religión y poder. Aunque tuvo solo una temporada, dejó una huella importante, especialmente en los fans más interesados en el lore.
En 2012 se estrenó Blood & Chrome, una TV movie (originalmente pensada como piloto de serie) que narraba los inicios del joven William Adama durante la Primera Guerra Cylon. Con estética más bélica y visualmente moderna, sirvió como puente entre Caprica y la serie principal.
Y desde hace años, se habla de un nuevo reinicio producido por Sam Esmail (Mr. Robot), que según confirmó NBCUniversal para Peacock, no será un reboot directo, sino una historia ambientada en el mismo universo. Aún no tiene fecha de estreno, pero los rumores siguen alimentando la nostalgia de millones de fans.
¿Qué hizo tan grande a Battlestar Galactica?
Más allá de su trama, lo que convirtió a BSG en un clásico moderno de la ciencia ficción fue su capacidad para hablar de nosotros. En plena era post-11S, la serie tocó temas como el terrorismo, la tortura, el colapso de los sistemas políticos, la pérdida de la fe, el racismo, y sobre todo, la lucha por conservar la humanidad cuando todo parece perdido.
Su estética documental, con cámaras al hombro y montaje nervioso, sumado a un diseño de producción sobrio y funcional, rompió con los moldes de la space opera colorida. Aquí no había aliens simpáticos ni soluciones mágicas: había sobrevivientes en busca de sentido, de justicia… y de redención.
Y luego está su música: la banda sonora compuesta por Bear McCreary, que mezclaba instrumentos étnicos, percusión tribal y arreglos corales, elevó cada escena a otro nivel. Su tema «All Along the Watchtower» –sí, el de Bob Dylan– reinventado como clave profética dentro de la trama, es uno de los momentos más audaces y recordados de la televisión contemporánea.
Un fenómeno que aún resuena

Han pasado más de 20 años desde aquella miniserie inicial, y Battlestar Galactica sigue siendo un referente. Muchas series posteriores, como The Expanse, Westworld, Black Mirror o incluso Andor, le deben parte de su ADN narrativo. La ciencia ficción actual ya no teme ser adulta, compleja, política… y emocional. Y eso, en gran parte, se lo debemos a Galactica.
Puede que su final no haya respondido todas las preguntas. Puede que algunos fans aún debatan qué era exactamente Starbuck. Pero lo que nadie puede discutir es que esta serie nos recordó que la ciencia ficción no va de aliens ni naves: va de lo que somos, de lo que tememos, y de hacia dónde vamos.
Actualmente puedes ver Battlestar Galactica en plataformas como SkyShowtime, Amazon Prime Video o adquirirla en formato físico. La miniserie, las cuatro temporadas y los spin-offs están disponibles para quienes quieran revivir o descubrir este hito de la ciencia ficción.
Y tú, ¿recuerdas cuál fue tu episodio favorito? ¿Qué teoría sobre Starbuck aún te ronda la cabeza? Déjanos tu comentario y revive con nosotros una de las series más valientes, humanas y memorables que nos ha dado la televisión.
So say we all
Battlestar Galactica
NOTA CINEMASCOMICS
Nota
Tras un ataque devastador de una raza de máquinas creadas por la humanidad, los últimos sobrevivientes deben huir por el espacio en busca de un nuevo hogar. Pero la amenaza no solo está fuera... también puede estar dentro. Un remake que rompió moldes, redefinió la ciencia ficción televisiva y nos recordó que el verdadero enemigo no siempre es un alienígena.




